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La precipitación de 2017 en Sarrión fue la más baja desde el año 1993 La precipitación de 2017 en Sarrión fue la más baja desde el año 1993
En la imagen, una plantación trufera con riego. Hydromatic

La precipitación de 2017 en Sarrión fue la más baja desde el año 1993

El Gobierno de Aragón prometió iniciar las obras de riego en este ejercicio
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Cruz Aguilar

La comarca de Gúdar-Javalambre es la que más hectáreas de trufa tiene irrigadas y eso que los grandes proyectos de regadío aún están sin desarrollar. Muchos propietarios han hecho pozos y riegan sus carrascas a través de balsas e incluso con cubas. Como apuntan algunos, es una necesidad puesto que los años de sequía se han ido encadenando hasta llegar al record de 2017, cuando se registró la cifra más baja desde el año 1993 ­–aunque en este ejercicio hubo meses en los que no se contabilizaron las precipitaciones–. Los datos han sido recogidos en la estación que tiene la Agencia Estatal de Meteorología en Sarrión. En 2017, a falta de los datos oficiales de noviembre y diciembre, en los que tampoco hubo lluvias según explican los vecinos, se registraron un total de 258,8 litros por metro cuadrado.

Según el proyecto realizado por el Gobierno de Aragón, hacen falta 504 litros por metro cuadrado al año para garantizar la cosecha de la trufa, una cifra que en ocho de los últimos diez años no se ha registrado en Sarrión. Si se echa la vista más atrás, solo en diez años de las últimas tres décadas se ha superado ese mínimo que, además, resulta a todas luces insuficiente según aseguran algunos truferos.

El valor medio para el periodo que va de 1985 al año 2010 es de 478,4 litros. En la década de los 90 solo se superaron los 400 litros por metro cuadrado en 1997 (526,6). Esos años fueron los peores para la producción trufera puesto que las carrascas cultivadas aún no daban hongos y toda la trufa que se cazaba era silvestre. Por eso, los truferos recuerdan los años 93 y 94 como los más duros y hablan de que incluso algunas truferas naturales se secaron. 

La cosa cambió en los comienzos del siglo XXI, que han sido los mejores de las últimas tres décadas. Sin embargo, en nueve de los últimos diez años no se ha llegado a 500 litros por metro cuadrado y en cuatro las precipitaciones han quedado lejos incluso de los 400 litros. 

La relación entre lluvia y trufa está clara y por eso hay tanto interés en la zona de Gúdar-Javalambre en poner en marcha sistemas de regadío que garanticen la irrigación en los momentos de sequía, que en los últimos años se han multiplicado. 

En las campañas siguientes a los años de sequía el precio de la trufa es muy elevado debido a la falta de producción. La trufa necesita menos agua que otros cultivos, como el maíz o los frutales, pero sí exige agua en determinados momentos, como la primavera, que es cuando el hongo se está formando, o el verano, cuando empieza a crecer. 

El calendario se cumplirá

El proyecto de regadío social de Sarrión está presupuestado en cuatro anualidades y el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, prometió durante la inauguración de la Feria de la Trufa el pasado diciembre que las obras se licitarán en agosto. Según el director provincial de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Héctor Palatsí, “el calendario se va a respetar” y adelantó que aunque todavía no hay fecha para la firma del convenio con los truficultores “será inmediatamente porque hay orden expresa de que así sea”. 

El Gobierno de Aragón le ha pasado a la Comunidad de Regantes de Sarrión un borrador del cuerdo que deberán firmar aunque antes, como apunta Manuel Doñate, presidente de los regantes, hay que matizar algunos puntos “que no están claros”, dijo.  Doñate también incidió en que desde el Gobierno de Aragón les insisten en que el proyecto va hacia adelante aunque él se muestra prudente: “Cuando se firme el convenio ya podremos hablar de otra manera, pero ahora seguimos esperando”, dijo.

Desde el Gobierno de Aragón indicaron que el proyecto está listo, pero como fue redactado por Tragsa están ahora haciendo algunas modificaciones en aspectos de tarificación y presupuesto para adaptarlo al mercado. “Está el dinero, está la voluntad y se está adaptando el proyecto”, aseguraron.

Albentosa quiere  acometer obras para irrigar un total de 600 hectáreas en la zona de Fuen del Cepo. Desde el Servicio Provincial de Desarrollo Rural y Sostenibilidad explicaron que se ha hecho un sondeo de investigación en dos pozos, uno de ellos con un caudal de más de 150 litros por segundo y otro de 25. Una vez analizada la superficie que se incluirá en el proyecto se tramitará la concesión, que debe aprobarla la Confederación Hidrográfica del Júcar. En este caso el proyecto no sería un regadío social, aunque también podrían optar a ayudas.