El colegio de Sarrión logra mejorar la convivencia y el aprendizaje con el innovador programa Aulas Felices
Las emociones, la asignatura de matrícula de honor para el centroEl colegio público de Sarrión es un centro que está creciendo en los últimos años, con 135 alumnos y 14 profesores, pero, además, ha apostado por la innovación basada en la inteligencia emocional y la convivencia que está generando un excelente clima de trabajo muy motivador para los escolares.
Cuando hace cuatro años el centro planteó su proyecto de innovación ligado a la flexibilidad de los tiempos escolares, se decidió apostar por las emociones y las familias lo respaldaron. Se aprobó el modelo de jornada continua y se incorporaron metodologías destinadas a trabajar la inteligencia emocional que están teniendo muy buena acogida.
Catalina Malpica, profesora de pedagogía terapéutica del CEIP Sarrión, explica que para este proyecto de centro se apostó por seguir el programa Aulas Felices, que se basa en los aspectos positivos del ser humano y que contribuye a la educación integral de los alumnos a través del conocimiento de las emociones.
Algunas de las actividades son muy sencillas y fáciles de llevar a cabo y están teniendo una excelente aceptación entre los pequeños y los docentes. “Por la mañana a primera hora, los chicos estaban muy descentrados, les costaba concentrarse y por eso comenzamos con la gimnasia cerebral”, señala Malpica.
Se trata de ejercicios de dos o tres minutos de duración como El ocho perezoso -que consiste en dibujar de forma imaginaria un 8 grande “acostado” y que estimula la memoria y la comprensión- o la técnica Peter Pan, tocando las orejas que contribuye a despertar la audición.
Otro de los momentos centrales de la jornada es el regreso a las aulas tras el descanso del recreo. “Los niños suben del patio muy alterados y a veces cuesta volver a dar clase, por eso se propone hacer relajación”, comenta la profesora de Sarrión. En este caso, trabajan con el libro de meditación para niños Tranquilos y atentos como una rana, de Snel Eline, que incluye propuestas muy fáciles y rápidas de hacer.
“Los chicos están muy contentos y se mejora mucho la clase, ellos mismos lo piden cuando vuelven del recreo”, asegura Catalina Malpica.
Les quedaba la parte emocional para la que utilizan el libro Emocionario, dime lo que sientes, de Cristina Núñez. “Hay mucho desconocimiento de las emociones, no saben expresar los celos o la rabia”, señala la docente del centro sarrionense.
La gimnasia cerebral, el trabajo de las emociones y la relajación forman parte del horario en este centro educativo y a los padres les gusta mucho la iniciativa. “Sin la colaboración de las familias todo este proyecto no se podría llevar a cabo”, argumenta Malpica.
Tutorías con corazón
La tutoría es otra de las claves para que todo este proyecto se consolide. Recientemente, la directora del colegio, Lidia Barea; la profesora de Pedagogía Terapéutica, Catalina Malpica, y la jefa de estudios, Pilar Saura, han participado en la publicación Aprendiendo con lápiz y corazón, del proyecto Teruel convive del que forman parte junto con profesorado de diferentes centros educativos de la provincia. En el libro explican las diferentes actividades que desarrollan en este tiempo para compartirlas con otros maestros.
Las experiencias realizadas en Sarrión se dividen en tres grandes bloques según las competencias que se trabajan. Por un lado, la regulación emocional para que los niños aprendan a manejar sus emociones. También se aborda la autonomía emocional: la capacidad de sentir, la autoconciencia y asumir consecuencias. Asimismo, se presta atención a las habilidades sociales: la empatía y la resolución de conflictos. Hay actividades específicas para cada curso, principalmente para primero, segundo y tercero de Primaria.
Los niños son los grandes protagonistas y eso les motiva porque tienen oportunidad de trabajar en grupo y de hacer sus aportaciones. Catalina Malpica reconoce que detrás de esta propuesta hay mucho esfuerzo pero que merece la pena ya que “mejora el clima entre iguales y también la actitud que tienen con los maestros”. Esta mejora de la convivencia también tiene repercusión en el rendimiento académico.
El alumnado participa para tener “el patio de sus sueños” con la ayuda de las familias
El recreo es uno de los momentos fundamentales de convivencia en los centros escolares y por ello el CEIP de Sarrión, en su apuesta por trabajar a partir de las emociones, ha puesto en marcha iniciativas para mejorar este periodo donde se ha contado con la participación de los escolares y de sus familias a través de su Proyecto Patio.
La profesora de Música y Plástica planteó a los niños que pensaran en cómo sería “el patio de sus sueños”. Hicieron un concurso de dibujos y con todas las ideas se mejoraron las instalaciones y se organizaron diferentes actividades para dinamizar este espacio de encuentro .
Con la colaboración de los papás se han pintado juegos en el porche como la rayuela, el tres en raya o el twister para Primaria y en Infantil se ha puesto una cocinita de madera y ahora también se está colocando una separación entre la zona de Infantil y la de Primaria.
Hay un cuadrante y los niños eligen a qué quieren jugar cada día. El fútbol, que antes monopolizaba los recreos, solo se puede hacer un día a la semana. Ahora hay menos conflictos y los chavales se dan cuenta de que lo pueden pasar fenomenal.
La oferta es variada: fútbol, baloncesto, aros, tizas, zancos, badminton, entre otras propuestas.
Para evitar que los chicos se cansen se van incorporando novedades. Este año se ha propuesto la realización de un torneo de datchball para después participar en la competición provincial que se hace en Calamocha. Y de cara al buen tiempo, se quiere ofertar una biblioteca móvil con la que los pequeños puedan disfrutar de la lectura como un alternativa más en este recreo tan activo.