La recuperación de las Salinas de Ojos Negros actúa en las eras, canales, un almacén y el pozo
La Comarca destina una partida de 200.000 euros del Fite para que no se pierda esta industria singularEl objetivo es impedir que el paso del tiempo y el desuso terminen de arruinar los restos de las Salinas de Ojos Negros. La Comarca del Jiloca ha destinado una partida de 200.000 euros financiadas mediante el Fondo de Inversiones de Teruel de 2021 para una primera actuación que permita consolidar y recuperar algunos de sus elementos más importantes.
Su singularidad terminó resultando determinante para que la Comarca, a través de la Consejería de Cultura, decidiera intervenir en esta explotación industrial que data, al menos, de 1190. El técnico de la Consejería Cultura de la institución comarcal, Miguel Ángel Bernal, destacó que se trata de un “yacimiento, una explotación histórica” de una industria de la que “no existe ninguna otra alrededor”. “El criterio es que se trata de un tema turístico, patrimonial y por su exclusividad y singularidad, porque no había ninguna otra en la comarca”, dijo el técnico.
Este proyecto tiene como finalidad la recuperación de los principales elementos y los de mayor representatividad de este emplazamiento patrimonial industrial, “que servirán de muestra de cómo funcionaban las Salinas y cuál era el proceso de extracción de la sal, con el fin de crear un conjunto turístico que refleje lo que era y la importancia del patrimonio industrial y su atractivo turístico en la comarca del Jiloca”, explicó el propio consejero comarcal de Cultura Diego Hernández en un comunicado.
La infraestructura está muy degradada. “El deterioro es grande” y la memoria valorada de la recuperación de esas instalaciones llegó a cuantificar los trabajos en torno a un millón de euros de inversión. La institución, que comarcal no dispone de esa capacidad financiera, optó por una intervención más modesta. “La intervención termina aquí (...) no hay un proyecto para poder seguir ejecutando fases”, aseguró el técnico, “más que nada porque no hay financiación ni previsión de que venga”.
“Lo que queremos es recuperar, dar a conocer un poco lo que eran esas instalaciones, esa explotación, explicar en qué consistían para que las nuevas generaciones también lo puedan entender y ponerlas un poco en valor”, dijo Bernal recordando que se trata de unos restos que “están al aire libre” y que se “pueden visitar sin necesidad de una apertura o de un horario ni de alguien que lo gestione”.
La intervención que se está acometiendo actualmente consiste en la consolidación de uno de los edificios de almacén, que había perdido parte de su techado, y en el que se quiere hacer más adelante un centro de interpretación. “La intención es recuperar lo máximo y poder dejar una muestra de lo que era en su momento de mayor esplendor o, por lo menos, en su momento de funcionamiento”, explicó el técnico de la Consejería de Cultura.
Las tormentas sufridas desde finales del mes de agosto también han afectado a los trabajos, provocando una serie de problemas en diferentes episodios que han complicado la ejecución de la obra en plazo.
Así pues, los trabajos que se están desarrollando en el almacén han consistido en la retirada del escombro que se había acumulado dentro del propio edificio. Para recuperar ese espacio se retirará la cubierta antigua, que había arreglada en varias ocasiones, para instalar una nueva y más ligera. En el futuro se pretende musealizar ese espacio reuniendo allí los objetos que se hayan podido recuperar en las labores de desescombro y de otros que guarden los vecinos de Ojos Negros propios del funcionamiento de las salinas.
Además, se va a recuperar parte de los elementos de producción de sal. En este segundo lote se actuaría sobre alguna de las eras, “que es donde se secaba o de donde se terminaba de secar el agua y evaporar para recuperar la sal que iba concentrada en ese agua”, explicó Bernal, que recordó que “había tres balsas muy grandes donde se almacenaba el agua que salía del pozo y luego, después de una primera evaporación, ese agua se iba cayendo por gravedad a unas parcelas que llamaban eras. Ahí se terminaba de evaporar y se recogía la sal, que se ponía en unos saleros que estaban próximos a las eras, y una vez que secaba del todo, ya se pasaba al almacén”. La intención es recuperar ese almacén, recuperar parte de la canalización por donde iba el agua a las balsas y también parte de esas eras, explicó el técnico responsable de los trabajos. Su objetivo es que “se pueda apreciar cómo era el sistema de extracción y de la obtención de la sal, y recuperar unas cuantas de esas eras y sus saleros”.
