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El lienzo este de la muralla de Albarracín resucita del olvido y se convierte en un paseo con mirador El lienzo este de la muralla de Albarracín resucita del olvido y se convierte en un paseo con mirador
Nuevo mirador que conectará, mediante una escalera, con el de la Catedral

El lienzo este de la muralla de Albarracín resucita del olvido y se convierte en un paseo con mirador

La zona se usará como laboratorio para aplicar un novedoso proyecto de paisajismo e iluminación que, si funciona, se extenderá al resto de tramos
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Cruz Aguilar

La recuperación del tramo este de la muralla de Albarracín ha permitido sacar a la luz paños de muro que estaban totalmente ocultos, junto a los que se ha habilitado un paseo y creado un mirador que conecta con el que hay junto a la Catedral de Albarracín.

Los trabajos de restauración de esta zona este están a punto de concluir y han supuesto la intervención en 65 metros de escarpe en los que la muralla estaba oculta entre los derrubios en muchas zonas. Además, según explica el director de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, también había numerosas lagunas que se han recompuesto con el fin de recuperar la estabilidad de los elementos murarios. Ahora todo ese tramo, que va desde la carretera hasta la iglesia de Santa María, se convertirá en un paseo con acceso entre los dos miradores, el de arriba de la Catedral y el de abajo, que se ha habilitado ahora.

Sin embargo, en este ejercicio se ha actuado en el primer tramo, y quedarán en torno a 50 metros cercanos a la iglesia-auditorio todavía por acometer en una actuación prevista, si cuentan con fondos, para 2025.

Además, Jiménez detalla que se levantará parte del asfalto de la carretera para conectar toda la muralla en la zona de los miradores, “de forma que cuando accedas por ahí a Albarracín te des cuenta de que has atravesado el recinto amurallado”, especifica.

El trabajo realizado en estos últimos meses se ha centrado en localizar los tramos ocultos, sacarlos a la luz y consolidarlos utilizando el mortero de cal con una granulometría similar a la encontrada en la muralla original. Por otra parte, se han restituido los tramos que se habían perdido con bloques de caliza donados por un vecino del municipio. Las zonas originales se han diferenciado de los elementos añadidos de consolidación a través de una malla, algo habitual en las restauraciones patrimoniales.

El presupuesto para acometer todo este tramo se ha elevado a 150.000 euros procedentes de la Dirección General de Patrimonio y los trabajos incluyen a su vez la iluminación del paisaje y la intervención en el mismo.

En este sentido, la zona junto a la muralla se adecuará con roquedal con vegetación ya utilizados en otras zonas de Albarracín y que “se ha comprobado que funcionan muy bien”, en palabras de Jiménez.

Para habilitar el paseo se han eliminado las plazas de aparcamiento que había y también todas las plantas invasoras que poblaban la zona y que se han retirado en todo el tramo, hasta la iglesia de Santa María, donde quedan otros 50 metros de muralla aún sin descubrir que, previsiblemente, se abordarán en el año 2025, momento en el que también se completará el paseo.

En toda la zona se ha colocado una tela de coco para contener las tierras, una labor que antes hacía la vegetación invasora que ahora se ha retirado. Durante los trabajos se localizaron restos de una antigua construcción y un desagüe que se ha aprovechado para canalizar las aguas de las laderas.

La actuación incluye un proyecto innovador de paisajismo e iluminación. Esta zona se usará como laboratorio en estos dos aspectos y la idea es replicar después las luminarias y la vegetación en el resto de los tramos para dar coherencia a todo el entorno patrimonial de la ciudad.

La Fundación Santa María ha intervenido en los flancos de la muralla menos visibles, que son la zona oeste, la sur y, en los últimos meses, la este. Faltaría por acometer un tramo de unos 50 metros de la zona este, concretamente la más cercana a la iglesia auditorio de Santa María, y también en toda la zona norte, que es la más vistosa y visitable desde hace años, pero también la más afectada por la erosión. Esta zona norte es la que atraviesa lo que ahora es el casco urbano y parte de la muralla ha sido absorbida por las construcciones posteriores.

La muralla oeste une la trasera de la Catedral con la puerta del cementerio, por unos 470 metros. Los trabajos se centraron en la consolidación de remates de la muralla reconstruida con anterioridad, aunque en algún otro tramo hubo que consolidarla y rescatarla en su integridad bajo los derrubios de ladera ajardinados que la ocultaban. Este es el caso del aparcamiento de San Juan, donde además se recreó la anchura inicial de la misma, limitada con una banda de separación vegetal de la explanada de aparcamiento.

En este tramo también fue muy importante la ejecución del aparcamiento existente bajo el castillo y la acomodación paisajística de todo su entorno, explica Jiménez, incluido el acceso a la misma fortaleza y a las explanadas traseras de la Casa de Santa María y del albergue la Colecta, con un “ejemplarizante roquedo que se ha retomado ahora”, asegura el responsable.
 

Plano que muestra cómo la muralla sigue el meandro del río Guadalaviar

650 metros en tres tramos

En el tramo oeste se actuó entre los años 2007 y 2013 porque, como aclara el responsable de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, todas las labores en la muralla se han realizado de manera paulatina. “Se ha hecho con cuenta gotas, pero ha sido un trabajo ingente puesto que no sólo se ha recuperado una muralla que la gente no sabía que existía, sino que se ha hecho un aparcamiento, se ha limitado otro y se ha ordenado toda la escombrera de la parte sur”, enumera el experto.

