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El castillo de Cutanda se levanta sobre una fortaleza andalusí y un poblado prehistórico El castillo de Cutanda se levanta sobre una fortaleza andalusí y un poblado prehistórico
Instante de la recreación, ayer. David Sánchez

El castillo de Cutanda se levanta sobre una fortaleza andalusí y un poblado prehistórico

Presentan las conclusiones de la intervención llevada a cabo en la torre del recinto amurallado
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José Luis Rubio

El castillo de Cutanda se levanta sobre una fortaleza anterior del periodo andalusí y en el lugar en el que hubo un gran asentamiento en la Edad de Bronce. Es la principal conclusión que se ha obtenido de los trabajos de excavación y restauración que el Ministerio de Hacienda ha concluido de la torre del recinto amurallado en el que se han invertido más de 400.000 euros.

Este sábado se presentaron, dentro de la programación de la celebración de la IX Batalla de Cutanda, los resultados de los trabajos desarrollados por el equipo interdisciplinar de la empresa Mainel Arquitectura formado por arquitectos, historiadores y arqueólogos en la torre del castillo de Cutanda.

La torre era una torre señorial (...) era una gran sala señorial que pertenecía al Arzobispado de Zaragoza”, explicó una de las autoras del proyecto, Eva Niño. “Se ha restaurado y excavado toda esa zona que pertenece al Ministerio de Hacienda, al Estado, pero queda por excavar la mayoría del castillo, que está en terrenos que pertenecen a algunos a propietarios privados y otros a el Ayuntamiento de Calamocha. Se ha acometido la excavación completa del ámbito perteneciente al Estado”, puntualizó Niño. En estos trabajos se ha procedido a la restauración de las estructuras, “ tanto las que ya estaban, que es un muro de esa torre, tal como de las estructuras que han ido saliendo”, dijo la arquitecta.

“La mayor parte del trabajo era la excavación arqueológica, porque todo estaba colmatado de tierras. Se realizó la excavación arqueológica y luego la limpieza y consolidación de los muros porque el muro tenía problemas estructurales, había una parte que se estaba cayendo e hicimos un apeo, una sujeción estructural de la parte del muro que se estaba cayendo y de las piezas de sillería que todavía quedaban en el muro, que también estaban volando o desvoladas, en voladizo, pues que también hemos hecho la sujeción estructural”, explicó la arquitecta que remarcó que todo se hizo “súper revisado por la Comisión de Patrimonio”.

Resultados sorprendentes

Los resultados de las excavaciones fueron sorprendentes. “Tenemos un yacimiento muy, muy relevante históricamente. Hemos sacado a la luz estructuras de cabañas de un poblado, del horizonte cultural de Cogotas, o sea estamos hablando de hace más de 3.000 años, en la Edad del Bronce, que era algo completamente inesperado. Hemos sacado 12.000 piezas arqueológicas de distintos periodos, muchísimas piezas de periodos andalusíes, hemos sacado estructuras de muros de época andalusí”, resumió Niño.

Se ha destapado toda la base del recinto y de los muros de la base de la torre con gruesas murallas de hasta dos metros de ancho. Además, se han encontrado restos arqueológicos de un pasado andalusí, anterior al castillo que se conoce, que “estaba levantado sobre una antigua fortaleza musulmana que estaba levantada sobre un antiguo asentamiento prehistórico, de la Edad del Bronce. De hecho, la fortaleza musulmana no sabemos cómo sería porque fue completamente arrasada al construir el primer castillo medieval”, dijo.

El castillo de Cutanda fue un enclave estratégico y disfrutó de gran importancia en la Edad Media. Se trataba, en realidad, de un castillo palaciego que era una de las tres residencias del Arzobispo de Zaragoza. Era la capital de un distrito, “y como capital pues era un lugar de grandísima importancia dentro de esta zona”, apuntó la arquitecta. Más tarde dejó de ser residencia arzobispal pero todavía mantuvo su relevancia administrativa hasta poco a poco fue perdiendo relevancia. En el XIX fue derruido por el propio ayuntamiento después de que fuera utilizado por los dos bandos en las Guerras Carlistas.

La batalla entre Alfonso I e Ibrahim ibn Yusuf congrega a más de cien recreadores

Más de cien recreadores y de 200 curiosos se citaron el sábado en la IX edición de la Batalla de Cutanda en la que, por primera vez, hubo dromedarios expuestos para recordar su papel como animales de carga en el Siglo XII. La recreación de la lucha, que concluyó pasadas las 20:30 horas, fue el plato fuerte de un intenso fin de semana al que todavía le quedan por delante las últimas horas en las que se vivirá la recreación del asalto al castillo.

La afluencia de visitantes obligó a los organizadores a doblar el horario de visitas al centro de interpretación de la Batalla de Cutanda, y si en un principio estaba previsto que se pudiera visitar durante la mañana, la afluencia de interesados hizo que se abriese también por la tarde.

Además, los talleres que cada grupo recreacionista organizó en su campamento estuvieron constantemente activos, “con mucha gente y mucha participación”, apuntó Tamara López, miembro de la organización.

La noche acabó con el cortejo fúnebre en el que se rindió homenaje a los caídos en la batalla, especialmente a Auger de Miramont, noble francés que, según las fuentes, habría encontrado la muerte en el campo de batalla.