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Isabel Palomo, peluquera de Cantavieja: Isabel Palomo, peluquera de Cantavieja:
Isabel Palomo en la peluquería que regenta en Cantavieja

Isabel Palomo, peluquera de Cantavieja: "Pagamos un IVA que no corresponde al servicio necesario que somos"

La profesional reconoce que el sector va a notar los efectos de la crisis sanitaria
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Cruz Aguilar

Isabel Palomo Millán montó su peluquería en Cantavieja, su pueblo, cuando tenía 18 años. Desde entonces han pasado 40 años pero la situación actual, provocada por la pandemia del coronavirus, es la más compleja que le ha tocado vivir.
-¿Cómo ha sido la vuelta al trabajo tras el confinamiento?
-Ha sido con un poco de miedo, de respeto más bien, limpié mucho la peluquería pero te planteas que no pase nada, que a ver si he hecho todo correcto.
-¿En qué ha cambiado su trabajo el Covid-19?
-Lo primero es la limpieza, lo segundo es que la gente viene con cita previa, que antes casi siempre también venían porque trabajo sola. En el tema de la limpieza perdemos mucho más tiempo, cada cliente que se sienta limpias utensilios y todo. Echas más horas, pero la gente ha respondido súper bien, te dicen que los atiendas cuando puedas.
-¿Sus clientes tenían ganas de recuperar?
-Siempre se ha pensado que la peluquería era como algo de lujo pero resulta que no es así, se necesita porque, después de todos los días encerrado en casa, te miras al espejo y si te ves mal te deprimes un poco. Es importantísimo el aspecto físico, todo el mundo me dice que cuando viene y se ve bien se le quita un poco la depresión, además hablamos mucho.
-¿Hablar también es una terapia?
-Si, un poco, la gente llega con muchas ganas de hablar, eso sí, todo el mundo habla de lo mismo, el coronavirus y lo que vendrá después y la mayoría no están muy animados. Yo les digo que vivamos el día a día, que esto no lo esperábamos y nos ha tocado vivirlo.
-¿Cómo son las medidas de seguridad en su peluquería?
-Tenemos toallas de papel, de usar y tirar y capas desechables, no obstante podemos utilizar las toallas que ya tenemos solo un uso, echarlas a lavar tras cada clienta, yo lo hago porque las de papel no valen para nada. Yo voy con mascarilla y una bata plastificada que cada día me cambio. Las clientas vienen con mascarilla.
-¿Es fácil cortar y teñir a alguien que lleva mascarilla?
-Sí, lo que hago es quitarle las gomas y pegarlas con un poco de esparadrapo a la cara, porque si no o las manchas o las dejas sin teñir.
-¿Tiene previsto ir un día a la semana?
-No, qué va, cada quince días, cuando se ponen un poco de acuerdo dos o tres o si tiene que salir alguno de viaje. Este año no sé cómo lo haré, pero el año pasado ahora con el buen tiempo iba una tarde cada 15 días. 
-¿Sus clientes tenían miedo cuando fueron a la peluquería tras dos meses sin pisarla?
La gente estaba mucho más tranquila que yo, pero a mí me daba un poco de respeto que alguien cogiera algo por mí, pero me sale la lejía por las orejas.
-¿Qué es lo que más ha hecho tras retomar la actividad en su peluquería?
-Cortes y tintes sobre todo, aunque varios clientes que, aprovechando que llevaban dos meses sin teñirse, se me han dejado el pelo blanco.  
-¿Se va a notar la crisis provocada por la pandemia en su sector?
-Sí, se va a notar y muchísimo, estas semanas han sido de trabajo porque la gente llevaba mucho tiempo, pero luego es que no va a venir la gente, son pueblos que hay muchos eventos y no va a haber ninguno. La economía también se va a notar, va a ser como los meses de octubre, enero o febrero que son muy flojos.
-¿En su caso le saldrán las cuentas?
-Sí porque el local es mío y estoy sola. Pero si tienes que pagar alquiler y trabajadores no te salen, aquí no tenemos precios muy altos, en peluquería estamos pagando el 21% que es una barbaridad. Pagamos un IVA que no corresponde al servicio necesario que somos. Además creo que no lo van a bajar, como ahora está todo mal…
-¿Fue por las casas durante el confinamiento?
-Yo no, y lo tenía claro porque aunque primero decían que sí y luego que no, yo quería cumplir la ley a rajatabla. La gente que no podía hacérselo tenía asistente para la higiene. Al principio permitían estar abiertas, pero luego nos quejamos todo el mundo porque es un trabajo que tenemos que estar en contacto, no podemos estar ni a uno ni a dos metros.
-¿Ha recuperado la actividad en los pueblos a los que iba antes, Pitarque y Villarluengo
-Sí, hace dos semanas bajé dos tardes, una a Villarluengo y otra a Pitarque, porque también estaba esperándome, aunque antes no me podía mover.
-¿Dónde les atiende allí?
-Tienen un local pequeño que han habilitado, había una chica que lo hacía y luego lo dejó y me lo propusieron a mí. Son pueblos muy pequeños, para tener una peluquería no da de sí, pero sí para darles un servicio, simplemente por lo contentos que están y lo agradecidos ya merece la pena. El Ayuntamiento de cada pueblo tienen locales, son muy pequeños. Yo pongo una nota, aunque casi todos los clientes vienen con cita y además nos conocemos todos.
-¿Han tenido algunas ayudas?
-Sí, como autónoma, es una ayuda mínima. 
-Pertenece a la Asociación de Estética e Imagen Personal que aglutina a profesionales de toda la provincia. ¿Les ha sido útil en esta pandemia?
-Tienes que pagar una cuota pero no duele porque la verdad es que con el Covid nos ha venido muy bien, nos han informado muy bien de todo y hemos preguntar todas las dudas.
-¿Y para qué les sirve?
- Yo estoy un poco lejos, pero siempre hay cursos, yo suelo hacer uno al año, entre los de la asociación y los que te ofrecen las casas comerciales.