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El centro de interpretación de la Batalla de Cutanda estará terminado en junio de 2020 El centro de interpretación de la Batalla de Cutanda estará terminado en junio de 2020
Maniquíes de los ejércitos contendientes de la Batalla de Cutanda y sala de audiovisuales del centro de interpretación

El centro de interpretación de la Batalla de Cutanda estará terminado en junio de 2020

Conmemoración del 900 aniversario de la famosa contienda que aconteció en 1120
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La Fundación San Roque de Calamocha, que depende del Ayuntamiento, tendrá terminado el centro de interpretación de la Batalla de Cutanda en junio del año que viene, que se conmemora el 900 aniversario de la contienda, 1120, en la que Alfonso I el Batallador derrotó al ejército almorávide que quería recuperar Zaragoza. A partir de esta batalla, batidos en retirada los almorávides y sus aliados, El Batallador se apoderó rápidamente de todas las fortalezas musulmanas en el frente Jalón-Jiloca. La Fundación San Roque dispone de 80.000 euros del Fite. Una nave municipal de Calamocha en Cutanda va a ser el centro de interpretación de la Batalla de Cutanda y que va a ser también un centro de investigación medieval. 

El técnico del Ayuntamiento de Calamocha y de la Fundación San Roque, Emilio Benedicto, manifestó que el centro de interpretación de la Batalla de Cutanda va a iniciar próximamente las obras una vez que el Ayuntamiento de Calamocha ceda el local para luego adjudicar los trabajos de la obra. 

En esta línea, Emilio Benedicto reseñó que la Fundación San Roque dispone de 80.000 euros del Fondo de Inversiones de Teruel del pasado año. Una cantidad a la que se tiene que sumar 65.000 euros para los que se ha solicitado 35.000 euros a Adri Jiloca Gallocanta y los 30.000 euros restantes al Ayuntamiento que se consignarán en este año y el año que viene, aunque se está pendiente en este punto de los presupuestos municipales y de la próxima corporación municipal que entre. “Las obras se van a empezar ya con el dinero del Fondo de Inversiones de Teruel una vez que pase por pleno la cesión de la nave municipal a la Fundación San Roque para que haga el centro de interpretación de la Batalla de Cutanda”. 

La memoria descriptiva del centro de interpretación de la Batalla de Cutanda lo ha realizado el arquitecto y miembro de la Asociación Batalla de Cutanda, Tomás Guitarte y se basa en acondicionar una nave de usos múltiples, antiguo almacén de cereal de 300 metros cuadrados, que tiene el Ayuntamiento de Calamocha. Cutanda es un barrio rural de Calamocha. “El objetivo del centro de interpretación es promocionar la Batalla de Cutanda y generar dinamismo a la zona”, comentó Benedicto. 

El centro de interpretación de la Batalla de Cutanda tendrá una sala de recepción, una sala de contenido histórico, otra sala de la Batalla de Cutanda, una sala de audiovisual de la Batalla de Cutanda y otra sala del proceso de la búsqueda de la Batalla de Cutanda. También habrá recreaciones, maniquíes, de los soldados de los ejércitos cristianos y musulmán. Se accederá al centro de interpretación por la fachada sur. La recepción informará al visitante tanto del castillo como del campo de batalla y del patrimonio turístico y cultural que tiene no solo Cutanda sino también de la zona, muy rica en patrimonio natural. El centro de interpretación contará con un diaporama sobre el Camino de la Batalla que mostrará el itinerario del ejército almorávide.

Investigación

El técnico del Ayuntamiento de Calamocha y de la Fundación San Roque añadió que el centro de interpretación de la Batalla de Cutanda también será un centro de investigación de la arqueología vinculado a las batallas medievales y centro de asociaciones de castillos medievales de España, Portugal y Francia. “Se busca que el centro de interpretación sea un centro vivo, de investigación, que genere dinamismo en el territorio”, incidió.

El primer teniente alcalde del Ayuntamiento de Calamocha, Oscar Daniel Bouzas Queipo, recordó que el centro de interpretación de la Batalla de Cutanda cogió forma con la visita que se realizó a Santa Elena, (Jaén), lugar de la Batalla de las Navas de Tolosa cuando se vieron las instalaciones y se produjo un hermanamiento entre las asociaciones de la Batalla de Cutanda y de las Navas de Tolosa. Asimismo, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Calamocha destacó que lo se pretende con el centro de interpretación de la Batalla de Cutanda es dinamizar la zona. 

Fortaleza musulmana

El castillo  de Cutanda  fue edificado por los musulmanes en un relieve elevado e individualizado, aprovechando los restos de un antiguo asentamiento de época celtibérica, con un carácter estratégico de primer orden. Debió ser devastado en la famosa batalla de Cutanda (1120).

Al igual que otras muchas fortalezas, se convirtió en un palacio señorial destinado al exclusivo uso de su propietario, el arzobispo de Zaragoza. Para controlar asuntos administrativos sobre todo impuestos, y ciertos aspectos religiosos, de forma que los delegados arzobispales, solían alojarse en el castillo, y desde allí, llamaban en audiencia a las personas interesadas. Pero nunca perdió su carácter de fortaleza.

Durante las guerras contra Castilla volverá a asumir funciones defensivas.

Una vez acabada la Primera Guerra Carlista fue una milicia local la encargada de defender y mantener en perfecto estado el castillo.

Una carta en mayo de 1855 para exponer la falta de armas y municiones será la última noticia que se conserva sobre la fortaleza militar. A partir de este momento perdió su papel estratégico y fue abandonado. El proceso de deterioro de la fortaleza fue imparable. En junio de 1859 se inicia el desmantelamiento para aprovechar sus tejas, pues se estaban realizando reformas en la torre de la iglesia y había necesidad de materiales. A medida que la villa crecía en población, se necesitaba un número creciente de piedras, vigas y tejas para edificar las casas, y estos materiales procedieron en gran medida del castillo medieval, que poco a poco sería desmantelado. En enero de 1869 el Ayuntamiento solicitaba autorización al Gobierno Civil, institución de la que dependía el edificio, “para demoler el castillo a fin de evitar funestos resultados, por hallarse en su mayor parte en estado ruinoso”. En abril se contrata su demolición, por 500 reales de vellón, y los materiales se reparten entre el contratista y los vecinos.