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El comandante del submarino más avanzado de la armada española es de Muniesa El comandante del submarino más avanzado de la armada española es de Muniesa
Corral (dcha.) con lo alumnos del curso de comandante en Noruega

El comandante del submarino más avanzado de la armada española es de Muniesa

El marino Manuel Corral Iranzo se pone al frente del S-81 tras años de experiencia y una extensa formación
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Cruz Aguilar

El nuevo submarino desarrollado por Navantia para la Armada española se pondrá a flote este jueves y el comandante que estará al frente del mismo es Manuel Corral Iranzo, un hombre de 40 años oriundo de Muniesa. 
El comandante es militar desde el año 2002 y se ha formado en la Escuela Naval Militar de Pontevedra y, además, ha realizado un prestigioso curso que organiza la marina de Noruega y que, como él mismo explica, “el alumno que lo pasa está capacitado para mandar un submarino y su país directamente se lo asigna”.  En esa actividad formativa participaron otros dos jóvenes noruegos que, sin embargo, no lograron pasar la prueba. 
El comandante Corral Iranzo se pondrá al frente del S-81 Isaac Peral, el primer sumergible de la línea de los S-80, que son los más avanzados tecnológicamente y permiten el lanzamiento de misiles a tierra, algo inédito hasta ahora en el submarinismo español.
El militar nació en Zaragoza en el año 1981, pero toda su familia es de Muniesa y residió allí durante sus primeros años de vida, hasta que sus padres se mudaron a la capital aragonesa por motivos laborales. Sin embargo, sus “mejores recuerdos de la infancia” son de Muniesa, al igual que los de la adolescencia, en la que no faltó a las verbenas de verano de los pueblos de alrededor. “Tengo grandes recuerdos de irnos de fiesta y también de ayudar a mi familia en las labores del campo”, apunta. 

Su historia
Sus abuelos eran guardias civiles, pero él ni siquiera los recuerda, por lo que achaca su vocación profesional a “un sentimiento patriótico” que le invadió en la adolescencia. Decidió preparase las pruebas y la oposición era conjunta para la Guardia Civil, el Ejército de Tierra y la Armada, que fue la que aprobó. Esa opción ni siquiera se le había pasado por la cabeza, reconoce, pero su madre le instó a que probara suerte ya que había aprobado: “Me fui a Marín, que está en Pontevedra y ahí comenzó mi carrera como marino”, relata.
Para un chaval criado en Muniesa el mar queda demasiado lejos y Corral Iranzo reconoce que no conocía nada de esa profesión que, sin embargo, pronto le cautivó. Durante el tiempo de formación, que duró cinco años, recibieron la visita de un submarino y “el halo de misterio” que tenía le “embaucó”, asegura. 
El paso por la Escuela Naval de Pontevedra marcaría todo su futuro, tanto profesional como personal, ya que allí conoció a su mujer, con la que tiene cuatro hijos y espera un quinto. “Ya le dije a mi entonces novia que me quería dedicar a los submarinos y ella me siguió hasta Cartagena, que es donde está la base”, dice.
Para llegar a mandar un submarino ha pasado diferentes fases porque, como él mismo relata, “hay que cubrir ciertas etapas, ganar experiencia y pasar varios procesos de selección”. A sus 40 años ha llegado al culmen de cualquier submarinista, que es ponerse al frente de un buque. En su caso lo hará del primero diseñado y construido en un astillero español, “un hito que desde Isaac Peral, que es precisamente el que da nombre al actual submarino, no se logra en España”, comenta. 
El curso que realizó de comandante de submarino fue una de las pruebas más duras a las que se ha enfrentado en su vida profesional, según reconoce. Solo hay seis países de la OTAN que organicen esta formación y España no está entre ellos, de ahí que decidiera optar al de Noruega. 
Para acceder a él es necesario tener siete años de experiencia en submarinos y la formación consiste en comprobar que el alumno “es capaz de mantener la seguridad del submarino en cualquier situación”, explica. Para ello los someten a un gran presión dentro del buque, en inmersión pero con los periscopios fuera del agua, con muchos barcos alrededor y en continua evaluación. “Cuando comprueban que eres capaz de mantener la seguridad miden cómo manejas el submarino en las diferentes misiones que te plantean y debes de ejecutar. Te ponen en situaciones comprometidas para ver si sabes priorizar entre mantener la seguridad pero a la vez cumplir la misión”, explica, para añadir que la capacidad de liderazgo al frente de la tripulación es una de las claves para superar el curso y por supuesto para ponerse al frente de un submarino.
En el curso participaron tres personas y solo él lo superó, aunque explica que no fue una competición sino que a cada alumno se le aprueba o suspende por sus capacidades, independientemente de lo que haga el resto.
Con su experiencia y esta exclusiva formación Manuel Corral está capacitado para ponerse al frente del submarino cuya puesta a flote tendrá lugar mañana jueves en Cartagena. Al acto asistirán los reyes y será el principio de la última etapa del sumergible, que a partir de ahí se quedará en el agua para la realización de diferentes pruebas. “Son para comprobar que el submarino funciona correctamente, para ver que Navantia ha hecho lo que le ha pedido la Armada, a la que el submarino se entregará en un año”, indica Manuel Corral Iranzo.

