Investigadores del CITA y de la Universidad Politécnica de Valencia demuestran la eficacia de una nueva estrategia contra el escarabajo de la trufa
Se basa en la colocación masiva de trampas con dimetilsulfuro para atraer al insecto, que evitaría pérdidas de hasta 900 euros por hectáreaInvestigadores del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) han validado y publicado por primera vez de forma experimental una nueva estratégica contra el escarabajo de la trufa que permitirá su progresiva devaluación. El artículo se ha publicado en la prestigiosa revista Journal of Economic Entomology y en el mismo han participado María Martín Santafé, investigadora del CITA, Vicente Navarro-Llopis, Borja López, Jaime Primo, y Sandra Vacas de la Universidad Politécnica de Valencia.
La trufa negra o Tuber melanosporum es una de las principales vías de ingresos en la comarca Gudar-Javalmabre de Teruel. En los cinco términos municipales que rodean Sarrión hay más de 3.600 hectáreas de carrascas truferas en explotación. Pero, especialmente en la última década, su producción se ve atacada por un enemigo cada vez más extendido: el escarabajo de la trufa, Leiodes cinnamomeus, que ha provocado bajadas de producción que en algunos casos superan el 50% y una depreciación de las trufas -debido a las galerías y podredumbre que provocan los adultos y larvas de este escarabajo.
Para hacerle frente a este problema, se recomienda realizar recolecciones frecuentes y así reducir la cantidad de trufas no recogidas que se convierten en refugios para los escarabajos, o retirar la tierra que rodea a las trufas afectadas para eliminar los huevos, larvas o adultos que las acompañan.
Según los primeros resultados de su estudio, publicados en la revista Journal of Economic Entomology, teniendo en cuenta los precios medios actuales de la trufa negra de primera calidad en España (alrededor de 400 €/kg) y un rendimiento medio de alrededor de 50 kg de trufa/ha, la reducción de daños conseguida con esta estrategia permitiría una reducción de pérdidas económicas de unos 900 €/ha. Además, contribuiría a mejorar la calidad de las trufas recolectadas como consecuencia de una menor infestación.
La estrategia se basa en la colocación de trampas para la captura masiva del escarabajo a las que se añade como atrayente dimetilsulfuro (DMS), un compuesto orgánico sulfuroso, responsable del aroma característico de la trufa negra. De esta forma, el DMS lo que provoca es que el escarabajo procese que allí hay una trufa y al acercarse a la trampa, son capturados de forma masiva.
En su estudio, los investigadores de la UPV y el CITA señalan que para conseguir reducir significativamente el daño que provoca este coleóptero son necesarias al menos 40 trampas por hectárea, con un emisor de DMS que se mantenga activo durante toda la campaña. “Si bien, la máxima eficacia se da colocando 80 trampas por hectárea, lo que significa colocar una trampa cada 11 metros en la explotación”, explica Vicente Navarro, del grupo de Ecología Química-Instituto Agroforestal Mediterráneo (IAM) de la Universidad Politécnica de Valencia.
Los investigadores de la UPV y el CITA llevaron a cabo su estudio en unas parcelas experimentales de Sarrión y en dos temporadas sucesivas, entre los años 2016 y 2018. La estrategia con 80 trampas por hectárea bajó el porcentaje de trufas dañadas al 40% en la primera y al 47% en la segunda temporada, respectivamente. “Y el nivel de daño (galerías/g de trufa) también fue claramente menor, entre un 47% y un 60 %, respectivamente, durante ambas temporadas en comparación con las áreas no tratadas”, añade Vicente Navarro.
Este proyecto fue subvencionado con el Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) de dos proyectos coordinados desde el Centro de Innovación en Bioeconomía Rural (CIBR) de Teruel.