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Los vientos del noroeste traen hasta Gallocanta a las primeras grullas Los vientos del noroeste traen hasta Gallocanta a las primeras grullas
Imagen captada el lunes en la Laguna de Gallocanta que muestra una de las primeras bandadas de grullas que han llegado este otoño al humedal. Uge Fuertes

Los vientos del noroeste traen hasta Gallocanta a las primeras grullas

Las aves migratorias llegan siempre en torno al Pilar hasta el humedal
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Cruz Aguilar

Los sonidos de las primeras grullas despertaron esta semana a los habitantes de los pueblos más cercanos a la Laguna de Gallocanta, hasta la que han llegado las aves migratorias gracias a una ventana de aire de noroeste, que es favorable para su vuelo. En torno a 150 ejemplares se contabilizaron durante la tarde noche del pasado domingo y a lo largo de las primeras horas del lunes.

Antonio Torrijo, que es miembro de la Asociación de Amigos de Gallocanta, explicó que estos vientos del noroeste en la península Ibérica han sido favorables para la llegada de las primeras bandadas, pero avanzó que durante la próxima semana la dirección del viento será de sur a norte “y seguramente eso frenará la migración, que se reactivará cuando les vaya otra vez el viento favorable”, detalló.

La meteorología afecta

La meteorología marca el ciclo vital y migratorio de estas aves y, en este sentido, Antonio Torrijo comentó que la cría en primavera se vio afectada por el calor y la sequía que hubo en esa estación en el norte de Europa. El experto indicó que esa falta de pollos se notará en el paso migratorio que hacen por las tierras del Jiloca y Gallocanta y detalló que el pasado domingo ya detectó esa merma al contabilizar un grupo con un total de 17 ejemplares adultos y un único polluelo. A esa bandada que él avistó al atardecer se sumaron otros nuevos que llegaron durante la noche hasta a la Laguna de Gallocanta. “Lo normal es que vayan llegando así en grupos pequeños”, relató.

Las grullas vienen desde el norte de Europa, de países como Finlandia, Suecia o Estonia, donde tienen sus zonas de cría, para pasar el invierno en la península ibérica o incluso en África. El periodo de migración se prolonga desde mediados de octubre hasta finales de noviembre, para el viaje de ida; mientras que la vuelta la realizan a partir de febrero, puesto que es en primavera cuando anidan en los países más fríos.