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El año que Calamocha estuvo a -30 ºC: una escultura de José Azul recuerda la histórica efeméride del 17 de diciembre del año 1963 El año que Calamocha estuvo a -30 ºC: una escultura de José Azul recuerda la histórica efeméride del 17 de diciembre del año 1963
‘La máquina del frío’ se ha instalado en el paseo de San Roque de la localidad para recordar la efeméride de los 30 grados bajo cero de 1963

El año que Calamocha estuvo a -30 ºC: una escultura de José Azul recuerda la histórica efeméride del 17 de diciembre del año 1963

Arranca los actos de la efeméride
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José Luis Rubio

Calamocha arrancó los actos conmemorativos del sexagésimo aniversario de la anotación del registro más bajo de temperatura observado en España con la inauguración de la escultura del artista José Azul La máquina del frío, que sirve de pistoletazo de salida a una serie de actos que se sucederán durante 2023 en la capital del Jiloca.

El observatorio meteorológico instalado en el antiguo campo de aviación, en el que hoy se están llevando a cabo las obras de  la nueva superficie industrial calamochina, registró el 17 de diciembre de 1963, cuando el mercurio bajó hasta los -30 grados centígrados el récord de temperatura más baja constatada en un lugar habitado en España.

El alcalde de Calamocha, Manuel Rando, acompañado del escultor José Azul, inauguró en el paseo de San roque el monumento y dio por iniciados los actos conmemorativos de esa marca.

Rando resaltó cómo el frío ha modelado el carácter de los vecinos de Calamocha en particular y de los de la comarca del Jiloca y la provincia de Teruel, en general.

Precisamente, el inicio de las actividades conmemorativas del registro más bajo de temperatura en españa tuvo lugar a cerca de 15 grados en el valle del Jiloca en uno de los otoños más cálidos de la historia reciente.

La obra de Azul representa “la base de la forma de nuestra forma de vida a lo largo de los siglos. El frío ha impregnado nuestro carácter y nuestra forma de ser y ha influido positivamente en nuestra economía”, dijo el alcalde de Calamocha.

Para Rando, el momento actual tiene que servir de momento de inflexión para ver “la evolución del planeta y cómo la forma de vida va cambiando como también va cambiando la climatología”.

Más actividades

La inauguración del monumento presentado es el primer paso en una larga lista de actividades que servirán durante todo 2023 para recordar la marca de 30 grados bajo cero lograda en 1963. El alcalde esbozó algunos de los hitos que durante el año que empieza van a recordar esa fecha y entre los que destacó la edición de un libro sobre esa onomástica y una serie de conferencias, además de diferentes actividades culturales y festivas. Para la edición del libro ya se han recopilado datos y testimonios de esas fechas.

El monumento La máquina del frío es obra del artista jilocano José Azul. Tiene siete metros de alto y es de estilo steampunk. Consta de un triángulo de seis metros de alto más la base de un metro aproximadamente. En la parte inferior se halla la maquinaria, el motor de acción que representa la creación del frío, y en la parte superior se despliega la creación de los copos que ilustran, en forma piramidal de manera simbólica, cuando desciende la temperatura y se crean estas formas de hielo.

El alcalde de Calamocha, Manuel Rando (der.) y el escultor José Azul, en la inauguración de la obra ‘La máquina del frío’ 

José Azul

El artista de Burbáguena asistió a la inauguración de su obra La máquina del frío, aunque la presencia de su trabajo en el casco urbano calamochino es larga. Además de esta actuación, el escultor ha realizado una representación de la importancia de la cultura medioambiental en el parque de Calamocha y el próximo día 10 de enero se presentará una estatua conmemorativa de la pandemia y de los esfuerzos que se hicieron en su tratamiento en lo que el alcalde describió como “un homenaje a la solidaridad que hubo en Calamocha durante una etapa muy cruel pero en la que la gente reaccionó como no lo había hecho nunca”, dijo el responsable municipal.

Azul comenzó a trabajar sobre esta escultura en el mes de mayo, aunque durante el verano el ritmo creativo se desplazó a otros trabajos y el escultor del Jiloca no regresó a La máquina del frío hasta mediado el mes de septiembre.

Sobre su obra, el autor explicó que “en la base de la escultura hace como si fuera una máquina del tiempo” basado en el estilo steampunk basado en las máquinas de vapor y la imaginación de Julio Verne.

En la parte alta el escultor se ha esmerado en incorporar “símbolos del frío, de menor a mayor, como si estuviera nevando desde arriba o fabricando el frío desde abajo”.

Como es habitual en el trabajo de Azul, la escultura está compuesta con materiales reciclados. “Yo trabajo con chatarra y lo que hago es reutilizar. Lo que he hecho ha sido una combinación de rodillos, de ruedas de carretillo metálicas, de trozos de botellas de butano e incluso de un escape, palancas y el interior de un motor”, dijo el artista.

Son piezas fácilmente reconocibles para evocar “el interior de una máquina antigua” y que en conjunto ronda la tonelada de peso.

Aunque la obra de José Azul suele mantener los colores propios del metal y la piedra, en esta ocasión el artista ha apostado por teñirla de blanco “para simbolizar un poco la nieve. Pensé que el hierro oxidado no quedaría bien y me apetecía darle un golpe de efecto blanco. De hecho, al bajar por la avenida se ve desde lejos y si estuviera del color del hierro no se vería tan bien”, dijo.