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Los restos de los cinco fusilados en 1936 en Cañandonera ya descansan en el cementerio de Villastar Los restos de los cinco fusilados en 1936 en Cañandonera ya descansan en el cementerio de Villastar
Familiares de los cinco fusilados con los restos que después fueron enterrados en el cementerio de Villastar

Los restos de los cinco fusilados en 1936 en Cañandonera ya descansan en el cementerio de Villastar

Culmina el proyecto de exhumación de esta fosa
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Antonio Mateo Pérez, Apolinar Tomás Hinojosa, Lorenzo Maícas Atienza, Santiago Atienza Corbalán y su padre, Roque Atienza Redolar, reposan desde el sábado en el cementerio municipal de Villastar, 83 años después de que fueran fusilados en el paraje la Cañandonera de esta localidad turolense durante la Guerra Civil. Con un emotivo homenaje que reunió a los familiares de estos cinco hombres culminaba el proyecto de exhumación de esta fosa que ha impulsado la Asociación Pozos de Caudé.

“Este acto supone la recuperación de la memoria de mi abuelo y cerrar un episodio traumático en mi familia”, con estas palabras explicaba Lorenzo Maícas, que lleva el nombre de su abuelo desaparecido la emoción que sentía él y que era compartida también por el resto de familias de los cinco sindicalistas que fueron ejecutados el 28 de agosto de 1936 en represalia por los proyectos que habían impulsado desde la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra para una reforma de la propiedad agraria.

“Soy casi de Villastar aunque vengo de Valencia, estoy muy contento porque ha sido un proceso muy lento pero, si al final mi padre hubiera podido estar aquí, estaría muy orgulloso de todos nosotros”, comentó Jesús Tomás, presidente de la Asociación de Familiares de la Fosa de los Cinco de Cañandonera.

La mañana comenzaba a las 10.00 horas en el edificio multiusos de Villastar con un homenaje en el que se explicó todo el proceso de localización, exhumación e identificación de los restos de los conocidos como los Cinco de Cañandonera.

El presidente de la Asociación Pozos de Caudé, Francisco Sánchez, se mostró muy satisfecho porque, después de casi veinte años desde que se inició la búsqueda, “el objetivo se ha cumplido”.

Sánchez reconoció que había sido un proceso lento ya que en 1999 ya tuvo el primer encuentro con un vecino del pueblo que le habló de esta fosa. Durante todos estos años ha habido muchos avatares pero al fin se ha logrado recuperar los restos.

El presidente de esta organización de memoria histórica explicó que fue muy costosa la localización de todos los familiares ya que muchos de ellos estaban en Valencia, Alicante o Barcelona.

Sánchez destacó la ayuda y el apoyo recibido desde el Ayuntamiento de Villastar. Asimismo, durante su intervención tuvo un reconocimiento especial hacia el periodista de DIARIO DE TERUEL Francisco Javier Millán, quien hace tres años ganó el Premio de Periodismo de la Asociación de la Prensa de Aragón con una serie de reportaje sobre 75 años del exilio republicano que estaba dotado con 3.000 euros que él donó a la Asociación Pozos de Caudé y que en parte han servido para sufragar el coste de este proyecto.

Francisco Sánchez también valoró el apoyo del Gobierno de Aragón que ha sufragado los gastos de las pruebas de ADN que han permitido la identificación de los restos. 

Por su parte, el alcalde de Villastar, Justo Cortés, mostró su alegría porque por fin “los estos están donde tenían que estar”. El dirigente municipal recordó que recuperar la memoria histórica es “importantísimo” y lamentó que aún haya ayuntamientos que estén poniendo problemas para estas cosas.

Miembros del grupo ArqueoAntro, encargados de la actuación, explicaron los pormenores de la labor desarrollada en la fosa de Cañandonera.

El arqueólogo Miguel Mezquida explicó el  trabajo de campo desarrollado en 2017 -dentro el Curso de Arqueología y Antropología Forense- y detalló las labores de localización de los restos, su  clasificación y también sobre los proyectiles y todas las pruebas del fusilamiento. “Pretendemos luchar contra la desmemoria”, argumentó y recordó que se realiza un trabajo “muy exhaustivo” de documentación.

Su compañero Javier Iglesias habló sobre el trabajo forense posterior en el laboratorio para la identificación de los restos, tanto por el estudio de los huesos como posteriormente en análisis genético.

Cementerio

Seguidamente, el realizador Eloy Ariza presentó el trailer del documental que ha realizado sobre esta fosa y sus protagonistas.

Finalmente intervinieron varios de los familiares en el momento más emotivo del acto. Defendieron la importancia de recuperar a sus familiares y poder darles sepultura después de mucos años de silencio.

Jesús Tomás señaló que no es casualidad que los nietos de estos represaliados estén en Valencia, Alicante o Barcelona porque “se produjo una auténtica diáspora de las viudas con los huérfanos”.

Los descendientes de Santiago Atienza y Roque Atienza aseguraron que no quieren “revancha sino justicia” y que “no se repita nunca más una Guerra Civil”.

Lorenzo Maícas recordó que su abuelo era “un labrador que intentaba ganarse la vida” y que en Cañandonera murieron “cinco personas que eran buenos colegas y compartían unas ideas”.

Tras el acto en el edificio multiusos, los asistentes se desplazaron al Ayuntamiento donde el alcalde, el presidente de la asociación Pozos de Caudé y miembros de ArqueoAntro entregaron los restos de los represaliados a las familias, para después ir andando hasta el cementerio donde recibieron sepultura.