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Gerardo Báguena: Gerardo Báguena:
Gerardo Báguena, presidente de la Fundación Quebrantahuesos. FQC

Gerardo Báguena: "Hay radares versión 2.0 que paralizan las aspas cuando se acercan aves protegidas"

El responsable de la introducción del Quebrantahuesos en el Maestrazgo cree la opinión pública no aguantará ver imágenes de animales muertos
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Cruz Aguilar

Gerardo Báguena es el vicepresidente de la Fundación Quebrantahuesos y director del proyecto de reintroducción de este ave en el Maestrazgo, que ha sido suspendido por incompatibilidad con el clúster eólico. La institución ha paralizado de forma cautelar el proyecto europeo Life Corredores ibéricos por el quebrantahuesos debido al “alto riesgo de colisión y muerte” por el despliegue de aerogeneradores proyectado.

-¿En qué momento se encontraba el proyecto para reintroducir el quebrantahuesos en el Maestrazgo?
-Fue aprobado hace dos años por la Comisión Europea y justo después se empezó a hablar del clúster. Hicimos una suelta porque no pensábamos que se aprobara un proyecto tan invasivo y extenso como el que se propone para esta zona de Teruel

-¿Cuáles son los pasos cuando se dan cuenta de la magnitud del proyecto?
-Hemos solicitado información sobre dónde van a estar instalados para tratar de ver si es compatible la posición de los aerogeneradores con las zonas de vuelo de los buitres, lo primero ha sido tratar de tener la mejor información posible y hemos contrastado la presencia de los aerogeneradores con la movilidad de las aves gracias a una herramienta satélite que lleva cada una de ellas.

-¿A qué conclusiones han llegado?
-El resultado es desolador, han pasado por medio de los aerogeneradores hasta en 740 ocasiones, es decir, que hubiera habido 740 posibles impactos. Hemos pedido a todos los gobiernos españoles información sobre animales muertos en parques eólicos y los datos son francamente catastróficos, hemos constatado que en tres años, sólo entre Navarra y Aragón, han muerto 1.387 buitres, seis alimoches, 30 águilas reales, 58 águilas culebreras y 76 milanos reales, que están en peligro de extinción. Nuestra postura no tiene nada que ver con ecologismo ni con negar el desarrollo, llevamos años esperando esta transición hacia la energía verde, lo que no esperábamos es que hubiera tanto daño a la avifauna. Para solucionar un problema, hemos generado otro gran problema, matamos a miles de aves, esto es un plateamiento inasumible, España no puede generar energía matando animales.

Estudio

-¿Durante cuánto tiempo se desarrolló el estudio en el Maestrazgo?
-Estuvimos cuatro meses estudiando la movilidad de los animales y cómo se relacionaba con la posición de los aerogeneradores. El estudio incluye nueve quebrantahuesos, que son los soltados en Castellón y Teruel, y también a nueve buitres leonados y, si sumamos los impactos de éstos, los datos se disparan mucho más.

-La mayor parte de los proyectos de renovables están en el medio rural, que es donde más avifauna de este tipo hay.
-Sí, nosotros hemos llegado a dos reflexiones, casi el 8% de la producción eléctrica de España ya se genera en Aragón, comunidad que produce el 14% de la renovable de todo el país. De ese 14%, más de la mitad ya es a través de las eólicas. Nos llama la atención que comunidades autónomas como Madrid no quieran saber nada de desarrollo eólico y otra vez sean territorios de gran valor ecológico, pero con poca presencia humana, los receptores de estas industrias tan transformadoras del paisaje. No es un impacto que se reparte de forma aleatoria por España, llegan a sitios donde la contestación social es muy baja.

-Es la primera vez que se paraliza una iniciativa de este calibre. ¿No habían chocado anteriormente con proyectos industriales que supusieran una amenaza?
-Ni nosotros ni nadie en España, es la primera vez que la recuperación de una especie con financiación europea se tiene que suspender. Estamos hablando que sólo para el Maestrazgo se han autorizado 20 proyectos eólicos con 127 aerogeneradores en total y a ellos hay que sumar los de otras zonas de Teruel.

-¿Cree que lo que ha ocurrido en el Maestrazgo es un hecho aislado o es fácil que se produzca en otros lugares con proyectos energéticos o de otra índole?
-Va a volver a pasar, al territorio no se le puede pedir todo, o generamos un paisaje industrial o un paisaje natural, cada uno tiene sus fortalezas y debilidades, pero ambos no son compatibles.

-¿Que va a suponer la paralización del proyecto para los ejemplares que ya fueron reintroducidos?
-Los que le competen al Gobierno de Aragón hemos hablado de la posibilidad de retirarlos, si se construye todo el clúster tal y como está previsto la supervivencia de Masía, que es la hembra de quebrantahuesos que queda de la pareja reintroducida, está muy comprometida y el propio proyecto tiene una estrategia de salida que plantea la captura y retirada para su traslado a otra zona.

-¿Y con los que hay en la Comunidad Valenciana qué va a ocurrir?
-El riesgo es el mismo para todos, pero de los animales soltados por Castellón tendrán que decidir ellos.

Maestrazgo

-¿Cómo se estaban adaptando estas aves al Maestrazgo?
-De forma muy prometedora, aunque el macho que soltamos murió en un cable, la hembra está haciendo un uso del territorio magnífico, tiene plena autonomía y se comporta con una autonomía para alimentarse que muestra que la supervivencia de la especie sería muy viable.

-¿Había planes de soltar más quebrantahuesos?
-Sí, la próxima semana llegaban dos o tres animales más.

-¿Cuál es la situación actual de la especie?
-Hay 130 parejas en todo Aragón, el quebrantahuesos junto al lince son especies gravemente amenazadas. En España tenemos una imagen distorsionada de las aves, por ejemplo ver un buitre en Holanda es difícil, se han perdido las aves. España es el gran depositario de biodiversidad y tenemos ese conflicto entre ese paso a las renovables con un modelo que garantice la avifauna.

-¿Hay alguna solución para que aves y aerogeneradores sean compatibles?
-Sí, la hay y habrá que adoptarla porque la opinión pública no va a soportar todas esas muertes.  El ministerio les exige a las empresas los ahuyentadores, una medida primitiva que se ha demostrado que no vale para nada. Las medidas disuasorias que están empezando a investigar están relacionados con big data y radares que detectan a las aves y hacen que la velocidad de las aspas, que habitualmente es de 220 kilómetros por hora, sea muy lenta, casi se paralizan.

-¿En qué consiste exactamente ese dispositivo?
-Es un radar versión 2.0, se coloca a dos kilómetros del parque y, cuando se acerca un ave, detecta de qué especie se trata y tiene la capacidad para parar el motor de uno o varios molinos de forma que pase el pájaro y, tras eso, siguen trabajando. Es lo que queremos que el ministerio exija a las empresas, que por sí solas no colocan estos mecanismos porque cuestan entre 400.000 y 500.000 euros por parque. Nuestro planteamiento no es una crítica hacia el cambio a las renovables, sino a la inasumible mortalidad y a la exigencia para que esto se haga bien. A las empresas si no se les exige lo van a intentar evitar, pero la opinión pública no va a aguantar ver animales seccionados bajo los molinos cuando se vende como energía verde.

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