“La vida en el interior tiene muchas restricciones de espacio e intimidad”

Manuel Corral Iranzo se pondrá este jueves 22 de abril al frente  del submarino más avanzado de la armada española. Es el más tecnificado, tiene capacidad para el lanzamiento de misiles y además es el primero que se diseña y construye en un astillero español, Navantia. 
-¿Cuáles son las tareas de un submarino militar?
-Un submarino sirve para obtener información del enemigo sin ser detectado, obtener información sin que el otro lo sepa, hacemos inmersión al salir de puerto y ya nadie sabe dónde estamos. Otra de las posibles misiones es el ataque a otros buques en tiempos de guerra y tienen bastante capacidad ofensiva, torpedos, minas o, como en el caso del submarino que voy a llevar yo, misiles por primera vez en la historia de la armada. Otras veces se usan para infiltrar equipos en misiones especiales, permite mandar gente a operaciones especiales sin que el enemigo los detecte. Por último está la capacidad de disuasión, los submarinos son difíciles de combatir y muy ofensivos y los países se lo piensan más a la hora de enfrentarse a un país que los tiene.
-¿En qué tipo de misiones ha participado usted?
-En misiones en el ámbito del Mediterráneo y orientadas a obtención de información de otros países o en el entorno del mar mediterráneo, que es el campo de acción que tienen los submarinos. Participé también en la guerra de libia, donde controlamos el embargo de buques en la zona.
-¿Cómo es la vida a bordo de un submarino?
-Es muy peculiar porque el submarino tiene un gran número de limitaciones y restricciones por tamaño e intimidad, es una vida de mínimos, en cuanto a espacio e intimidad, pero máximo de compañerismo y buen ambiente. Los submarinistas tenemos vocación, si no no se puede estar 30 días en inmersión, sin ver la luz del día, duchándose cada 3 días, con 2 retretes para 60 personas... o tienes vocación y pasión o no te metes ahí dentro, aunque todo eso lo suple el buen ambiente que hay. 
-¿Cuál es el trabajo de esas 60 personas?
-En dos actuales, de la clase Galerna, la dotación es de 65 personas. De estos hay dos y que ya tienen más de 35 años. En los nuevos la dotación es de 40 porque son más modernos, están más automatizados y muchos procesos se reducen. Hay tres turnos de gente durante las 24 horas y en los actuales, al estar menos automatizado son necesarios todos los marinos, la seguridad es fundamental, cualquier fallo puede ser catastrófico.
-¿Qué espacio hay en el interior?
-Los actuales tienen poco más de 100 metros para 65 personas, el que ahora se botará tiene 150 metros y estaremos 40.
-¿Cuál es la sensación al viajar dentro de un submarino?
-Se mueve muy poco porque al estar en inmersión el efecto de las olas no se nota, mucha gente que acaba en submarinos es porque se marean en barco y lo ven como una alternativa, no es mi caso, porque no me mareo. El aire lo compartimos entre todos y que hay que renovar de vez en cuando, no se notan grandes cosas, pero cuando el ambiente se empieza a cargar, se reduce el oxígeno puedes llegar a notar dolores de cabeza, por eso de manera periódica, unas dos veces al día hay que cargas las baterías, sacar un tubo al exterior y eso renueva las baterías.
-¿No se puede fumar?
-hay limitaciones, en los momentos que estamos en contacto con el exterior, por donde pasa el aire a los motores, la gente puede fumar. Cuando estamos en inmersión y hay que cocinar tampoco se pueden hacer frituras ni nada que produzca humos.