Manuel Murciano, alcalde de Moscardón y el más veterano de la provincia con 45 años al frente: “De lo que más orgulloso estoy es de la confianza y sinceridad que he tenido siempre de mis vecinos”
“El monte está abandonado y hay que hacer algo porque se pueden crear puestos de trabajo”Manuel Murciano (PAR) tiene 81 años y es el alcalde más veterano de la provincia de Teruel. Desempeña el cargo desde las primeras elecciones municipales democráticas en 1979 y lo hace de forma ininterrumpida y siempre con mayoría absoluta. Afirma sentirse orgulloso de la confianza y sinceridad que ha tenido siempre.
-¿Cuándo fue elegido alcalde de Moscardón por primera vez?
-Fue con las primeras elecciones democráticas, en 1979. Fui elegido alcalde por la UCD y estuve cuatro años de alcalde por este partido. Luego me fui al Partido Popular. Estuve 20 años en el PP y luego por razones personales fui al PAR y llevo otros 20 años. En total 45 años de alcalde cuando termine esta legislatura. Soy alcalde de mi pueblo de forma ininterrumpida y por mayoría absoluta.
-¿No está usted cansado de ser alcalde?
-Esto lo tengo como algo casi personal porque yo nací en Moscardón, luego me fui al extranjero. Volví y me monté una pequeña empresa familiar. La empresa la podía haber montado más fácil en cualquier sitio que aquí porque en el año 70 Moscardón era como que no existía. En Moscardón solos había personas mayores. El único joven que había era yo. El primer emigrante que llegó a Moscardón fue Manuel Murciano y me siento orgulloso de ser alcalde de mi pueblo. No se pueden hacer muchas cosas porque somos pocos y los recursos llegan cuando llegan. Antiguamente el recurso que había era la madera pero se vino abajo y con la madera hoy prácticamente no tenemos para nada. Hacemos lo que podemos. En realidad llega una subvención la terminamos y esperamos a que llega otra. Ultimamente la Diputación Provincial sí que se esmera hacia los pueblos. Reconozco que aparte de que tenga sus límites en esta última legislatura la Diputación Provincial ha hecho muchas cosas por los pueblos. No por el mío sino en general por el de todos.
-¿Qué años tenía cuando entró de alcalde de Moscardón?
-Tenía 38 o 39 años. Tengo que decir que si hubiera seguido la dictadura no hubiese sido alcalde nunca, pero cuando llegó la democracia es distinto. Es la voluntad de los vecinos. Venía de Francia, de un país democrático, casado con una francesa y con una mentalidad bastante diferente a la que había cuando me marché del pueblo. En aquellos años no tenía indicios de ser alcalde y de nada. Me vinieron a buscar a mi casa porque era el único joven que había en el pueblo y fui alcalde inmediatamente. A partir de ahí ha sido una rutina. Con el Partido Popular fui diputado provincial durante 12 años. Te metes y luego para salir es difícil.
-¿De qué lo que más orgulloso se encuentra tras más de 40 años de alcalde de Moscardón?
-De lo que más orgulloso estoy es de la sinceridad y confianza que he tenido siempre de mis vecinos. Aquí cuando hay elecciones la gente se presenta y cuando ves que tienes el 90 por ciento de los votos me tengo que sentir orgulloso. De lo que hemos hecho tengo que decir que algunas cosas han salido bien, otras no tan bien. Hemos hecho cosas para un pueblo que tiene 55 habitantes. Tengo que decir que en Moscardón no hemos perdido población en 20 años. En el año 2000 teníamos 55 habitantes y en el 2021 había 55 habitantes. Tenemos una población joven. Hay dos o tres familias que tenemos ochenta años pero las demás tienen entre 40 y 50 años. Hay 12 niños en edad escolar para un pueblo de 55 habitantes. Lo primero que se hizo aquí cuando vinieron 4 o 5 personas jóvenes fue hacer algo para los niños de 3 años. No tenemos colegio en el pueblo porque ha sido voluntad de los padres. Los niños van a Albarracín. Viene un pequeño autobús a por ellos les dan de comer allí y vuelven por la tarde con lo que los padres tienen más libertad para trabajar los dos. Luego hemos ido desarrollando varias cosas turísticas. Tenemos dos hoteles, un restaurante, un bar que funciona. Hemos hecho cosas como el molino, la tejería, el lavadero... se han hecho muchas cosas.
-¿Qué servicio le gustaría que tuviera Moscardón?
-En esta legislatura son las viviendas. Tenía previsto terminarlas antes. El problema que tenemos es que para gestionar lo que tenemos tiene que venir gente de fuera. Sacas a licitación un servicio y lo primero que piden es tener una vivienda y si no hay vivienda hay complicaciones. En estos momentos tenemos gente que está llevando el hotel, el restaurante y el bar y está viviendo en Terriente y esto se tiene que arreglar de una forma u otra. Estamos ahora enredados con tres viviendas, que son necesarias. Este año tenemos una subvención del Plan de Inversiones de 80.000 euros para terminar dos viviendas y tenemos otros recursos para hacer una tercera vivienda.
-¿Cuál ha sido el peor momento que ha vivido siendo alcalde?
-Recuerdos malos tienes algunos, como por ejemplo cuando se mató un joven con una moto el día de las fiestas. Del Ayuntamiento no he tenido problemas. Se han hecho en algunas legislaturas más que en otras pero nunca me he sentido mal en el Ayuntamiento. También lo pasas mal cuando la gente mayor se marcha. Hace 20 o 30 años había una veintena de personas de mi edad y ya no existe ninguna en el pueblo porque han muerto todos. Con ello se pierde la esencia del pueblo. Esto lo sientes.
-¿Y para el futuro…?
-En el pueblo hemos creado tantas infraestructuras para lo que es el pueblo que en estos momentos tenemos problemas para mantenerlas. Por ejemplo, el molino se paralizó en 2008. Tenemos un edificio precioso y el entorno del río con sus balsas sería algo que se debería empezar a mover. Otra cuestión que me preocupa es que a los montes hay que darles una vuelta a su situación. El monte está abandonado y hay que hacer algo por parte de quien corresponda porque se pueden crear puestos de trabajo y evitar también lo que está pasando con los incendios. Moscardón tiene 3.000 hectáreas de pinos y deberían estar mucho mejor. La riqueza que tenemos en el pueblo son los pinos, que podían dar trabajo. Un monte arreglado, con sus fuentes. Viví en Francia y los montes estaban limpios. Tampoco hay ganadería. La realidad es que vivimos poca gente en los pueblos y al no haber gente en los pueblos no se transita y no se limpian. En Moscardón podría haber 4 o 5 puestos de trabajo continuos solamente con el monte como se hacía antes.