Proceso de obtención de la sal
La sal se obtenía del agua de un pozo en el que había una noria , que está desaparecida. La concentración de sal de ese agua era “muy alta, mucho más alta que en el agua de mar”, explicó el alcalde de Ojos Negro, Rafael Jesús Esteban. Sin embargo, después de tantos años sin emplearse ni limpiarse ese pozo, las muestras de agua para conocer la concentración salina podrían arrojar resultados inciertos, dijo.
El agua salada se extraía del pozo empleando una noria accionada por tracción animal. El agua se subía a la parte más alta de la instalación para que corriese por un sistema de canales hasta una balsa. “Las balsas se fueron construyendo en distintas etapas de función de la existencia de las salinas”, añadió el técnico. En esas balsas se producía una primera evaporación aumentando la concentración salina y se conducía, después, hasta las eras.
Esas eras tenían el suelo empedrado para evitar que la concentración salina se contaminase con la tierra del fondo y tenían una superficie de entre 9 y 10 metros cuadrados. Allí tenía lugar una segunda evaporación de la que resultaba una sal húmeda, que se recogía y terminaba de secar en unos espacios triangulares llamados saleros.
Los trabajos de recuperación se licitaron el pasado verano y se prevé que puedan estar concluidos en el mes de diciembre, después de 5 meses de obras.
Aunque por tratarse de una infraestructura a cielo abierto su visita ha sido posible incluso durante el desarrollo de los trabajos, una vez que la recuperación haya concluido la visita estará acompañada de paneles informativos. Además, se va a habilitar un mirador desde el que poder contemplar el conjunto.
El alcalde de Ojos Negros, Rafael Jesús Esteban, subrayó que la recuperación de las Salinas es “importante e interesante”. El edil recordó que en el año 2007, con motivos de la celebración de la Expo en Zaragoza, ya se “intervino en el edificio de la noria, para evitar que se derrumbara más”, y que ahora, gracias a un Fite de la Comarca, se ha podido actuar en el resto.
Esteban destacó la faceta turística de estos restos, que se pueden visitar por los viajeros y curiosos que recorren el Camino Natural Santander Mediterráneo. Un trazado que ha resultado seriamente dañado por las tormentas pero que el Ayuntamiento quiere reparar cuanto antes.
Además, desde el consistorio se está planteado trabajar todo lo que sea patrimonio, turismo y deporte. Intentar promover a través de una asociación cultural, pues hacer todo lo que se pueda tanto para bicicleta, montaña, todo’, dijo Esteban vincular mediante alguna fórmula los distintos recursos patrimoniales del municipio, especialmente el molino, la muralla del castillo, las salinas y las infraestructuras de las antiguas minas de Sierra Menera.
“Está planteado trabajar todo lo que sea patrimonio, turismo y deporte. Intentar promover a través de una asociación cultural, pues hacer todo lo que se pueda tanto para bicicleta, montaña, todo (...) Cada cosa por sí sola no tiene la potencia suficiente para arrancar. Entonces hay que unirlo todo”, dio Esteban
Para completar esa riqueza patrimonial, Ojos Negros ha solicitado al Ministerio de Cultura una ayuda de cerca de 200.000 euros para arreglar la muralla y el torreón.
Mientras, el siguiente objetivo es conseguir la declaración de las Salinas como Bien de Interés Cultural (BIC) y, en el futuro, hacer un “centro de interpretación del funcionamiento de las Salinas”.
