Era de la Masía de Santa Ana, en Mirambel. Comarca del Maestrazgo
El Maestrazgo pone en marcha un plan para salvaguardar el patrimonio masovero
Buscan fomentar el conocimiento de la cultura intrínseca a las masías y difundir su carácter comunitario
La comarca del Maestrazgo pone en marcha un Plan de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de las Masías. Buscan recabar testimonios sobre estas formas de vida y darlas a conocer para ponerlas en valor.
Según figura en la memoria, el objetivo es preservar y conocer la forma de vida de estos pobladores porque “hoy más que nunca puede convertirse en un referente para llegar a ser realmente sostenibles y lograr un equilibrio territorial que compense los estragos de las políticas globalizadoras”.
El proyecto, que ya se ha iniciado, convertirá al Maestrazgo en un lugar de experimentación social donde fomentar el conocimiento de la cultura masovera y la difusión de su carácter comunitario. De momento, los primeros talleres han arrancado para formar a los alumnos del Instituto e invitar a alumnos y profesores, tanto de este centro como del CRA Alto Maestrazgo a formar parte del proyecto.
El trabajo de recopilación de testimonios e investigación busca principalmente jerarquizar los trabajos a realizar, para ejecutar las inversiones en función de lo que es más urgente. El proyecto se va a desarrollar gracias a una ayuda de algo más de 13.000 euros para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial propuestas por el Ministerio de Cultura.
El plan pondrá el foco tanto en los conocimientos tradicionales sobre actividades productivas, procesos y técnicas como en las creencias, rituales festivos y otras prácticas ceremoniales. También atenderá a las creencias, rituales festivos y otras prácticas ceremoniales, así como a la tradición oral y particularidades lingüísticas.
Otros de los puntos a tratar son las representaciones, escenificaciones juegos y deportes tradicionales, así como las manifestaciones musicales y sonoras y las formas de alimentación. Por último, se tendrán en cuenta las formas de sociabilidad colectiva y organizaciones, que contemplan las formas de ayuda mutua entre las familias masoveros, para socorrerse en situaciones de peligro o aliviarse en momentos de mayor carga de trabajo.
Uno de los objetivos incluidos en el proyecto es generar los argumentos y el contenido para contribuir a lograr la Declaración de la Cultura Masovera como Patrimonio Cultural Inmaterial.
Los objetivos fundamentales son documentar el patrimonio inmaterial a través de la realización de un inventario donde se establezcan prioridades para concentrar los esfuerzos en su salvaguarda y la preservación de su autenticidad. Además, se difundirá ese patrimonio a través de los medios digitales de forma didáctica, interpretativa e innovadora para llegar a todo tipo de públicos.
Desde el equipo de trabajo, formado por la técnica de Patrimonio Cultural, Sonia Sánchez, y el etnógrafo Félix Rivas, destacan la importancia que tiene establecer un marco de actuación para mejorar la sostenibilidad y capacidad de gestión en torno a este bien inmaterial. Además, buscan aprovechar y potenciar la función social del patrimonio inmaterial frente al despoblamiento, implicando y reconociendo la aportación de las personas, asociaciones y comunidades como agentes activos en la investigación y documentación.
El consejero de Patrimonio Cultural de la comarca del Maestrazgo y alcalde de Tronchón, Roberto Rabaza, está ayudando a la localización de voces de masoveros para recabar los testimonios. Explica que se ha creado una comisión para analizar a habitantes de diferentes pueblos y también perfiles variados. Así, Rabaza comenta que hay masoveros que son propietarios, mientras que otros son medieros o trabajaban a rento; también los hay que, con el paso de los años, acabaron comprando la masía.
El responsable de Patrimonio Cultural matiza que “ahora es el momento” de desarrollar este trabajo porque todavía quedan los mayores y hay muchos jóvenes que conservan la cultura masovera”. Recalca que casi todas las personas tienen un familiar directo que ha sido masovero sigue viviendo de este tipo de explotación agraria.
