

La Batalla de Fuensanta, un proyecto que aúna investigación, patrimonio y turismo para impulsar un territorio
El episodio es uno de los grandes olvidados de la historia de Teruel y buscan recuperarlo por la trascendencia que tuvo en la Guerra de la IndependenciaPor Rubén Sáez, Javier Ibáñez & Luis Sorando
El entorno del Santuario de la Fuensanta de Villel fue escenario de un importante enfrentamiento, entre el poderoso ejército napoleónico comandado por el polaco Józef Chlopicki, y las tropas españolas del general Pedro Villacampa, en noviembre de 1810.
En torno a ella se ha diseñado el Proyecto Batalla de la Fuensanta, cuyos objetivos principales son profundizar en el conocimiento de este olvidado episodio bélico y crear una serie de recursos pedagógicos y turístico-culturales que permitan explicar su trascendencia en el contexto de la Guerra de la Independencia en Aragón. Contempla cuatro líneas esenciales de trabajo, que van desde el estudio de los escenarios históricos y la restauración del Castillo, hasta la creación de un centro expositivo y la organización de un evento de recreación, que se celebró los pasados días 8 y 9 de marzo.
Estudio de los escenarios
Para la localización y estudio de los escenarios asociados a una batalla, es necesario llevar a cabo una investigación interdisciplinar, que integre el análisis de fuentes documentales, toponímicas, arqueológicas, paisajísticas y, posiblemente, paleoantropológicas. Aunque se dispone de distintas fuentes históricas de los acontecimientos que tuvieron lugar el 12 de noviembre de 1810 cerca del Santuario de la Fuensanta, todas ellas son versiones “de parte”, en ocasiones narradas años después de los acontecimientos. Por ello, resulta necesario cotejarlos con las características físicas reales de los escenarios y con el estudio de los restos arqueológicos que pudieran conservarse.
La localización de restos arqueológicos ligados a una batalla es una tarea muy compleja, al tratarse de un suceso de gran intensidad, pero de corta duración temporal. Cabe esperar que el acontecimiento dejara más huellas destructivas (que posteriormente tienden a repararse), que constructivas (que suelen abandonarse o desmantelarse cuando pierden su función). También pueden conservarse restos de armas y municiones o de los propios combatientes fallecidos, aunque en su mayor parte debieron ser enterrados en cementerios.
Una vez acometido el estudio del campo de batalla, su puesta en valor ha de pasar por la instalación de paneles explicativos en los lugares más destacados del choque, que permitan al visitante comprender el enfrentamiento, cuáles fueron los puntos de partida de los distintos contingentes militares y sus movimientos por el terreno.
Restauración del Castillo
Aunque no estuvo involucrado directamente en la Batalla, el Castillo de Villel ocupaba una posición geoestratégica de primer nivel a principios del siglo XIX. Se asienta en un punto clave para el control de un cruce de caminos, sobre la cumbre de un cerro aislado, cerca de la salida de las primeras hoces del Turia. Es posible que fuera efímeramente ocupado por el Cid (1099) aunque su conquista definitiva la logró Alfonso II. En 1187 el soberano aragonés cedió la fortaleza a la Orden de San Redentor, pasando en 1196 al Temple. Fue una de las posiciones que se resistió a la confiscación de los bienes templarios, siendo tomada en julio de 1308. Tras la supresión del Temple, pasó a la Orden del Hospital en 1317. Entre los comendadores de Villel destaca Juan Fernández de Heredia (1339), que llegó a ser Gran Maestre de esta Orden.
La fortaleza tiene planta irregular, adecuándose a la cumbre del cerro. La torre del homenaje, situada en el punto más elevado, es la estructura más destacada. Es de planta poligonal y está construida con gruesos muros realizados mediante encofrado de piedra y yeso. A ella se accede por una puerta con arco situada en altura, lo que refuerza sus capacidades defensivas. Está formada por tres salas abovedadas superpuestas. En la parte superior pudo contar con un cadalso de madera.
Durante su periodo de castillo-convento, la fortaleza se articulaba por un patio central, con una cisterna abovedada y un enmorrillado de cantos de río. En el ala occidental, adosada a la torre, estaban las cuadras y la cocina, con un gran horno de pan. En el ala la septentrional se encontraban otras dependencias utilizadas durante las Guerras Carlistas como barracones de la tropa y en la oriental, los almacenes. El acceso se efectuaba por una rampa acodada. También había una potente construcción de sillería en el exterior del castillo, en la plataforma inferior. Más abajo, sobre un espolón rocoso, estaba la ermita de Santa Bárbara, sobre los restos de la antigua iglesia parroquial
Centro de Interpretación
A medio plazo será necesaria la creación de un centro expositivo y de interpretación sobre la Batalla de la Fuensanta y la Guerra de la Independencia en Aragón. Este serviría de punto de partida para la visita de los escenarios históricos puestos en valor y como complemento a las mesas de interpretación instaladas en el campo de batalla.
Recreación histórica
La recreación constituye una de las fórmulas más eficaces de divulgación histórica, especialmente a la hora de abordar episodios bélicos. Para singularizar esta recreación y diferenciarla de otras ya existentes en el panorama nacional, se pretende ajustarla de la forma más precisa posible a los hechos acaecidos, sacando el máximo partido a sus características distintivas y al trepidante acontecimiento a recrear. El objetivo final es el de proporcionar a los participantes y al público asistente una experiencia lo más realista posible sobre lo que supuso la Batalla de la Fuensanta y el contexto histórico en el que se produjo.

El rigor histórico es el criterio fundamental que guió la recreación, garantizando una fidelidad máxima respecto a los equipos militares, vestimentas y utillaje de uso cotidiano. También se cuidó la precisión en los personajes participantes y a las escenas, así como al marco histórico y a las estrategias del enfrentamiento. Este rigor histórico es el que permitirá que se incorpore la recreación de la Batalla de la Fuensanta dentro de los circuitos nacionales e internacionales relacionados con las batallas de época napoleónica, un aspecto novedoso en la provincia de Teruel.
La primera edición de esta recreación tuvo lugar los pasados días 8 y 9 de marzo y se convirtió en un evento de escala nacional, dado el elevado número de recreadores participantes, que superó el centenar.