En la muralla sur, que tiene unos 120 metros desde el cementerio hasta la atalaya sur descubierta con la restauración, se consolidó la muralla, especialmente la zona externa, perdida en varias zonas, y en la renaturalización y ordenación de las escombreras que existían en la zona, además de la limpieza de la base rocosa de la torre Blanca.

En conjunto, desde el año 2007, se ha intervenido en unos 650 metros de muralla de Albarracín, a los que se sumará el medio centenar de la zona este previstos para 2025 y a falta de una actuación integral en la zona norte, la más visible de la ciudad y que actualmente es visitable.
 

Especies autóctonas

El paisajismo de Albarracín que se va a aplicar en el tramo este de la muralla está basado en la colocación de plantas que no requieran recursos hídricos, apostando así por la sostenibilidad. Se trata de un proyecto experimental desarrollado por la paisajista Paula García que, si funciona, se utilizará también en el resto de la lengua del meandro, en el espacio asociado al complejo murario.

Las plantas utilizadas están desarrolladas ya de forma específica para exigir la mínima cantidad hídrica y aguantar las sequías. Se crían, explica García, en viveros donde no se exceden sus necesidades hídricas y de nutrientes, de forma que su superficie aérea está igual de desarrollada que la raíz. Además, se van a utilizar varias especies asociadas que incluyen elementos arbóreos, arbustos y plantas de pequeño tamaño que van cubriendo el suelo. “Con ello se busca la supervivencia de todas ellas”, comenta la experta.

Las propuestas siguen la idea de jardín sin riego del paisajista francés Olivier Filipi y resultan “muy innovadoras en España”.

El proceso de cambio en el paisaje de Albarracín incluye también la eliminación de todas las plantas invasoras y el uso de los restos orgánicos resultantes de su poda como materia orgánica. Se trata de especies que han ido absorbiendo los nutrientes del suelo a lo largo del tiempo y, a través de utilizar sus restos, se devuelven a la tierra a la vez que se favorece la acogida de polinizadores, según detalla Paula García.


 

Recreación de las plantas que se utilizarán en la zona de la muralla

 

Luces dotadas de autocontrol

Albarracín cuenta con un proyecto de iluminación para toda la muralla, la carretera y los espacios de aparcamiento que incluirá autocontrol de las luminarias ajustados al nivel de iluminación según la hora del día y la actividad en la zona.

El proyecto, desarrollado por la empresa MCM Lighting, parte de la premisa, según explica su responsable, Marta Coda, de que Albarracín se encuentra en un entorno rural y protegido. Por ello, la iluminación busca preservar la biodiversidad y el medio ambiente ya que, cuanta menos luz, mejor dirigida y más cálida más se preserva la biodiversidad, aunque siempre teniendo en cuenta que haya suficiente para las personas.

Las luminarias se están desarrollando en la actualidad pero el objetivo es lograr, mediante el autocontrol, la máxima eficiencia energética. En este sentido, Coda especifica que “lo novedoso de este proyecto” es la concienciación que ahora existe de “proteger la noche, tanto el cielo oscuro como la biodiversidad de un entorno rural”.

Se colocarán luminarias muy eficientes de forma que se consuma la menor energía posible. Además, se reducirán los niveles de iluminación, adoptando los más bajos dentro de la normativa. Se usarán tonalidades de luz cálidas, con temperaturas de color muy bajas, evitando ondas azules del espectro.

Desde MCM Lighting explican que la luz artificial dañina afecta a la fotosíntesis y los ciclos de caída de hoja, al igual que los insectos, cuyo ciclo natural también se ven afectados.

La contaminación lumínica se evitará puesto que los puntos de luz irán dirigidos a la superficie que se quiere iluminar, sin aportar luz hacia el cielo ni hacia las zonas que no la necesitan. “No habrá luz intrusa y la intensidad será muy baja, en tonos ámbar”, especifica.

Marta Coda argumenta que ya en el año 2014 se renovó toda la iluminación del pueblo a partir de un Plan Director que fue elaborado por diferentes expertos y que concluyó en su materialización por parte del ayuntamiento. En ese momento se fabricaron farolas específicas para Albarracín a partir de las propuestas del experto Louis Claire, con quien Coda trabajaba en ese momento.

La responsable de MCM Lighting especifica que el antiguo mirador de la Catedral se “conectará visualmente” con el que ahora se ha habilitado.

El director de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, calcula que el coste de la iluminación de toda la muralla y las zonas cercanas como la carretera y los aparcamientos rondará los 600.000 euros. Destaca que se trata de un proyecto en el que “Albarracín volverá a ser ejemplo”, dice, para añadir que la iluminación que se colocó en 2014 “se adelantó a la normativa que luego entró en vigor”.

El responsable de la Fundación Santa María indica que tanto la iluminación como el paisajismo debe ser acorde en toda la ciudad: “Si buscamos un sistema coherente hay que aplicarlo en todos los ámbitos, llevar a cabo un planteamiento integral”, asegura, para añadir que Albarracín está “en el punto de mira” y de él se habla “en diferentes ámbitos”.
 

Recreación de la nueva iluminación planteada para la zona amurallada

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