Todo el territorio del Maestrazgo está plagado de masías y el motivo, como justifica Rabaza, es que los pueblos están muy alejados unos de otros y los términos municipales son muy grandes. Por eso, la forma de vertebrar ese territorio y aprovechar pastos y ganaderías eran las viviendas dispersas”, dice. En ellas había todo un conglomerado que englobaba, dentro de la misma familia, diferentes oficios que les permitían ser autosuficientes, iban desde el cultivo de los animales al cuidado de la tierra, la recolección de la miel o la fabricación del pan.
El Plan de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de las Masías del Maestrazgo va a contar con un equipo de investigación de excepción, que es la comunidad educativa. Su implicación conlleva por un lado contar con su ayuda a la hora de recopilar testimonios, suyos propios o de terceros, en torno a la cultura masovera y, de otro, la puesta en valor de esta manifestación cultural.
Los talleres ya se han iniciado con la explicación de en qué consiste el proyecto. También les han animado a recoger la información de los masoveros y, en este sentido, la técnica de Patrimonio Cultural del Maestrazgo, Sonia Sánchez, indica que la mayoría de los niños que asisten tanto al CRA como al instituto “tienen abuelos o padres que han vivido en masías o que siguen trabajando en ellas”, dice.
Las actividades se están desarrollando en el CRA Alto Maestrazgo y en el Instituto de Enseñanza Secundaria de Cantavieja, tanto con los alumnos como con el profesorado. En el marco del proyecto se les va a formar en la importancia de recopilar el patrimonio oral. Además, les darán competencias para desarrollar entrevistas y recabar así testimonios.
Por otra parte, los alumnos del instituto van a aprender a editar vídeos para que el proyecto tenga una vertiente audiovisual y sea implementada por ellos en el aula. “Trazamos líneas para que sea un trabajo transversal”, explica Sánchez, para añadir que los contenidos se difundirán a través de la página web del Museo Virtual del Maestrazgo. Detalla que no hay plazos para colgar los contenidos, aunque la idea es contar ya con material a lo largo de este curso escolar.
La metodología es crear un archivo de memoria, porque la cultura masovera está “viva y se transmite de padres a hijos”.
Esta parte del trabajo de campo es fundamental y no sólo por la recuperación de lo testimonios y saberes intrínsecos a las masías, sino porque las nuevas generaciones lo pongan en valor.
Según figura en la memoria, el objetivo es preservar y conocer la forma de vida de estos pobladores porque “hoy más que nunca puede convertirse en un referente para llegar a ser realmente sostenibles y lograr un equilibrio territorial que compense los estragos de las políticas globalizadoras”.
El proyecto, que ya se ha iniciado, convertirá al Maestrazgo en un lugar de experimentación social donde fomentar el conocimiento de la cultura masovera y la difusión de su carácter comunitario. De momento, los primeros talleres han arrancado para formar a los alumnos del Instituto e invitar a alumnos y profesores, tanto de este centro como del CRA Alto Maestrazgo a formar parte del proyecto.
El trabajo de recopilación de testimonios e investigación busca principalmente jerarquizar los trabajos a realizar, para ejecutar las inversiones en función de lo que es más urgente. El proyecto se va a desarrollar gracias a una ayuda de algo más de 13.000 euros para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial propuestas por el Ministerio de Cultura.
El plan pondrá el foco tanto en los conocimientos tradicionales sobre actividades productivas, procesos y técnicas como en las creencias, rituales festivos y otras prácticas ceremoniales. También atenderá a las creencias, rituales festivos y otras prácticas ceremoniales, así como a la tradición oral y particularidades lingüísticas.
Patrimonio Inmaterial
Otros de los puntos a tratar son las representaciones, escenificaciones juegos y deportes tradicionales, así como las manifestaciones musicales y sonoras y las formas de alimentación. Por último, se tendrán en cuenta las formas de sociabilidad colectiva y organizaciones, que contemplan las formas de ayuda mutua entre las familias masoveros, para socorrerse en situaciones de peligro o aliviarse en momentos de mayor carga de trabajo.
Uno de los objetivos incluidos en el proyecto es generar los argumentos y el contenido para contribuir a lograr la Declaración de la Cultura Masovera como Patrimonio Cultural Inmaterial.