Además de la propia recuperación de las infraestructuras de la Salina, no se descarta poder dotar a la antigua explotación industrial de un nuevo carácter turístico y se mira, sin sonrojo, cómo se explotan otras instalaciones parecidas, como el Salinar de Naval (Huesca), donde se ofrecen baños terapéuticos de sal que prometes efectos dermatológicos notables en la piel, gracias a la acción purificadora y desinfectante de la sal, como atractivo turístico y dinamizador de la zona.
Las primeras noticias de las Salinas datan del año 1190
El Centro de Estudios del Jiloca publicó en 2009 un profuso estudio sobre el origen de las Salinas de Ojos Negros y su funcionamiento. El texto se incluyó en uno de lo Cuadernos Xiloca que edita el Centro de Estudios cada año.
En el estudio se explicaba que las salinas de interior han sido la forma tradicional de conseguir este mineral necesario para las diversas aplicaciones que ésta ha tenido en zonas alejadas a la costa. El hombre la ha empleado para preparación de conservas, preservación de alimentos mediante salazón (dentro de la que destaca todos los usos de la misma en la matacía tradicional) o el empleo a diario en la cocina. Otro de los usos empleados de la sal era el mantenimiento de las cabañas ganaderas, dando a las mismas una aportación de sal regularmente. Esto se realizaba habitualmente mediante la disposición de unas piedras planas en las que se extendían pequeños montones de sal.
El sinfín de instalaciones dispersas por la península ibérica que ha tenido la finalidad de producir sal ha hecho que contemos con gran número de ejemplos en los que todavía se puede apreciar la forma de obtención del producto, continuó el estudio. Este rico patrimonio cultural difiere en cuanto a su estado de conservación en función de la época en la que dejaron de emplearse. La mayoría de instalaciones salineras, con salvedades, presentan un estado avanzado de deterioro ante la falta de utilidad de las instalaciones.
Las Salinas de Ojos Negros
Las noticias documentales hablan de la explotación de las Salinas de Ojos Negros, al menos, desde el año 1190, cuando Alfonso II concede los diezmos y los derechos reales de las salinas de Ferrera, en Ojos Negros, al monasterio de Piedra. Algunos autores vinculan la existencia de un poblado celtíbero y musulmán sobre las salinas al aprovechamiento de este recurso, continuó la tesis del Cuaderno Xiloca.
En la Baja Edad Media están en manos de D. Gonzalo García y D. Juan Fernández de Heredia, siendo vendidas a la Comunidad de Aldeas de Daroca en 1401. Permanecen en posesión de dicha Comunidad hasta principios del XVI, cuando son vendidas a un particular, Jerónimo la Ran. A finales de ese siglo, sin que sepamos muy bien el proceso, las salinas han pasando a manos de la Compañía de Jesús, manteniendo su posesión hasta la abolición de los fueros aragoneses, a principios del siglo XVIII, pasando entonces a poder Real.
Esta situación se mantendrá hasta la segunda mitad del XIX, cuando se desestanca la sal y se explotan de forma privada de nuevo.
En Aragón, por regla general, las salinas tenían limitada la zona donde podían vender la sal, manteniendo la exclusividad en ese territorio asignado, exceptuando la sal procedente de salinas reales, que podían vender en toda la Corona. Son estos monopolios lo que se conoce como el estanco de la sal.
Las salinas de Ojos Negros tenían una zona amplia para poder comercializar la sal, comprendiendo casi todos los municipios situados en las Comunidades de Aldeas de Daroca, Albarracín y Teruel. El monopolio se mantuvo hasta mediados del siglo XIX, cuando las leyes sobre el desestanco permitieron vender libremente la sal en cualquier localidad.
Continuaron en manos privadas hasta su clausura a principios de la década de 1980, aunque durante todo el siglo XX la situación de las salinas interiores entró en franco retroceso al no poder competir con las costeras, realizando producciones poco competitivas, más para las cabañas ganaderas que para el abastecimiento humano, concluye el texto.