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La VII Feria del Caballo de Santa Eulalia congregó a multitud de aficionados La VII Feria del Caballo de Santa Eulalia congregó a multitud de aficionados
Pepe Ríos realizando una demostración de habilidad y control del caballo

La VII Feria del Caballo de Santa Eulalia congregó a multitud de aficionados

Más de ciento cincuenta personas presenciaron el espectáculo ecuestre
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Santa Eulalia del Campo se llenó de arte y sentimiento durante el fin de semana por la VII Feria del Caballo, que atrajo a numeroso público, a pesar de que el espectáculo ecuestre se tuvo que aplazar debido a que la climatología no permitió hacerlo el sábado por la tarde. Casi una veintena de caballos participaron en la jornada matinal de ayer, dividida en varias partes y con el caballo como protagonista. Esta feria tiene su arraigo en el siglo pasado cuando en la zona había muchos caballos y “ya había una feria de ganadería de caballos de tiro y muchos de ellos iban destinados al Ejército”, dijo Carmen Moorad, alcaldesa de Santa Eulalia del Campo. Más de 150 personas se dieron cita en la plaza para disfrutar de la exhibición.

La Feria se compone de varios actos con el animal como centro de todos ellos, ya que el denso programa proponía un abanico de actuaciones bajo la batuta de Pepe Ríos, jinete Internacional de Equitación.

En el espectáculo ecuestre, Ríos se encargo de explicar al público asistente (con micrófono incorporado y subido al caballo) cada uno de los movimientos que iba realizando en la gymkana cabalística que inició la matinal. En este primer test, diez puestos en los que el caballo sortea, arranca, para, gira, se mueve sin pisar para no cometer error o la habilidad para esquivar obstáculos y coger anillas con una pértiga. Todo ello amenizado con música adaptada para la ocasión por Miguel Ángel Contel. Una demostración de compenetración entre caballo y jinete para deleite del aficionado público del mundo del caballo.

El segundo repertorio corrió a cargo de Javier Ríos y su pony de raza árabe, con ejercicios de doma clásica y aclimatación del caballo, con salto sin jinete, el paso cabalístico y la pata, y otros números de habilidad. Para finalizar esa actuación, el jinete se puso de pie e hizo caminar al animal manteniendo el equilibrio y haciéndolo parar, recogiendo la ovación del público.

 

Javier Ríos, de pie, demostrando los dotes de la doma de caballos


El protagonismo a caballo cambió de altura, ya que dos adolescentes, que participan en el Campeonato de España de Equitación, también demostraron su sapiencia en saltos y giros.

Seguidamente, la amazona Cristina Asensio, con el caballo Bachiller, con cruce de tres razas, y montando de modo ladeado como lo hacían antiguamente las damas, realizó una demostración de control y adaptación en ese modo de montura.

Otra parte interesante corrió a cargo de Javier Ríos (a caballo) y Silvia Ríos (a pie), que realizaron movimientos con saltos, baile por sevillanas, paso rociero y música de Salve, para vestir y desvestir el mantón.

“Esta es la séptima edición, aunque ha habido dos años que no la pudimos hacer, por covid y por la lluvia el año pasado”, informó la alcaldesa de Santa Eulalia del Campo.

El progama comenzó el viernes con la recepción de caballos y ganado para preparar las otras dos jornadas. Francisco Olivas organizador y alma mater del certamen comentó que “el sábado tuvimos un programa corto para adaptarlo a la climatología”.

El Encierro a caballo con novillo o la inauguración de la feria sí fueron posibles, pero, tras la comida (a la que asistieron 200 personas), se suspendieron los actos programados, aunque si hubo tardeo y discomóvil hasta la madrugada.

A pesar de la adversa climatología, el ánimo no decayó en ningún momento y todos esperaban con ganas la jornada dominical para disfrutar del espectáculo y acudir posteriormente a la Romería y la misa rociera que se realiza en la Ermita de la Virgen del Molino.

Finalizado el espectáculo ecuestre ayer domingo, más de 40 caballos participaron en el trayecto de romería hacia la ermita y más de medio centenar de personas también lo hicieron a pie, completando el resto en vehículos para asistir primero a la misa rociera y posteriormente la comida en las instalaciones del campo. El ambiente romeril se extendió por la campa tanto durante el camino, para recorrer los dos kilómetros, como posteriormente, ya que la devoción y sentimiento por la tradición rociera está muy interiorizado por la solera y participación que demuestran cada año tanto los propios de Santa Eulalia como todos aquellos que son aficionados a los caballos y disfrutan con el ambiente.

“Estamos muy contentos con la respuesta de la gente a pesar de la lluvia. Quiero agradecer la colaboración de todo el mundo”, comentó Paco Olivas.

Para la realización de estas jornadas ecuestres, todo los habitantes y amantes del caballo aportan su esfuerzo, pero también cuentan con el apoyo externo suficiente. La Diputación Provincial de Teruel y el Ayuntamiento de Santa Eulalia del Campo aportan una cantidad. Posteriormente, cada acto que realizan se sufraga con la aportación de los participantes y con la ventea de productos.

Cada espectáculo tiene un precio público de 5 euros y 12 euros cada menú, además de rifas y el sorteo de un viaje valorado en 600 euros, de libre disposición.