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Los platos, las monedas, los filósofos y los mitos de Grecia y Roma conquistan El Castellar Los platos, las monedas, los filósofos y los mitos de Grecia y Roma conquistan El Castellar
En la imagen, algunos de los participantes en la actividad, que se desarrolló íntegramente en la plaza de El Castellar

Los platos, las monedas, los filósofos y los mitos de Grecia y Roma conquistan El Castellar

La IV Jornada Clásica reúne a unas 40 personas interesadas en aprender sobre historia
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Cruz Aguilar

En torno a 40 vecinos participaron este domingo en la IV Jornada Clásica que organizó la Asociación El Castellar en Acción. Durante toda la mañana, personas de todas las edades tuvieron la oportunidad de adentrarse en los fogones de la antigua Grecia, acuñar monedas como lo hacían los romanos o descender al inframundo y, tras ser juzgados, descansar, si se había sido bueno, en los Campos Elíseos, o en el Tártaro para aquellos que estaban condenados al castigo eterno.

El objetivo de la actividad, según explicó su coordinador, Esteban Berchez, es “dar a conocer el mundo grecorromano, que todavía tiene mucho peso en nuestro día a día y ha dado origen a muchas tradiciones”, comentó.

La mañana se inició con un taller de cocina en el que aprendieron a cocinar platos como el portokalópita o pastel de naranja, el tirópita, o la mítica salsa garum, receta de los dioses romanos.

Además, los asistentes aprendieron el origen de las monedas y para qué se utilizaban en la antigüedad para ya, por último, acuñar unas propias en las que se usó el símbolo de la Asociación El Castellar en Acción, que es una huella de dinosaurio. Entre las curiosidades que aprendieron está el origen del nombre moneda, que comenzó a utilizarse en Libia, la actual Turquía, en el siglo V a. C, y debe su denominación a que la primera fábrica estaba ubicada al lado del templo de Juno Moneta, cuyo significado es Juno la que aconseja. Además, les narraron cómo a los muertos se les colocaba una moneda en la boca o dos en los ojos para pagar al barquero que les cruzaba al inframundo.
 

Los asistentes conocieron numerosas curiosidades del mundo grecorromano

Bibliomancia

También llevaron a cabo una actividad de bibliomancia, que consiste en formular cuestiones que son respondidas abriendo una página de uno de los libros al azar. “La gente iba haciendo unas preguntas y eran los libros de Séneca, Marco Aurelio o Epíctecto los que resolvían esas dudas del futuro”, explicó Esteban Berchez, que es el coordinador de la Jornada Clásica de El Castellar y aseguró que el taller había sido todo un éxito.

La mañana se completó con una sesión literaria en el que los asistentes recitaban y teatralizaban textos que tenían que ver con el inframundo y con los hados en la mitología grecorromana.

Otro de los asuntos que se abordó fueron los vocablos que utilizamos a diario y que tienen su origen en la cultura clásica. Uno de los ejemplos que sacaron a relucir los profesores de lenguas clásicas que participaron en la actividad fue pupila, que procede de pupa, que era la denominación romana para las muñecas. También atlas, que procede del titán Atlas, tiene en español varias acepciones, como el mapa del mundo, un escarabajo o el hueso que sostiene el cráneo.

La sesión concluyó con la Ruleta del Infierno, que sirvió para recrear el descenso al inframundo. Los asistentes iban girando la rueda y se comentaban determinados mitos o referentes clásicos vinculados a la muerte. Además, había un juicio en el que tres jueces determinaban, a partir de lo que salía en la ruleta, si la persona muerta iba a los Campos Elíseos, que es el lugar donde se descansa en paz, o al Tártaro para sufrir el castigo eterno.

Entre los 40 participantes había varias personas llegadas desde Cabra de Mora que mostraron mucho interés. “Es una buena forma de aprender historia, de hacerla un poco más atractiva y centrarnos en buscar cosas de la antigüedad que puede ser interesantes y servir de referente en la actualidad”, señaló Esteban Berchez.

El profesor de Latín y Griego estuvo acompañado por Elisa Lluch, también vinculada con El Castellar, y Víctor Caño, Gabriel Cañamero y Lucía Sánchez, profesores de lenguas clásicas en varios institutos de la Comunidad Valenciana.

De los romanos adoptamos el alfabeto, pero no los números, que cogimos los arábigos porque, como aprendieron ayer en El Castellar, tenían cero y permitían una combinación muchísimo mayor. También en lo que respecta a los números descubrieron que la palabra cálculo procede de cálculus, que es la piedra de calcio que se empleaba en los ábacos y que ha derivado también en los cálculos o piedras del riñón.