Diego Pilaquinga, director del Hotel Mas de Cebrián, en Puertomingalvo: "Detrás de cada hotel está el horno, la carnicería del pueblo y muchas familias"
La pandemia está afectando gravemente a la hosteleríaDiego Pilaquinga es el director del Mas de Cebrián, un hotel situado a medio camino entre Puertomingalvo y Mosqueruela, en medio de la naturaleza, que constituye el lugar ideal para una escapada. Allí la intimidad está asegurada y sigue abierto en la actualidad, con ofertas especiales para atraer a clientes de los pueblos de la provincia de Teruel. Pilaquinga se hizo cargo del hotel, que lleva 5 años abierto, hace un par de meses.
-¿Qué puede hacer un hotel que vive de los clientes valencianos para darse vida cuando estos no pueden entrar?
-El día que tuvimos la primera noticia de este cierre perimetral empezamos a tomar decisiones, teníamos el 95% reservado para los siguientes fintes de semana y cancelaron. Empezamos a apostar por la gente ya no de Cataluña y la Comunidad Valenciana, sino por la de los pueblos de la provincia de Teruel, que sí tienen movilidad. Quisimos ofrecer comida para llevar, take away, de hecho ya tenemos clientes que estos días están recogiendo sus pedidos, también hay gente de la zona que viene a almorzar y comer. Como nuestras terrazas son amplias vamos a potenciar que la gente venga a estar aquí, siempre con medidas de seguridad y en grupos de hasta 6 personas.
-¿Y con respecto al hotel?
-Hemos sacado las habitaciones a precios más reducidos, de manera que aunque no tendremos una ganancia sustancial sí vamos a poder mantener los puestos de trabajo.
-Los espacios al aire libre de su hotel juegan un papel fundamental, ¿no es así?
-El entorno es muy importante, tenemos 250 metros cuadrados distribuidos en cuatro terrazas, por lo que el distanciamiento no es uno de nuestros problemas. Hemos puesto horarios para la barbacoa, cada dos horas pueden venir grupos y hacer una barbacoa aquí con nosotros. Como fue todo muy rápido nos movimos por redes sociales y con publicidad en medios de comunicación locales y este fin de semana ya hemos tenido ocupadas 4 habitaciones de pueblos aledaños, también almuerzos y una comida, ya se ha notado algún resultado. Esperamos que a partir del 9 de noviembre bajen las restricciones y pueda venir más gente. La opción de cerrar estaba ahí, así que intentamos reinventarnos porque no sabíamos cómo sacar el producto y hemos planteado que la gente se lo pueda llevar a su casa. Ha sido un reto porque teníamos que disponer de cajas y envases, nos ha costado un poco, pero estamos aquí, a pie de lucha.
-¿Han mantenido a todos los trabajadores?
-Sí, estamos cuatro y los cuatro estamos trabajando. Es cierto que para el personal hospedado no necesitaríamos tanta gente pero siempre aprovechas para hacer cosas de organización que tienes pendiente.
-Mas de Cebrián es una muestra de que todavía hay lugares abiertos en las sierras de Teruel a los que se puede ir de vacaciones, ¿no es así?
-Intentamos transmitir el mensaje de que, con cabeza, se puede salir de vacaciones, lo que no va a cambiar en mucho tiempo es que las vacaciones las tienes que hacer en familia, no te puedes ir con el grupo de amigos, pero por lo menos vamos a intentar mover el país y la hostelería, porque esto ha repercutido para todos. Incluso en el horno del pueblo se sorprendieron de que abriéramos, pero tanto ellos como la carnicería se han llevado una alegría porque no se ven tan solos. Es un empuje para el pueblo, vamos a hermanarnos y a sacar esto hacia adelante. Detrás de un hotel, una carnicería o un horno hay familias y ese es el mensaje, probablemente dinero no vamos a ganar, pero por lo menos no perderemos. Hay muchos gremios castigados, pero el que más es el de la hostelería, se ve mucha desesperación de la gente, aunque creo que poniendo medidas de seguridad, reiventándonos y la gente confiando en nosotros, saldremos
-¿Cómo ha sido el verano?
-Desde que abrimos en agosto todo los fines de semana hemos estado entre el 95% y el 100%. Tenemos 12 habitaciones y la gente lo que busca son lugares donde haya menos cantidad de personas. El hotel tiene mucho encanto, estamos a medio camino entre Mosqueruela y Puertomingalvo, la gente huye del tumulto de gente, busca paz y tranquilidad. Compramos los productos en Puertomingalvo y Mosqueruela para que la gente que nos llega a nosotros sea una fuente de trabajo también para los demás. Las dos personas que trabajan aquí viven en Puertomingalvo.
-¿La pandemia ha cambiado el tipo de cliente que llega hasta el Mas de Cebrián?
-El tipo de cliente que nos llega son parejas y sigue siendo el mismo. Sí se ha notado que ahora vienen en plan pareja solos, ya no para juntarse aquí varias parejas para pasar el fin de semana.
-¿Y los gustos y demandas son diferentes ahora?
-En realidad nosotros nos hemos adelantado y hemos puesto todas las medidas de seguridad, el cliente se siente tan seguro que ya ni pregunta.
-Desde la Asociación de Empresarios Turísticos de Gúdar-Javalambre plantean la apertura de un corredor turístico con la Comunidad Valencia, ¿cree que es una solución?
-Sí, lo que necesitamos en realidad es que existan más formas para que podamos integrarnos con la comunidad vecina.
-Los porcentajes de contagio en la hostelería son mínimos, ¿no es así?
-Nosotros no somos foco de contagios, el problema está en las reuniones de familia y con amigos, que relajas las medidas de seguridad. En cambio en la hostelería, tal vez por el miedo de que ves más personas a tu lado, no te quitas la mascarilla. En el puente del Pilar dimos 200 comidas y supongo que alguien vendría asintomático con el virus y ninguno de los empleados se contagió.