Los jóvenes de Albarracín se convierten en guías para apreciar los museos locales

La mejor forma de valorar un recurso es conociéndolo y por eso desde la Fundación Santa María y el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Lobetano de Albarracín quieren que los jóvenes de la ciudad y de la sierra se familiaricen con el contenido de los museos y se conviertan en los mejores embajadores del patrimonio, elemento que se ha constituido como un importante motor económico en la zona. A lo largo de la jornada se ha desarrollado la actividad Del Instituto al Museo y varias decenas de chavales se han convertido en los guías turísticos del Museo de Albarracín y del Museo Diocesano y han tenido que explicar los bienes que allí se muestran a un público de excepción: sus propios compañeros y sus familias.

Aunque muchos de los chavales saben que el turismo es una posible fuente de trabajo para su futuro, no todos lo vinculan a la riqueza patrimonial de la ciudad y a los valores naturales de la serranía. Por eso, desde la Fundación Santa María han planteado, en el marco del Año Internacional del Patrimonio Cultural, una  iniciativa para que los alumnos del instituto valoren los tesoros que hay en el interior del Museo Diocesano y el Museo de Albarracín. 

“Lo más importante es que la gente tome el pulso a un patrimonio que es suyo”, aseguró el gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez. El experto precisó que los turistas sí lo aprecian y lo disfrutan, pero a veces a los propios vecinos “les cuesta reconocer los valores que les rodean”. El gerente de la entidad planteó la necesidad de que los jóvenes conciban el patrimonio como un valor que excede con creces el aprovechamiento turístico: “Hay una concepción del patrimonio como solo de explotación turística, pero va mucho más allá”, aseguró. 

Más turismo que los bares

Silvia Martín Parra, profesora de Geografía e Historia en el IES Lobetano y una de las impulsoras de la iniciativa indicó al respecto que buscan mostrar que “hay más actividades vinculadas al turismo además de bares y restaurantes”. 

Los alumnos de 2º curso de Enseñanza Secundaria, que están trabajando la Edad Media en clase, fueron ayer los encargados de explicar las diferentes dependencias del Museo de Albarracín. Por su parte los de 3º han trabajado Del Instituto al Museo en la asignatura de Geografía y mostraron tanto a sus compañeros como a sus familiares los espacios del Diocesano.

Silvia Martín Parra especificó que los jóvenes se prepararon las intervenciones a partir del material que les prestó la Fundación Santa María. La visita se planteó con un lenguaje muy sencillo y aunque los guías ocasionales estaban un tanto nerviosos, finalmente les quedó claro que, como les habían dicho sus profesoras, ellos eran los que más sabían del museo en ese momento. “Es más la soltura y lo que comunican que la información que dan”, comentó la docente, quien añadió que este tipo de intervenciones en público son muy beneficiosas para la formación de los chavales. 

Jiménez lamentó la “deficiente” información que sobre el patrimonio de la ciudad y de la sierra se ofrece en la mayor parte de los establecimientos que atienden a turistas. En este aspecto, la hostelería tendría que mejorar  porque, como apuntó el responsable “la gente que está en contacto con el público deberían de ser los portavoces de lo que hay aquí”. 

En el IES Lobetano hay en la actualidad un ciclo de Formación Profesional básica de Cocina y Restauración que está pensado para formar a los jóvenes en un sector que tiene grandes salidas laborales en la zona. Sin embargo, no hay ninguno enfocado hacia la puesta en valor del patrimonio, un recurso de gran relevancia y que, como añadió Antonio Jiménez, “si no conoces, difícilmente puedes poner en valor”.