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El curso de encuadernación de Albarracín recupera un gran cantoral que fue acuchillado El curso de encuadernación de Albarracín recupera un gran cantoral que fue acuchillado
Los alumnos del curso trabajan con diferentes obras con tipologías y patologías diferentes con el fin de que la formación sea lo más completa posible

El curso de encuadernación de Albarracín recupera un gran cantoral que fue acuchillado

Los alumnos están trabajando en piezas de tipología variada de entre los siglos XVI y XIX
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Cruz Aguilar

Los diez alumnos del curso de Encuadernación de Documentos de Albarracín han recuperado varias obras entre las que destaca un cantoral de grandes dimensiones que tiene acuchilladas parte de sus 48 páginas, todas ellas de pergamino. Se trata de un libro de cantos de la Catedral de Albarracín del año 1740, con tapas de madera de 85 centímetros de alto y 48 páginas de pergamino, muchas decoradas con miniaturas.

La profesora de restauración que está al frente del curso, Sara Mañoso, precisa que un tercio de las hojas del libro están dañadas por un arma blanca. Los daños indican que el libro fue apuñalado cuando estaba abierto y el autor intento rasgar gran parte de las páginas. “Un tercio del libro presenta un desgarro de unos 15 centímetros, se ve que es algo continuo y está hecho en bloque”, argumenta la docente del curso, que está auspiciado por el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem) y cuenta con el personal técnico facilitado por el Instituto de Patrimonio Cultural de España.

Otra de las características de este peculiar libro es que las tapas, que son de madera, están recubiertas por ante rojo, un material no demasiado habitual ya que la piel suele presentarse más curtida, según argumenta Mañoso. Al hacer la intervención, los técnicos han localizado zonas en las que se conserva el color original, lo que permitirá “hacer una buena reintegración cromática”, anuncia la responsable. Los cantorales son grandes libros que se colocaban sobre un atril para que las letras se vieran a distancia y los participantes en la liturgia pudieran cantar.

Encuadernado

Los alumnos se ocuparán de atender el encuadernado y las tapas y dejarán las hojas de pergamino para los participantes en el curso que pronto comenzará de Documento Gráfico en Albarracín. En este sentido Sara Mañoso destaca la importancia que tiene la coordinación entre ambos para dejar piezas totalmente acabadas.

Las nueve alumnas y un alumno que participan en el curso proceden de lugares tan variopintos como Cataluña, Andalucía, Aragón, Comunidad de Madrid o Castilla y León. Además del cantoral, están restaurando otras obras también de gran relevancia en el conjunto del patrimonio documental de la Catedral de Albarracín, como un pasionaria, que es un libro para hacer misa y en el que se recogen distintos tipos de liturgias con partituras musicales. Se trata de una obra del siglo XVI, con encuadernación flexible en pergamino que, tras su paso por este curso quedará totalmente restaurada ya que el interior se recuperó en el curso de Restauración de Documento Gráfico del año pasado.

Sara Mañoso manifestó que el mundo de la encuadernación es muy amplio y es por eso que elige los libros de diferente tipología, materiales y también patologías. Al tratarse de un grupo de diez alumnos suele seleccionar entre 5 y 7 obras de forma que todos puedan trabajar, solos o en pareja, sobre al menos una obra y comentar las incidencias con el resto de los compañeros. “Hemos intentado repasar un poco de todo, cada encuadernación es de una manera y por eso la primera semana aprenden nociones básicas sobre partes de un libro o tipo de costuras”, relata la especialista, quien añade que este año de la decena de alumnos solo dos están formados en documento gráfico.

Elenco

Por eso, al elenco elegido ha incluido un pontifical de 1542, que es un libro de liturgias y que constituye el tomo 2, por lo que el tomo 1 está pendiente de ser restaurado también. Además, han estado trabajando en un libro de 1725 que presenta siete misales unidos. “En origen estaban sueltos y se han encuadernado en conjunto manteniendo su encuadernación primera”, explica la docente. Van mantener esa encuadernación conjunta pero haciendo una costura nueva, porque la que tenía estaba dañando el cuadernillo al no ir por el lomo, sino traspasando el documento.

El curso concluirá el viernes y en estos días tienen previsto preparar las cajas de conservación donde guardarán las obras intervenidas. Se trata de unos recibimientos de un cartón específico donde capa que está en contacto con el libro es de ph neutro y tiene una reserva alcalina. Además del envase, Mañoso indica que este tipo de materiales antiguos deben estar conservados en un lugar don temperatura estable y humedad controlada para evitar su deterioro.