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La única Casa Amarilla de Albarracín  se transforma en un alojamiento singular La única Casa Amarilla de Albarracín  se transforma en un alojamiento singular
Una laboriosa reja protege una de las ventanas del salón de uno de los apartamentos, donde también se han conservado las vitrinas originales

La única Casa Amarilla de Albarracín se transforma en un alojamiento singular

La ciudad amplía su oferta hostelera con cinco apartamentos que suman 18 habitaciones
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Cruz Aguilar

Albarracín, Bronchales, Calomarde, Dornaque y Enebros es el nombre de los cinco apartamentos turísticos que se han puesto en marcha en pleno centro de Albarracín. Ocupan un edificio singular, de inspiración neoclásica, cuya fachada, en color amarillo pálido, a tono con los singulares azulejos que decoran la parte inferior de los voladizos de los balcones, da nombre al establecimiento, la Casa Amarilla. No es para menos, porque esta casona destaca en medio de las tonalidades típicas del yeso de Albarracín.

En estas baldosas algunos ven trompetas azules y otros flores de anis estrellado blancas. Cualquiera de las dos cosas es correcta puesto que se trata de un efecto óptico con el que los propietarios de la Casa Amarilla de Albarracín quisieron darle cierta singularidad y que ahora ha sido aprovechado por sus actuales dueños para convertirlo en el logotipo de los apartamentos turísticos que han construido en ella.

Alberto Asensio, que es uno de los socios impulsores del proyecto junto con Térvalis, destaca la cuidada restauración llevada a cabo en el edificio y de la que se han ocupado los especialistas de la Fundación Santa María de Albarracín.

Las rejerías y los suelos originales se han conservado en todas las estancias donde ha sido posible, al igual que dos alacenas que presiden el salón de uno de los apartamentos. También se ha conservado el antiguo hogar en uno de los espacios o la tronera, que ilumina uno de los dormitorios abuhardillados. En total se ofrecen 18 plazas distribuidas en cinco apartamentos, dos de ellos unidos entre sí para adaptarse a la demanda de grupos más grandes.

Distribución

La vivienda era del canónigo y tiene adosada otra casa para el servicio que también se ha incluido en la distribución de los apartamentos. De los cinco apartamentos, tres cuentan con dos habitaciones y dos baños, mientras que otros dos están dotados de dos dormitorios y un baño completo. Además, todos ellos disponen de aire acondicionado.

El mobiliario se ha diseñado específicamente para la Casa Amarilla por el artista turolense Gene Martín, mientras que ha sido Muebles El Molino, de Santa Eulalia del Campo, la empresa encargada de su creación. Ideas, ingenio y profesionalidad de la tierra entrelazadas para ofrecer al visitante una estancia diferente.

La Casa Amarilla está ubicada en pleno centro de Albarracín y tiene vistas a dos calles, con la entrada principal en la del Chorro, y espectaculares vistas a la de Azagra. Se trata de un edificio con el que sus propietarios, burgueses del siglo XIX, intentaron romper la arbitrariedad dominante en ese momento en Albarracín, donde la arquitectura popular era prácticamete la única.

Entre las piezas más singulares, aunque no únicas, del edificio están las baldosas en azul, amarillo y blanco que se fabricaron en la industria azulejera La Valenciana, de Onda Castellón. Como explica Alberto Asensio, precisamente en el Museo de la Cerámica de Onda se conserva una réplica de esta baldosa que sitúa su fabricación entre los años 1860 y 1870.