Calamocha versus Fuentes Claras: clarificando el récord de frío de -30º C en 1963
Artículo de Vicente AupíEl pasado 17 de diciembre se cumplieron 54 años de los -30 ºC registrados en el antiguo observatorio cuya denominación oficial era Calamocha-VOR, situado en el municipio turolense de Fuentes Claras, que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) reconoce como el récord oficial de frío en zonas pobladas de España. Con motivo de este aniversario se inauguró en la plaza Bartolomé Esteban de Calamocha un monumento conmemorativo, en forma de triángulo, en cuyos vértices aparecen las inscripciones de la propia Calamocha con los -30 ºC de 1963, Molina de Aragón (Guadalajara) con -28 ºC y Teruel con -22 ºC.
Al conocer la noticia me pareció una buena iniciativa, pero en mi humilde opinión no se ha llevado a cabo con coherencia ni de la mejor forma. Para empezar, en ese triángulo conmemorativo debería aparecer en algún sitio, y con toda justicia, el pueblo de Fuentes Claras. Aunque dentro de la nomenclatura de la red meteorológica el observatorio del récord tuviera la denominación oficial Calamocha-VOR, los -30 ºC de aquel 17 de diciembre de 1963 se registraron realmente en el municipio de Fuentes Claras, por lo que, bajo mi punto de vista, lo lógico es que el monumento incluya a esta población.
Aniversario para compartir
En las últimas semanas he asistido a una tensa polémica entre sectores de ambas poblaciones, sobre todo en las redes sociales, por esta cuestión, algo que no hubiese ocurrido planteando las cosas de otra manera. Creo que este récord de frío, que en general es positivo para Teruel y su provincia, es algo que debería compartirse, y que de la misma forma que al acto inaugural de días atrás en Calamocha se invitó al Ayuntamiento de Molina de Aragón, también debería haberse extendido la invitación al consistorio de Fuentes Claras. De hecho, en mi opinión una efeméride así debería celebrarse como un acto conjunto en el que estuvieran la mayor parte de representaciones municipales de la zona, independientemente de su color político, ya que como vengo sosteniendo desde hace muchos años en mis artículos y en mis libros, el Triángulo de Hielo debe considerarse una referencia geográfica orientativa, que no está delimitada a cuchillo, sino que nos da una aproximación sobre la zona de la España habitada en la que con una frecuencia muy notable se han registrado episodios con temperaturas inferiores a los -20 ºC.
Quiero recordar aquí que además de los -30 ºC de 1963 en el Observatorio de Calamocha-Fuentes Claras (ésta es la forma que me gusta usar para referirme al observatorio que oficialmente se denominaba Calamocha-VOR), en aquel mismo año y en 1952 y 1971, Molina de Aragón y Monreal del Campo alcanzaron los -28 ºC y Luco de Jiloca ha llegado a los -27 ºC. Desde principios del siglo XX en esta zona ha habido más de un centenar de episodios en el que en se ha bajado de los -20 ºC en algún punto.
Para quienes no comprendan muy bien esta polémica aportaré algún paralelismo con el fin de intentar aclararlo, ya que la clave reside en las denominaciones oficiales de los observatorios. Por ejemplo, el observatorio oficialmente denominado por Aemet “Valencia-Aeropuerto” no está en la capital valenciana, sino en el cercano término municipal de Manises, junto al resto de instalaciones aeroportuarias. Es lógica esa denominación, pero la ubicación exacta no es la de la capital valenciana. Este ejemplo es extensivo a muchos otros observatorios de la red meteorológica española, en los que dentro de la nomenclatura se suele usar el nombre de la población más importante aunque el punto real se halle en otro municipio vecino.
En el caso que nos ocupa aquí sucedía algo parecido y se entiende por el origen y el primer emplazamiento del observatorio. En 1941, el antiguo Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el organismo público antecesor de la actual Aemet, creó el Observatorio de Calamocha eligiendo como primer emplazamiento el aeródromo que había desde antes de la Guerra Civil en las afueras de dicha población y dentro de su propio término, donde se mantuvo hasta 1951. En aquel año 1951 el observatorio fue trasladado al término de Fuentes Claras, con la denominación Calamocha-VOR. Aquí fue donde el 17 de diciembre de 1963 se alcanzaron los famosos -30 ºC, pero hay que subrayar que las series climatológicas de ambos emplazamientos, el primero en el aeródromo calamochino y el segundo ya en Fuentes Claras, son muy similares, por lo que no cabe establecer diferencias importantes entre una y otra, cuyos fríos son equivalentes.
En 1984 el observatorio dejó de estar en Fuentes Claras y se trasladó junto al polideportivo de Calamocha, y actualmente, desde hace ya bastantes años, se halla en las afueras de Calamocha, en la salida norte por la carretera nacional hacia Daroca. Por tanto, el observatorio ha tenido a lo largo de su historia cuatro emplazamientos diferentes, con la denominación oficial que hace referencia a Calamocha, pero a pesar de ello el día del récord de -30 ºC se hallaba emplazado en el término de Fuentes Claras.
Respecto a aquel famoso día de 1963 en el que se registraron los -30 ºC considero que es absurdo que dos poblaciones vecinas pugnen entre sí por el récord. El punto del observatorio, que se hallaba en el término de Fuentes Claras, no estaba en el pueblo propiamente dicho, como tampoco lo estaba en Calamocha, sino en pleno campo, en el radiofaro (VOR) para la navegación aérea que aún existe allí, pero dentro del municipio de Fuentes Claras y fuera del casco urbano. Lo que quiero decir con esto es que si allí hubo -30 ºC también los hubo en el entorno de la cercana Calamocha y en un amplio radio alrededor del emplazamiento del observatorio. Los datos oficiales de Aemet de aquel mismo día, con -28 en Molina de Aragón y Monreal del Campo y -27 en Luco de Jiloca nos hablan de que valores similares en el entorno de los -30 se dieron en una amplia zona, y ése es un motivo que debería convencernos de que esta efeméride, en lugar de generar absurdas disputas, es un buen motivo para una conmemoración conjunta entre las poblaciones de la zona, en especial entre Fuentes Claras y Calamocha. Por ello, pienso con franqueza que las autoridades calamochinas no han estado acertadas en su celebración de este año y deberían haber reconocido la realidad de los hechos compartiendo el evento con Fuentes Claras.
Reconocimiento
Por todo ello, opino que sería una buena idea que el triángulo conmemorativo recientemente inaugurado en su población le haga los honores a Fuentes Claras e incluya la justa inscripción para este municipio en el que fue, realmente, donde se registró el récord, ya que era allí donde estaba el observatorio. En el monumento del triángulo sería lógica una inscripción como la que yo vengo usando desde hace mucho tiempo: “Observatorio de Calamocha-Fuentes Claras”. Con ella se alude tanto a la denominación oficial que tenía el observatorio como al municipio en el que se encontraba, y ambas poblaciones podrían compartir la efeméride. Y sería una buena idea que una vez puestas las cosas en su justo término, el año próximo la celebración fuera conjunta, extendiéndola a más municipios de la zona, para compartir una de las fechas más célebres de la historia de la meteorología española.