Los objetivos fundamentales son documentar el patrimonio inmaterial a través de la realización de un inventario donde se establezcan prioridades para concentrar los esfuerzos en su salvaguarda y la preservación de su autenticidad. Además, se difundirá ese patrimonio a través de los medios digitales de forma didáctica, interpretativa e innovadora para llegar a todo tipo de públicos.
Desde el equipo de trabajo, formado por la técnica de Patrimonio Cultural, Sonia Sánchez, y el etnógrafo Félix Rivas, destacan la importancia que tiene establecer un marco de actuación para mejorar la sostenibilidad y capacidad de gestión en torno a este bien inmaterial. Además, buscan aprovechar y potenciar la función social del patrimonio inmaterial frente al despoblamiento, implicando y reconociendo la aportación de las personas, asociaciones y comunidades como agentes activos en la investigación y documentación.
El consejero de Patrimonio Cultural de la comarca del Maestrazgo y alcalde de Tronchón, Roberto Rabaza, está ayudando a la localización de voces de masoveros para recabar los testimonios. Explica que se ha creado una comisión para analizar a habitantes de diferentes pueblos y también perfiles variados. Así, Rabaza comenta que hay masoveros que son propietarios, mientras que otros son medieros o trabajaban a rento; también los hay que, con el paso de los años, acabaron comprando la masía.
“Ahora es el momento”
El responsable de Patrimonio Cultural matiza que “ahora es el momento” de desarrollar este trabajo porque todavía quedan los mayores y hay muchos jóvenes que conservan la cultura masovera”. Recalca que casi todas las personas tienen un familiar directo que ha sido masovero sigue viviendo de este tipo de explotación agraria.
Todo el territorio del Maestrazgo está plagado de masías y el motivo, como justifica Rabaza, es que los pueblos están muy alejados unos de otros y los términos municipales son muy grandes. Por eso, la forma de vertebrar ese territorio y aprovechar pastos y ganaderías eran las viviendas dispersas”, dice. En ellas había todo un conglomerado que englobaba, dentro de la misma familia, diferentes oficios que les permitían ser autosuficientes, iban desde el cultivo de los animales al cuidado de la tierra, la recolección de la miel o la fabricación del pan.
El alumnado, investigador del proyecto
El Plan de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de las Masías del Maestrazgo va a contar con un equipo de investigación de excepción, que es la comunidad educativa. Su implicación conlleva por un lado contar con su ayuda a la hora de recopilar testimonios, suyos propios o de terceros, en torno a la cultura masovera y, de otro, la puesta en valor de esta manifestación cultural.
Los talleres ya se han iniciado con la explicación de en qué consiste el proyecto. También les han animado a recoger la información de los masoveros y, en este sentido, la técnica de Patrimonio Cultural del Maestrazgo, Sonia Sánchez, indica que la mayoría de los niños que asisten tanto al CRA como al instituto “tienen abuelos o padres que han vivido en masías o que siguen trabajando en ellas”, dice.
Las actividades se están desarrollando en el CRA Alto Maestrazgo y en el Instituto de Enseñanza Secundaria de Cantavieja, tanto con los alumnos como con el profesorado. En el marco del proyecto se les va a formar en la importancia de recopilar el patrimonio oral. Además, les darán competencias para desarrollar entrevistas y recabar así testimonios.
Por otra parte, los alumnos del instituto van a aprender a editar vídeos para que el proyecto tenga una vertiente audiovisual y sea implementada por ellos en el aula. “Trazamos líneas para que sea un trabajo transversal”, explica Sánchez, para añadir que los contenidos se difundirán a través de la página web del Museo Virtual del Maestrazgo. Detalla que no hay plazos para colgar los contenidos, aunque la idea es contar ya con material a lo largo de este curso escolar.
La metodología es crear un archivo de memoria, porque la cultura masovera está “viva y se transmite de padres a hijos”.
Esta parte del trabajo de campo es fundamental y no sólo por la recuperación de lo testimonios y saberes intrínsecos a las masías, sino porque las nuevas generaciones lo pongan en valor.
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