Los Tercios hacen acto de presencia en la expulsión de los moriscos de Gea de Albarracín
Una treintena de soldados participarán este fin de semana en la recreación, desfilarán y explicarán la vida militarLa Asociación Cultural El Solanar de Gea de Albarracín tiene todo preparado para celebrar el próximo fin de semana, 27,28 y 29 de julio la novena recreación de la expulsión de los moriscos de la localidad, que fue en agosto de 1610. Este año se introduce la novedad de la participación de los Tercios. Grupos que representan a los Tercios vendrán de diferentes lugares de España y participarán en algunas escenas, caso de la misma expulsión, y realizarán talleres para explicar la vida militar de los famosos Tercios. También desfilarán por las calles de Gea.
El presidente de la Asociación Cultural El Solanar de Gea de Albarracín y aficionado a la historia, Javier Redrado, expuso que la programación de la novena edición de la recreación histórica de la expulsión de los moriscos de Gea está cerrada y avanzó que se han introducido algunas novedades en la representaciones teatrales caso de la escena final de la expulsión con los moriscos con sus pertenencias agrupados en la plaza siguiendo el guión de Javier Aviñó, donde se da más protagonismo a los moriscos ante la injusticia que se está cometiendo.
En este punto, Redrado recordó que la representación histórica de los moriscos en Gea se basa en dos fuentes. Una en El Sínodo de Albarracín, donde se aborda como tratar a los moriscos y otra en los estudios de Francisco Cantos, que hizo su tesis doctoral en los procesos inquisitoriales en Gea de Albarracín. “El fondo de la representación teatral es real. Las personas nombradas son reales, existieron. Es lo que pasó en Gea en realidad. La relación que hubo entre los cristianos nuevos y los cristianos viejos y la expulsión que tuvo lugar el 20 de agosto de 1610”, comentó. El 20 de agosto de 1610 salieron de Gea de Albarracín, tierra del Conde de Fuentes, 2.220 moriscos, cumpliendo el edicto de expulsión firmado por el rey Felipe III.
Sólo en Aragón, el colectivo morisco suponía entre el 15 y el 20% de la población (Gregorio Colás), la mayoría asentados en el valle del Ebro y sus afluentes por la margen derecha. En la provincia de Teruel, se concentraban en torno al Bajo Martín, el Guadalopillo y las localidades de Burbáguena, Teruel, Gea, Albarracín y Bezas. La mayor parte de estos moriscos eran vasallos de los grandes señores aragoneses y les aportaban la mayor parte de sus rentas. Por eso, la expulsión no fue bien acogida entre las élites del Reino. De Aragón salieron más de 60.000 moriscos (H. Lapeyre). Algo más de la mitad se marcharon por el puerto de los Alfaques entre junio y septiembre de 1610; cerca de 10.000 lo hicieron por Vera- Roncesvalles en agosto de ese año y unos 12.000 por Somport entre agosto y septiembre del año siguiente. La mayoría, rechazados en otros puertos, acabaron desembarcando en Túnez. Los moriscos de Gea salieron del puerto de los Alfaques, Tarragona.
El presidente de la Asociación Cultural El Solanar valoró la novedad de la presencia de los Tercios con la participación del grupo recreacionista vestido a la usanza de los Tercios del siglo XVII. “Vienen una treintena de personas de diferentes lugares de España, que harán la mayoría soldados, aunque también hay sacerdotes, mujeres, que también iban con los Tercios”. Redrado apuntó que en la expulsión de los moriscos de Gea hubo soldados del Rey.
La presencia de los Tercios en la recreación de la expulsión de los moriscos de Gea se notará en los desfiles, en la participación de algunas escenas y en talleres donde explicarán la vida militar que tenían hace 400 años.
Programación
La recreación histórica de la expulsión de los moriscos comenzará el viernes por la tarde, 27 de julio, con la apertura del mercado medieval. También habrá a las 19 horas animación musical callejera y una hora más tarde representación teatral callejera. A las 23 horas se ofrecerá el concierto “Notas de Itaca 3 en el patio del Convento del Carmen.
