El proyecto Refugios Libres Dignos intervendrá en uno de Teruel en su próxima campaña en primavera
La mediación de la cerveza artesana Zica, de Ejulve, ha despertado la curiosidad del grupo por la provinciaEl colectivo Refugios Libres Dignbos emprenderá una campaña de rehabilitación de algunos de estos locales la próxima primavera. Después de haber lavado la cara, y de qué manera, a varios refugios de montaña en el Pirineo aragonés, este grupo de apasionados a la montaña ha puesto la mirada en la provincia. Además, contará con la colaboración de la marca de cervezas Cica, de Ejulve, que habría contactado con el grupo para que intervenga en algún refugio de la zona.
Son Pedro Molina, Diego Vera, Luis Marín, Alejandro Roldán y Daniel Aznar, cinco antiguos monitores de montaña del Valle de Pineta, que han apostado por “devolver a la montaña un poco de lo que lo que ella les ha dado”. “En septiembre preparamos una travesía por el Pirineo en la que tocábamos un refugio. Nos habíamos documentado a través de Internet y vimos que el refugio estaba en unas codiciones muy precarias. Como todos trabajamos con herramienta nos propusimos arreglarlo para que haya, por lo menos, una mesa y unos bancos para sentarnos”, recordó Pablo Molina. A partír de ese momento, la salida se transformó en otra cosa y salieron cargados con herramientas a batería, cien kilos de madera, una guitarra y todo lo que se les ocurrió y que pudieran cargar, incluidas luces led a pilas para decorar.
Después del éxito de esta intervención, colmada de felicitaciones a través de Instagran, nació el proyecto de acondicionar refugios en Aragón. Hasta el momento han intervenido en cinco refugios.
“Llevamos la idea en la cabeza de hacer un refugio por esa zona el año que viene”, confirmó uno de los miembros de este colectivo, Pedro Molina, que explicó que todavía no se ha decidido en cual actuar. “No tenemos la misma documentación que del Pirineo, que es por donde más nos movemos. Pero la idea es hacer un refugio en Teruel”.
A menudo, y a pesar de quegeneralmente los usuarios cumplen rigurosamente la máxima de dejar el refugio al menos en las mismas condiciones en las que se lo encuentran, si no mejor, estas instalaciones acusan el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, e incluso en algún caso el vandalismo o, por lo menos, las gamberradas. No es raro encontrar estas edificaciones con las paredes manchadas del hollín producido por el fuego bajo o con los nombres de algunos de sus usuarios más desaprensivos escritos sin rubor en las paredes y en las puertas. Aunque hay refugios, como el de la Chaparrilla, en el que existe algo de mobiliario, como una mesa plegable y unas sillas, hay otros, como en del Alto del Hontar, en los que el espacio está diáfano, sin ninguna comodidad para el viajero.
Tras las intervenciones realizadas por el grupo Refugios Libres Dignos las paredes vuelven a lucir de blanco y se adecentan las mesas y sillas si las hubiera, se llevan algúnos libros para hacer más amenas las horas de descanso entre una jornada y la siguiente en las travesías por la montaña donados por particulares y se instala un botiquín de emergencia “porque ahora tendría que ser obligatorio que hubiera unos primeros auxilios en cada refugio”. También dejan una parrilla y productos de limpieza. Además, una de las señas de identidad del grupo es dejar en cada uno de los refugios en los que actúan una guitarra. “Asociamos mucho la montaña y la música. Ninguno sabemos tocar pero siempre lo hemos vivido en los campamentos. Dejamos el mensaje de que ni la música ni las vacas dejen nunca de sonar en estos valles, relata el portavoz del proyecto, que recuerda que siempre consiguen una gitarra y si no, la compran “de segundamano” para subirla.
También se utiliza la colaboración espontánea (y altruista) de sus seguidores en redes sociales, que les ofrecen fotos o láminas de la zona para decorar los habitáculos o documentación de la flora y fauna local.
Aunque el proyecto no cuenta con ningún soporte económico fijo, más allá de lo que los cinco integrantes aportan para hacer frente a sus intervenciones, cuentan con apoyos esporádicos que les aligeran la factura de los materiales empleados en el arreglo de los abrigos. Es el caso de la cerveza turolense Zica, que preparará una edición especial con un etiquetado diferente y de cuyas ventas destinará una parte a sufragar el arreglo del refugio turolense, según explicaron los miembros del colectivo. “En la etiqueta nos deja poner lo que querramos. Estamos preparando un texto y el logo”, detalló Molina.
“Hasta el momento no tenemos ninguna ayuda ni de ayuntamientos, ni de instituciones, ni nada”, lamentó el portavoz de este grupo, que cuantificó en unos 700 euros de media cada una de las actuaciones que se han realizado entre materiales, dietas y transporte. Se trata, a su juicio, de una inversión insignificante para un ayuntamiento que, después tendrá el retorno de la gente que emplea esta solución de pernocta y que compra en la tienda del municipio o come en el bar. “En tres semanas desde que hicimos en refugio de Lavasar, en el Ibón de Plan, han pasado más de 200 personas” de toda España cuantificó mediante el libro de firmas con panel de experiencias que dejaron en el refugio. “El Ayuntamiento ha estado más colaborador en el segundo que hemos hecho allí”, recordó Molina.
Teruel, a la próxima campaña
Refugios Libres Dignos se ha marcado el objetivo de arreglar seis refugios al año. En esta campaña ya han actuado en cuatro y tienen comprometido el arreglo de otros dos, por lo que el caso turolense tendrá que esperar a la próxima campaña, que comenzará en marzo, tras la temporada de invierno en la que las condiciones meteorológicas dificultan este tipo de intervenciones.
En sus siguientes intervenciones, incluida la prevista en Teruel, se quiere replicar el modelo que ha propuesto el club de montaña de Canfranc que ha propuesto el reacondicionamiento de su refugio. Según este modelo, el club correría con los costes de la rehabilitación y además impulsará una jornada de mantenimiento al año. “Es un doble mensaje. Alguien lo costea, además, ese refugio se va a cuidar en el tiempo. Es algo que queremos lanzar a los clubes de montaña de Aragón”, dijo Pablo Molina.