Francia e Italia son los países que más demandan la trufa de Teruel

España es la principal productora de Tuber melanosporum seguida de Francia e Italia países que, sin embargo, también son los mayores compradores de la trufa turolense. Se debe a que  son los que más cultura de consumo de trufa poseen y con sus propias producciones no tienen suficiente para abastecer los mercados.

La mayor parte del hongo nacional sale de las entrañas de Gúdar-Javalambre y se consume en el extranjero. Al analizar los datos de los últimos años –ofrecidos de forma pública por la página web de la Secretaría de Estado de Comercio de estadísticas de comercio exterior de mercancías de España, con cifras generadas por el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria– se observa que el mayor volumen de transacciones se realiza con Francia e Italia, que acaparan el 87,6% de las ventas de Tuber melanosporum realizadas por empresas turolenses.

A lo largo de este año el mayor flujo de comercialización de trufa ha sido a Italia, con un total de 4,9 millones de euros facturados. A Francia se vendieron hongos por valor de 4,2 millones, aunque en los últimos años las cifras de venta al país galo fueron muy superiores a las italianas, quizás debido a que la mayor demanda tiene lugar en el periodo de Navidad, que no está computado en las cifras de 2022 puesto que solo llegan hasta el mes de agosto.

El 87,6% de las exportaciones de trufa realizadas desde la provincia de Teruel fueron a Francia e Italia. No obstante, aunque nuestros principales clientes son de estos países, la trufa que recogen los truficultores turolenses también viaja a lugares como Dinamarca. Los daneses se han colocado en el tercer puesto en cuanto a nivel de ventas, superando a Reino Unido y Alemania, que en años anteriores ocupaban el tercer y cuarto lugar y este 2022 cayeron un puesto.

El covid y EEUU

En sexto lugar está Bélgica seguido de Estados Unidos, cuyo volumen de compra se ha reducido sustancialmente desde la pandemia. Así, mientras que 2019 los americanos adquirieron trufas por valor de 735.000 euros, a partir de 2020 el descenso ha sido paulatino, con  150.770 euros en 2020, 104.000 en 2021 y algo más de 56.000 en este ejercicio (aunque aquí falta por incluir la campaña 2022-2023).

Los ejemplares de Tuber Melanosporum de Teruel se han colado a su vez en los últimos años en restaurantes y tiendas de  Australia, Canadá, Hong-Kong, Corea del Sur o Japón, país que no compra trufa turolense desde antes de la pandemia.

Algunos territorios europeos como Noruega, Suecia, Malta o Portugal también son clientes, así como varios de la Europa del este, entre los que se encuentran República Checa, Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria, Eslovenia o Croacia.

El presidente de la Federación de Truficultores Franceses, Alain Ambialet, explicó durante su participación en la asamblea del Grupo Europeo de Trufa y Truficultura (GETT), que tuvo lugar el pasado mes de octubre en Mora y Sarrión, que en su país se consumen 150 toneladas de trufa, pero allí solo se producen en torno a 50 y el resto se importan de otros países, principalmente de España.

Reconoció que la mayor parte de la trufa se obtiene a partir de cultivos puesto que la silvestre es ya casi inexistente. Sin embargo, el sector no está tan profesionalizado como en Teruel puesto que de los 5.000 truficultores que hay asociados solo unos pocos viven de la trufa, mientras que el resto la tienen como un complemento. Reconoció que la trufa de Teruel se comercializa como del Perigord porque, matizó, no hay diferencias organolépticas entre ambas.

Por su parte Gianfranco Berni, presidente de la Federación Italiana de productores de trufa especificó que en Italia, pese a que llevan muchos siglos consumiéndole trufa,  el cultivo no está muy avanzado y el 80% del producto procede de plantaciones pequeñas, inferiores a una hectárea.