La Comarca del Maestrazgo presenta este jueves la restauración del banco barroco de Manuel de Sada y Antillón que se encuentra en la Iglesia de Tronchón.
Esta actuación, que ha sido impulsada y financiada por la comarca, se enmarca dentro de la línea de trabajo del área de Patrimonio Cultural. El objetivo es contribuir a salvaguardar, conservar y restaurar los elementos artísticos que forman parte del riquísimo patrimonio cultural de sus pueblos.
La técnico de Patrimonio Cultural Comarca del Maestrazgo, Sonia Sánchez, explicó que “hasta ahora, con esta partida de dinero anual de la Comarca del Maestrazgo para promover restauraciones, se habían reparado, normalmente, cuadros al óleo y tablas, pero ningún mueble”.
El banco de Manuel de Sada y Antillón ha sido una excepción, ya que, como ha declarado Sánchez, “se trata de un pieza muy culta, muy rica y muy excepcional”. “Por este motivo, se valoró y se iniciaron los trámites para poderla restaurar con la Fundación Santa María de Albarracín”.
Se trata de un mueble barroco, realizado por expertos ebanistas y decorado con un trabajo escultórico muy notable con seres fantásticos de cuerpo de mujer y alas poderosas, que dan forma a los apoyabrazos. En la parte alta del asiento, figura la heráldica de la familia Luna a la que perteneció el personaje que lo encargó.
Desconocemos la fecha exacta en la que se realizó el mueble, tan solo tiene una inscripción donde viene quién es el personaje que lo hizo, apuntó la técnico. El remate del banco tiene grabado en letras mayúsculas lo siguiente: “Lo hizo F.I D.N Manuel de Sada i Antillón”, quién llegó a ser Capitán General de Valencia entre 1760 y 1765. La técnico de Patrimonio Cultural explicó que Manuel de Sada i Antillón tenía relación con la zona porque era comendador de Castellote, sin embargo, se desconoce cuál era la relación que mantenía con Tronchón. “No sabemos si pudo ostentar anteriormente el cargo de comendador de Tronchón", apostilló.
“Lo que sí que nos parece casi seguro es que el banco se hizo para ese lugar donde estaba puesto, en el coro a los pies de la iglesia”.
Sonia Sánchez afirmó que “desde que se tiene memoria el mueble ha estado ahí”.
