Casi 70 personas visitan Aliaga en el marco del proyecto ‘Adopta una planta’
Cada año los voluntarios del Instituto Pirenaico de Ecología se reúnen en una provincia aragonesaCerca de 70 personas se reunieron en Aliaga en una de las jornadas que realiza el Instituto Pirenaico de Ecología CSIC con voluntarios y Agentes de protección de la naturaleza en el marco de la iniciativa Adopta una planta, cuya finalidad es monitorizar las tendencias de las plantas y hábitats de Aragón gracias a los datos que anualmente envían los implicados al centro de investigación.
Cada año estas reuniones tienen lugar en una de las tres provincias aragonesas. En esta ocasión fue el turno de Teruel y los voluntarios se desplazaron hasta Aliaga, donde también estuvo Jose Luis Simón, catedrático de Geología que hizo de guía por el Parque Geológico de la localidad.
A través de esta iniciativa de ciencia ciudadana, el Instituto Pirenaico de Ecología reune datos que los propios voluntarios envían una vez al año y que les permiten conocer el estado y la tendencia demográfica de las plantas y hábitats monitorizados: si está al alza, se mantienen o se encuentran en declive. Los investigadores aportan el material necesario y se encargan de formar tanto a voluntarios como a los Agentes de protección de la naturaleza (uno 60 en total). El total de personas implicadas asciende a más de doscientas.
“Lo que hacemos es seleccionar qué especies deben seguir y organizamos salidas al campo para que vean como debe hacerse, porque es un seguimiento muy minucioso. Los voluntarios adquieren el compromiso de ir una vez al año durante 10 años al lugar donde está la planta o el hábitat en cuestión y luego nos envían los datos que recogen”, explica Begoña García, investigadora del IPE.
Plantas monitorizadas
En suma, el Instituto Pirenaico de Ecología tiene datos de hasta 340 poblaciones de plantas entre las tres provincias. Según cuenta García, el seguimiento se hace de todo tipo de plantas, aunque se presta especial atención a aquellas que se encuentran dentro del catálogo de Especies amenazadas de Aragón y Especies de Interés Comunitario por la Unión Europea, de las que actualmente se estudian casi 70. El equipo investigador ha publicado además un manual de métodos junto a Gobierno de Aragón.
“Hay algunas plantas de gran interés como las alpinas o aquellas que se encuentran en humedales, las indicadoras del cambio climático o las que están en un límite de distribución, por ejemplo una especie que está en toda Europa y luego no baja más allá del sistema Ibérico. A todas esas se les presta más atención, pero también hacemos seguimiento de plantas comunes”, explica García.
Tras 10 años de investigación colaborativa con la ciudadanía, el Instituto Pirenaico ha obtenido algunas conclusiones interesantes como es que las plantas son “más resistentes” de lo que se creía. Por ejemplo, durante este tiempo, ninguna especie de plantas de las que están en seguimiento se ha extinguido a causa del cambio climático, “eso no quiere decir que no exista este fenómeno, que es algo innegable, pero hay plantas que han sobrevivido incluso a glaciaciones y las seguimos teniendo a día de hoy. Saben adaptarse y algunas viven acantonadas en microrefugios climáticos”, apunta García.
En este aspecto, lo que sí han podido observar es que algunas de las plantas más amenazadas se encuentran en lugares imperturbables, a los que no tienen fácil acceso los seres humanos, que suponen un medio de destrucción mucho más rápido y voraz que el cambio climático.
Voluntarios
Para poder participar y formar parte de este proyecto, solo hay que entrar en la web biodiversidadipe.csic.es y acceder al apartado Adopta una planta. Ciencia ciudadana. Los interesados que quieran colaborar, pero que no tengan un gran conocimiento de sobre flora podrán realizar seguimientos de una planta o hábitat si se comprometen a visitarla una vez al año durante al menos 10 años. Pero si el interesado conoce medianamente la flora puede ayudar a inventariar la biodiversidad, a través de un proyecto disponible en la app, Zamiadroid, con la que remitir información estandarizada.
“Este voluntariado es una oportunidad para que los amantes de la naturaleza puedan conocer a otras personas con las que compartir sus inquietudes por las plantas”, señala García. Según datos del Instituto Pirenaico de Ecología ahora mismo en la provincia de Teruel hay 22 voluntarios, diez mujeres y doce hombres.