Las jotericas más valientes de Cedrillas cantan “con emoción y cariño” a la Virgen del Pilar

“Las joteras de Cedrillas, le venimos a cantar, con emoción y cariño, a la Virgen del Pilar”. Con esa jota rompieron el hielo las más pequeñas de la Escuela de Jota de Cedrillas y demostraron que el pueblo tiene folclore para rato. Ante el peirón de la Pilarica que hay junto a la travesía, los vecinos honraron a la patrona de Aragón con flores, jotas y bailes.

Hasta allí se desplazaron desde la Iglesia parroquial en procesión con otra imagen de la Virgen del Pilar y decenas de personas ataviadas con el traje regional aragonés colocaron sus flores sobre el pilar de la Pilarica. Hasta él también llegaron otras muchas personas que, aunque no les apeteció ponerse el traje regional, quisieron entregar ramos en la ofrenda.

Entre los que bailaron estaban Sergio Martín y Yoli Martínez, que son pareja de jota desde hace una década y cada año renuevan su compromiso ante la Virgen del Pilar con una foto. El joven comenzó a bailar animado por su amiga, que lleva “toda la vida” con el folclore y de la que ha aprendido mucho. Reconocen que ahora, tras una década sabiéndose los movimientos del compañero, les resulta difícil cambiar de pareja. “Hay mucha más complicidad, las miradas, la sonrisa, es todo”, explica el bailador de jota. Sergio Martín precisa que en los últimos años ha habido un importante incremento en la participación en la ofrenda. “Cada vez se canta y baila más y también se viste más gente con el traje regional, ha sido a raíz de que hace unos años se iniciara el grupo de jota”, especifica.

Las fotos con la Pilarica después de la ofrenda son un clásico en muchas familias y José Manuel Abril se hizo una con su padre y su abuela, aunque detalló que la que le ha enseñado a amar la jota, tanto a él como a su hermana, Marta, es su madre, María José Martín.  José Manuel Abril fue además el encargado de vestir a Hugo, el hijo de su amiga Carolina, que se estrenaba como baturro con once meses y la madre reconocía que ponerle el traje de pana era más complicado de lo que en un principio parecía.

Para muchos vecinos de Cedrillas la festividad del Pilar es un día de emociones y de recuerdos, como para Isabel Mallén, que fue una de las joteras que cantó y, tras entonar, no pudo evitar las lágrimas al dedicársela a su abuelo, Álvaro Pérez, que fue el que le instruyó en el canto.

A Vega, de ocho años, y a su hermana Valle, de uno y medio, no les faltaba detalle y cada una de las prendas tenía una historia detrás. El traje de la pequeña lo cosió una amiga de la madre mientras que la toquilla la había tejido la abuela con lana “porque hay años que hace frío”, explicaba la madre, quien anuncia que al año que viene sacará alguno de sus trajes del armario, que aún conserva porque participaba en el grupo de jota, y se vestirá con ellas para la ofrenda.

Cedrillas no es el único lugar de la provincia de Teruel donde hubo procesión y ofrenda. También en Manzanera y Arcos de las Salinas están inmersos en sus fiestas y celebraron el día grande llevándole flores a la Virgen.

Además de las celebraciones en varios pueblos turolenses, hubo otros, como Muniesa o Palomar de Arroyos, que se desplazaron en grupo para tomar parte en la ofrenda floral.

Muniesa abre en Zaragoza

La Asociación Cultural Aixa de Muniesa fue la encargada de abrir la ofrenda por lo que cuando sus 70 integrantes iniciaron el desfile todavía era de noche y las calles estaban recién regadas. Este 2022 quedará grabado en el recuerdo puesto que además se cumplen 25 años desde que comenzaron a asistir al acto.