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Las instalaciones de la antigua térmica de Aliaga, antesala de la batalla para tomar Berlín en 1945 Las instalaciones de la antigua térmica de Aliaga, antesala de la batalla para tomar Berlín en 1945
Soldados y voluntarios se preparan para entrar en la central, donde se desarrollaron las batallas más cruentas. J. L. R.

Las instalaciones de la antigua térmica de Aliaga, antesala de la batalla para tomar Berlín en 1945

Los edificios de esta industria, desmantelada hace décadas, se han convertido este fin de semana en el escenario de una recreación de la II Guerra Mundial
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José Luis Rubio

Incursiones, escaramuzas, emboscadas y tiros, muchos tiros, se mezclaron entre el sutil aroma de la adrenalina y la pólvora con unas someras nociones de historia contemporánea en el entorno de la antigua central térmica de Aliaga que, desde el mediodía del sábado, se convirtió en un escenario de guerra donde recrear la batalla de Oder-Niesse, donde las últimas fuerzas de la Alemania nazi trataron de frenar la presión soviética, que avanzaba imparable hacia Moscú.

Más de un centenar de recreadores, entre habituales y voluntarios, se aprestaron este sábado a revivir esas dramáticas jornadas que en los últimos días de abril y los primeros de mayo de 1945 fueron el escenario de cruentos combates, sobre todo en una cabeza de puente que establecieron los alemanes para tratar de impedir o, al menos, ralentizar, que los rusos cruzasen la frontera natural que era el río Oder.

Durante cerca de 30 horas, en Aliaga reinó el caos de la batalla, que aunque fuera un caos organizado, también sirvió para testar un nuevo formato para este tipo de eventos de recreación, eliminando deliberadamente los movimientos de los participantes controlados y dirigidos para dejar a las tropas de ambos bandos libertad para tratar de reescribir la historia. Y que desembarcó en la Cuenca Minera turolense con el ánimo de quedarse. El coordinador de la recreación, José Miguel Alberte, miembro de la asociación Imperial Service, reiteró ayer su vocación de regresar a Aliaga en el mes de noviembre y hacerlo.

Por la tarde, el alcalde de Aliaga, Alberto Vicente, confirmó ayer que “la gente del pueblo está contenta y los recreadores están contentos” por lo que confirmó su vocación de repetir el evento multiplicado, incluso, con carros de combate originales.

 

Milicias del Volkssturm llegadas desde Madrid para participar en la recreación de Aliaga. J. L. R. 

Marlene Dietrich

La actividad comenzó temprano en el entorno de la central. Aunque una veintena de recreadores aprovechó para dormir con su equipo original de pernocta en el interior de una de las dependencias del complejo, otros, pertenecientes al ejército alemán, los más aguerridos, montaron sus tiendas de campaña, también imitando lo más fielmente posible las originales, junto a la balsa. Al punto de la mañana, en un transistor sonaba Marlene Dietrich mientras comentaban cómo habían pasado la noche. “Nos dedicamos a recrear un poco los eventos, las batallas en las que ellos participaron, utilizando los mismos uniformes, los mismos detalles históricos, intentando imitar todos los documentos”, explicó Pablo Fernández, apodado Paul Ferdinand dentro de la tropa alemana que recrea habitualmente, a propósito de la fidelidad de su equipación con los patrones y tejidos de la ropa con la que se pertrechaba los soldados germanos.

Durante los momentos previos al inicio de las hostilidades, las tropas rusas y las alemanas compartieron amigables conversaciones y unos y otros se ayudaban con los uniformes y los equipos, ajenos al duelo que les enfrentaría poco tiempo después.

Se trata de recreadores de distintas asociaciones que salpican todo el país y que acuden a este tipo de eventos sin dudarlo. Muchos de los participantes habían llegado desde Madrid aunque también hubo quien viajó desde Galicia o Asturias para participar en los combates.

 

El coordinador de la recreación, José Miguel Alberte, explica el contenido histórico del episodio de la batalla del Oder. J. L. R. 


Tanta era la pasión por lo que estaba por llegar que prácticamente nadie levantó la cabeza al filo de las 10 de la mañana para mirar cómo la Luna mordía el disco solar, pese a la evidente bajada de la intensidad de la luz a esa hora. A esa hora, mientras los últimos recreadores firmaban el pliego de descargo para acceder al interior de la instalación, el nutrido grupo de curiosos y aficionados que acudieron para participar como público atendían a las explicaciones históricas sobre el episodio que se iba a recrear en el interior de la central contadas por el organizador, José Miguel Alberte, que premiaba con rublos (auténticos) a aquellos que respondían a sus preguntas sobre historia geopolítica y militar.

Al dejar abierto el desenlace de la contienda los soldados de uno y otro bando cruzaron disparos de fogueo a discreción. “Ya he disparado casi 50 cartuchos. Cada cargador (señalando su fusil ametrallador) tiene 25 balas y ya llevo gastados casi dos”, dijo apenas 90 minutos después de haber empezado el juego un soldado ruso junto a uno de los accesos al punto caliente que era la fábrica, matizando que no había disparado ninguna ráfaga sino que iba tiro a tiro.

Soldados y voluntarios

Junto al centenar de recreadores habituales, una veintena de voluntarios, sobre todo de la zona, apostaron por probar cómo es participar en una recreación y se apuntaron a la lista abierta por Imperial Service para el préstamo de uniformidades y atuendos de época.

Vanesa Jiménez, valenciana pero con casa en Aliaga, fue una de ellas. “Nos pareció súper interesante porque siempre buscamos actividades”, explicó ataviada con un uniforme soviético para, a continuación, bromear porque a su hijo de 12 años le había tocado en el bando contrario. Jiménez recordaba el sábado por la mañana que preguntó “pensando que era participar como de extra, como si fuera un rodaje, y cuando empezaron a comentarme todo de lo que se trataba, dije, ¿esto va en serio? Y me pareció muy chulo”.

Su principal preocupación los días previos a la recreación era el tiempo y si iba a pasar frío con el uniforme. “Tenía un poco de miedo por tema frío porque es verdad que iba a hacer frío y vamos súper calentitos y súper bien”, confirmó.

Otros participantes, habituales de las recreaciones, apostaron directamente por caracterizarse como Volkssturm, la milicia alemana movilizada para la última defensa de Berlín, a la que no se le pudo abastecer siquiera de uniforme y que identificaba por un brazalete rojo en el brazo.

 

Soldados rusos y alemanes hacen cola para firmar los permisos y acceder al recinto de la recreación. J. L. R. 


Los vecinos de Aliaga y sus barrios y de otros municipios cercanos acudieron masivamente a ver qué pasaba en la térmica.

“Soy de Utrillas y he venido a verlo”, dijo Mar Cerrado junto a Jesús Ibáñez, de Aliaga, que aseguró que “hace un montón de tiempo que no se ve tanta gente en la Aldehuela”. A Paula Pérez le gustó la recreación como una forma diferente de ver la Historia y Eva Uche añadió que le valía para refrescar lo que había estudiado.

La recreación concluirá este domingo después del mediodía.

El apunte

La batalla de Berlín fue la última gran batalla en Europa en la Segunda Guerra Mundial. Comenzó el 16 de abril de 1945 tras el inicio de una gran ofensiva de la Unión Soviética sobre la ciudad capital del Tercer Reich, y finalizó el 2 de mayo de 1945 después de que el Ejército Rojo entrase en territorio alemán tras la ofensiva del Vístula-Óder, que se ha recreado este fin de semana en la antigua central térmica de Aliaga.

 

Tiendas de campaña con capotes en las que pernoctaron recreadores. J. L. R.