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Mirambel, Tronchón y Olocau del Rey no faltan a su tradicional cita con Bordón Mirambel, Tronchón y Olocau del Rey no faltan a su tradicional cita con Bordón
Momento de los saludos de las cruces y estandartes a la entrada del pueblo. Cristina Mallén

Mirambel, Tronchón y Olocau del Rey no faltan a su tradicional cita con Bordón

Esta antigua romería tenía como fin pedir a la virgen de la Carrasca agua para los campos
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Fieles a una antiquísima cita anual, vecinos de Tronchón, Mirambel y Olocau del Rey (Castellón), acudieron el sábado primero del mes de mayo a Bordón, para no faltar a la fiesta conocida como Procesiones. Esta antigua romería tenía como fin pedir a la Virgen de la Carrasca agua para los campos, de manera que se garantizase una buena cosecha. 

Esta fiesta se celebra desde bien antiguo ya que, aunque no se conservan los libros antiguos, en el actual, usado desde los años 50, consta que Las Procesiones o Romerías a Nuestra Señora de Bordón o de la Carrasca son antiquísimas. Según datos del libro Aragón Reino de Cristo y dote de  María Santísima del Padre Faci escrito en el año 1739, fueron tantos y tantos los milagros de Ntra. Sra. De la Carrasca que movieron a los Templarios a fabricar una Iglesia Mayor  que es la que hoy está y junto a ella un convento cuyos vestigios aún se ven. Allí consta también que en instrumentos públicos que se guardan en el archivo de Tronchón y Bordón se decía que ya en 1390 se consideraban de tiempo inmemorial las Procesiones de Tronchón, Mirambel y Olocau. No eran estos pueblos los únicos que veneraban a la milagrosa Virgen de la Carrasca, ya que en tiempos acudían también de Castellote, Las Cuevas, Villarluengo y Luco de Bordón, además de Morella y Todolella (Castellón), aunque estas últimas también se han perdido. Todo ello da muestra de la fe que se le tenía a esta imagen de la Carrasca. 

Así, este sábado las comitivas de Mirambel, Tronchón y Olocau del Rey no podían faltar a  esta antiquísima cita, ya que es un honor perpetuar la tradición de sus pueblos. Por ello se congregaron a la entrada del pueblo y, cuando a las 12 horas repicaron las campanas, salieron de la iglesia a recibirlos los vecinos de Bordón. El encuentro es un momento emocionante ya que cada municipio porta sus cruces procesionales, guiones y farolillos y todos realizan el saludo. También se saludaron las autoridades presentes en el acto, entre las que se encontraban el presidente de la Diputación Provincial de Teruel, Ramón Millán,  la diputada en Las Cortes de Aragón, Berta Zapater y la alcaldesa de Bordón, Esther Medina. También acudieron Roberto Rabaza, Mª Carmen Soler y Santiago Gazulla, alcaldes de Tronchón, Mirambel y Olocau del Rey respectivamente, así como otros miembros de dichos Consistorios y numerosos vecinos. El acto fue amenizado por una rondalla baturra, que se arrancó con una jota para la ocasión: “Tronchón, Olocau y Bordón / Es antigua tradición /con el pueblo Mirambel / Se reúnan en procesión”.

Tras los saludos se trasladaron a la Iglesia de la Virgen de la Carrasca y, tras un breve descanso, se celebró una misa baturra y procesión por las calles de Bordón portando la peana con la Virgen de la Carrasca y cantando los Gozos a la Virgen. 

Tras los actos religiosos hubo comida para los asistentes de todos los municipios congregados, que disfrutaron de un menú a base de Sopa de cocido, ternasco al horno, fruta y cafés en el pabellón multiusos, donde pasaron la tarde hasta la hora de la partida, cuando repicaron de nuevo las campanas y la comitiva de Bordón salió a despedir a sus vecinos hasta el año que viene. Justo entonces se realiza la firma en el libro de las Procesiones.  Es un momento importante y obligatorio para los tres pueblos, ya que si no dejan constancia de su asistencia perderían el derecho a volver al año siguiente. 

Para todos los pueblos es una cita importante ya que son conscientes de que es una costumbre muy arraigada en los pueblos aunque ya no se peregrine andando. Esther Medina, alcaldesa de Bordón, comentó que para ellos “es un día de hermandad entre pueblos vecinos, una oportunidad de verse y charlar de manera distendida” y añadió que “como anfitriones nos volcamos en conseguir que nuestros vecinos estén bien acogidos”.