Concluye la restauración de otro tramo de la muralla de Albarracín
La Fundación Santa María ha rehabilitado este año doce metros del cerco amurallado de la primera medina en torno a la Torre BlancaEl Centro de Restauración de la Fundación Santa María de Albarracín ha rehabilitado un nuevo tramo de la muralla de la ciudad, en concreto una longitud de doce metros del cerco amurallado de la primera medina en torno a la Torre Blanca, en el camino de acceso al paseo fluvial. Con esta intervención, realizada entre octubre y noviembre, se han recuperado los muros que antes permanecían semiocultos por la ruina y la vegetación, con el apoyo de la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón.
La fundación restaura cada año un tramo de todo el perímetro defensivo que pudo tener el primer emplazamiento de la medina musulmana, rodeando el meandro del Guadalaviar. Desde el comienzo de esta actuación en 2007, se han completado 516 metros lineales.
Según informa la Fundación Santa María en una nota de prensa, “se trata de una muralla de presencia muy degradada, no sólo por su antigüedad, sino también por haber actuado de sujeción de las tierras acumuladas en su corte hacia el cañón del río”.
La fortificación se levanta encima del escarpe superior del meandro, fortaleciendo la defensa natural que caracteriza a la especial ubicación del conjunto histórico de Albarracín.
En este ejercicio se ha intervenido en 12 metros lineales ( unos 30 metros cuadrados de superficie), situados en torno a la torre Blanca, en el arranque del camino de acceso al paseo fluvial que recorre la garganta del río.
Inversión de 30.000 euros
Como el conjunto defensivo, este tramo ha sido financiado por la dirección General de Patrimonio y Cultura, con un importe de 30.000 euros.
En total, se han ejecutado hasta el momento 516 metros de la muralla que recorre todo el flanco oeste de la ciudad, desde la catedral hasta la torre Blanca.
“La intervención resulta extremadamente coherente si pensamos que se ha ido realizando progresivamente, saneando las laderas del borde ocupado de Albarracín, y completando a su vez, la fisonomía de lo que fue el primer emplazamiento de la ciudad”, indica la Fundación Santa María.
La muralla constituye el elemento más singular de este conjunto medieval, que todo el mundo identifica con el cerco más alto y visible de Albarracín. Con su recuperación física, adquiere un valor diferencial la fisonomía del conjunto, en el ámbito más abierto del campo de San Juan–Torre blanca.
La pretensión de la fundación es dar continuidad a esta recuperación del recinto fortificado hasta el denominado acceso a la Huerta Vieja (paseo fluvial), donde mayor entidad adquiere el muro.
Mejor estado
Salvados los tramos más degradados a partir de la intervención que acaba de concluir, la conservación del resto es mejor. “Por ser este un espacio abierto, resulta igualmente necesaria la planificación del paisaje inmediato, de manera que las mejoras afecten al conjunto del que podríamos identificar como un singular paisaje cultural del extremo sur de la ciudad”, añade el comunicado.
La naturaleza y la muralla deben integrarse en un proyecto unificador, que garantice la conservación adecuada de este ámbito casi natural del meandro de Albarracín”, concluye la Fundación Santa María.