El 28 de julio a las 11 habrá talleres artesanales en la plaza de San Bernardo. Media hora más tarde llega el Tercio a la villa de Gea con desfile desde la puerta de Albarracín hasta el Convento del Carmen. A las 12,30 se verán patrullas de soldados con charlas explicativas de vestimenta y formas de vida de los Tercios. Por la tarde, 17,30 se podrán disfrutar de los entrenamientos de esgrima de los Tercios. A las 19 horas se procederá a la venta de propiedades de los moriscos y representación de las patrullas de soldados. Media hora después habrá representación teatral por las calles de Gea. A las 23,30 se ofrecerá el concierto de Folnámbulos. El día se cerrará con discomóvil.
El domingo, 29 de julio, a las 11,30 horas se harán entrenamientos del Tercio con charlas explicativas y patrullas. A las 13 horas se representará el acto de expulsión de los moriscos en la plaza del Ayuntamiento. La recreación se cerrará con la paella popular.
El presupuesto de la recreación de la expulsión de los moriscos de Gea es de 10.000 euros, que se financia con la aportación de los socios, 184, de las subvenciones DGA, DPT, Comarca, de lo que se saca de la barra, rifas y lotería. También se cuenta con el apoyo del Ayuntamiento.
El número de actores son 28, el de músicos 6 y este año con los 30 integrantes de los Tercios. A ello se tiene que sumar en la recreación la población de Gea, que se viste de la época del siglo XVII y apoya la representación histórica, que está según la DGA está dentro del proyecto de recreaciones históricas de la Comunidad Autónoma.
Investigación
En el último número de la revista Rehalda, 28, se publica el trabajo de Albert Toldrá i Vilardell sobre La Inquisición en la Sierra de Albarracín. Proceso inquisorial contra Juan Layete, morisco de Gea de Albarracín (1552-1563), primera parte. Un caso que pudo ser paradigmático en Gea en aquella época. Se da la circunstancia que las primeras representaciones históricas de Gea se tomó como referencia al último morisco de Gea, Juan Palomero.
El historiador Albert Toldrá explica que la persecución inquisitorial a los moriscos es masiva, y el santo Oficio hace de ello una fuente de ingresos. “Tanto es así que las aljamas -las comunidades moriscas- del reino de Valencia alcanzan una concordia con la Corona a principios del s. XVI para pagar colectivamente un impuesto a cambio de que no se incauten los bienes de los moriscos procesados”
La Diócesis de Albarracín pertenece a la jurisdicción del tribunal de la Inquisición de Valencia, pero al ser del reino de Aragón sus moriscos quedan fuera de la concordia mencionada, desprotegidos. “Se convierten, así, en víctimas preferentes de la avidez de los inquisidores de Valencia”.
“La Inquisición les persigue, acusándoles de continuar practicando la religión musulmana, a pesar de ser oficialmente cristianos, acusación cierta. Esconden textos coránicos, ayunan el ramadán... practican clandestinamente el islam, en condiciones de persecución”.
El historiador Albert Toldrá reseña que “a través del proceso inquisitorial de Juan Layete, morisco de Gea de Albarracín, en Aragón, entre los años 1552-1563, vemos un ejemplo de la represión que sufren los moriscos durante el siglo XVI. Acusado de practicar a escondidas el Islam, solamente es encarcelado mientras dura su proceso (más de un año) y multado, gracias a la protección de su señor, el conde de Fuentes. Miembro de una familia importante, parece que la intención de los inquisidores, más que castigar a Juan, es amedrentar a su comunidad morisca”.
Albert Toldrá señala que el caso de Juan Layete que sufrió varias denuncias es una muestra del funcionamiento “de la abyecta máquina represiva de la Inquisición española contra las minorías étnicas y contra cualquier pensamiento diferente; una máquina capaz de hazer que los padres denuncien a sus hijos y los hijos a sus padres, a mayor gloria de Dios. Y una muestra, también, de la triste suerte de los moriscos, atrapados entre los intereses económicos de la nobleza y la intransigencia cristiana, y de su resistencia pasiva, su lucha, admirable y desesperada, por mantener su identidad. Como se decía en la época, de aquellos polvos vienen estos lodos”.
Juan Layete tuvo una penitencia muy benigna probablemente atribuida a las gestiones a favor del reo del conde de Fuentes. Se le dejó en libertad y una multa de diez ducados.
Javier Redrado comentó que finalmente Juan Layete en 1610, con la expulsión definitiva de los morisco, se tuviera que marchar definitivamente.