El CRIET y la residencia de Albarracín no pierden sus lazos por el confinamiento
Aunque ahora no pueden jugar juntos, los mayores y los alumnos intercambian cartasEl CRIET de Albarracín y la residencia de mayores de la misma localidad tienen un estrecho vínculo que se ha mantenido a pesar de la distancia impuesta por el confinamiento y el estado de alarma por la crisis sanitaria. Las tradicionales visitas de los alumnos al centro de ancianos no se han podido realizar en este último trimestre del curso tan atípico pero se han intercambiado cartas.
La colaboración con la residencia de la tercera edad siempre ha formado parte de la propia dinámica del CRIET, un centro educativo por el que pasan escolares del medio rural de toda la provincia y del resto de Aragón. Según explicó el centro educativo se ha establecido “un vínculo de cooperación que ha englobado diferentes aspectos que son de gran carga humana y afectiva”.
Los alumnos del CRIET de Albarracín están colaborando junto con la residencia de la tercera edad de Albarracín con una serie de actividades para hacer más ameno el día a día. Los niños, junto con el equipo CRIET, se trasladan un día cada semana al centro con una serie de juegos de mesa destinados a estimular la memoria y la atención. Gracias a estos pequeños ratos entre las personas de la tercera edad y los niños fluyen experiencias, intercambios de opiniones y la curiosa comprensión entre dos colectivos de edades tan dispares.
Aunque este trimestre ha sido muy diferente y estos encuentros no se han podido realizar, los docentes no han querido perder la oportunidad de contar con los mayores así que el CRIET sugirió a la residencia la posibilidad de que los residentes pudieran escribir cartas animando a los niños y explicándoles cómo se sentían. Las cartas que mandaron las publicaron en la revista escolar Alcherol y se difundieron por las redes sociales poniendo en valor la gran carga afectiva que contenían cada palabra.
En sus misivas, los mayores recordaban con mucho cariño esas jornadas que compartían con los pequeños antes de la epidemia y les animaban a trabajar en casa los deberes que les envían sus profesores. También les pedían paciencia y cuidarse mucho: lavarse las manos y respetar las normas. Algunos incluso les enviaron letras de canciones de su niñez para compartirlas con los pequeños.
Además, los niños también les enviaban cartas de ánimo a sus veteranos amigos, con mensajes, dibujos, todo ello con el fin de levantar la moral de los mayores que a causa del coronavirus no pueden recibir la visita de sus familiares o amigos. Por lo tanto, se reflejó durante unos días un intercambio mutuo de mensajes de ánimo y cariño entre todos.
El CRIET de Albarracín lleva desde el año 1983 en activo, con motivo del nacimiento de un programa que ha conseguido establecer miles de relaciones humanas y personales, se vio en la necesidad de la creación de una revista denominada Alcherol. Este año, y con la situación actual, la revista se ha reinventado y el centro ha querido que fuera especial, por ello no se va a dejar de publicar y romper con la tradición. “No hemos querido que se pierda, por lo que para la propia elaboración de la revista hemos contado con la participación de todos los alumnos que han pasado por el CRIET este año. Uno de los grandes incentivos para la confección de la revista ha sido la participación del periodista Javier Silvestre animando a los crieteros a colaborar con la revista”, explicó la dirección del centro educativo.