Jarque de la Val levanta el muro de contención que se hundió en septiembre

El muro de contención que sostenía una de las laderas del cerro sobre el que se asientan la iglesia y el Ayuntamiento de Jaque de la Val, que se derrumbó este verano sobre una de las calles del municipio, ya ha empezado a ser reconstruido. La obra comenzó hace dos semanas y se confía en que pueda estar terminado dentro de quince días.

La obra tiene un presupuesto de alrededor de 70.000 euros que se financiarán por el propio consistorio con cargo a fondos propios, aunque se va a solictar la ayuda de otras instituciones.

El derrumbe, que se produjo el pasado 29 de junio, volcó sobre la acera y la calzada de la calle La Iglesia los bloques de piedra de la pared y una parte importante de la tierra que contenía el muro. Afortunadamente no se lamentaron daños personales.

Aunque el derrumbe se produjo a finales del mes de junio, la tramitación de los trabajos no se desatascó hasta hace menos de un mes y los trabajos arrancaron hace dos semanas. “Hace un par de semanas se ha podido iniciar las obras”, confirmó el alcalde de Jarque de la Val, Manuel Nogueira.
El muro caído se encunetra en una de las calles que conducen al cerro alrededor del que se asienta el municipio. En la cima de ese cabezo se encunetran algunos de los principales edificios del lugar,  como los depósitos de agua, la antigua iglesia o el propio Ayuntamiento.  Se trata de “un muro de contención de ese terraplén que va desde la iglesia había abajo”, explicó el edil. La pared tiene una altura cercana a los tres metros.

“Vive muy poca gente en el pueblo”, justificó el alcalde para explicar que no se produjeran daños personales. Este miércoles, Nogueira se reunión con el responsable de la obra y el ingeniero municipal para evaluar el progreso de los trabajos.

Observatorio

El talud que cedió en Jarque de la Val está a pocos metros del punto de observación astronómica que se estrenó este verano y desde el que se puede contemplar el firmamento.

El proyecto, que estuvo acompañado de una actuación de mejora de la iluminación. La villa se ubica sobre una colina, en cuya cima se halla una iglesia que conforma un balcón privilegiado para contemplar las estrellas. Para potenciar esta actividad y evitar que el alumbrado entorpeciese la observación, era necesario sustituir la iluminación existente, que consistía en lámparas Led con temperatura de color fría (3500 K) y un elevado flujo al hemisferio superior. La alternativa propuesta fueron luminarias Led con PC Ámbar que, al estar por debajo de la línea de observación y contar con un componente espectral de azules mínimo, garantizarían la oscuridad del cielo nocturno.