Calamocha inicia la recuperación del martinete de cobre para su musealización
La actuación está dentro de la puesta en valor del patrimonio hidráulico existente junto al ríoEl Ayuntamiento de Calamocha a través de la Fundación San Roque ha iniciado la recuperación del martinete de cobre, siglo XVII, para su futura musealización con la reconstrucción de la maquinaria hidráulica y sea visitable. La actuación está dentro de proyecto de la puesta en valor del patrimonio hidráulico de Calamocha donde sobresale un único lavadero de lanas, todo ello junto al Puente Romano, zona de espacio protegido bajo la figura de Bien de Interés Cultural.
El técnico de Patrimonio del Centro de Estudios del Jiloca, Fran Martín, resaltó el valor del martinete de cobre de Calamocha al tratarse de un inmueble del siglo XVII y que estuvo funcionando hasta finales del siglo XIX. La Fundación San Roque de Calamocha, que depende del ayuntamiento adquirió hace unos meses el inmueble del martinete de cobre para su musealización.
Los primeros trabajos que se han llevado a cabo en la antigua fábrica del martinete de cobre han consistido en la limpieza del edificio y unas catas arqueológicas donde se han encontrado en su primer nivel los restos de un fábrica de jabón, que se usó hasta los años cincuenta del siglo pasado, y restos del martinete de cobre. “Han aparecido también estructuras del martinete de cobre. Con la fábrica de jabón no se arrasó con todo lo que había anterior”, comentó Martín, quien añadió la necesidad de continuar con la excavación arqueológica. En las primeras actuaciones de recuperación del martinete de Calamocha se cuenta con una partida presupuestaria de 66.000 euros.
El alcalde de Calamocha, Manuel Rando, valoró el proyecto de recuperación del patrimonio hidráulico que existente junto al río Jiloca y que se ha iniciado en el martinete de cobre y en el lavadero de lanas, que conforma un conjunto arqueológico patrimonial hidráulico muy potente a nivel de España. “En España hay muy pocos ejemplos del rico patrimonio hidráulico como el que tiene Calamocha”, reseñó.
La instalación industrial del martinete de Calamocha se componía de un pequeño taller construido en torno a una enorme fragua en la que se fundía el cobre ayudado por una trompa de soplado movida por agua. Las planchas obtenidas pasaban posteriormente al martinete, un gran martillo hidráulico que les proporcionaba la forma definitiva. Actualmente la fundidora está en ruinas, conservándose el gran cárcavo de piedra en arco de medio punto en donde iba alojada la rueda o noria que movía el martillo y la trompa de soplado, así cómo la balsa, situada en la parte superior del cárcavo.
En Calamocha, esta pequeña fundidora de mineral de cobre fue construida en el año 1689 por el mercader Antón Rivera Pougheol, socio auvernés de Diego de San Martín, quienes gestionaron en común un anterior martinete en Daroca. En el censo de edificios de 1860 aparece citado como martinete de Rivera, desapareciendo en los posteriores censos.
El ingenio industrial del martinete de cobre de Calamocha tomaba el agua de la acequia del Cubo. El edificio se encuentra contiguo al antiguo molino harinero y muy cerca del Puente Romano y del lavadero de lanas.
La financiación de la recuperación del martinete de cobre de Calamocha se hace con subvención del Fondo de Inversiones de Teruel, Fite, de 2018, que comprende también financiación para los proyectos del centro de interpretación de la Batalla de Cutanda y para la recuperación de la cubierta del lavadero de lanas, que también ha iniciado sus primeros trabajos al igual que para el centro de interpretación de la Batalla de Cutanda.
A finales del pasado mes de agosto se adjudicaron las obras del centro de interpretación de la Batalla de Cutanda. Fue el cuarto intento y se hizo por un importe de 130.491 euros.
Los martinetes, fábricas o talleres para la elaboración de calderos de cobre
Los martinetes de cobre o fábricas de arambre son industrias destinadas a la fundición y transformación del mineral de cobre utilizando la energía hidráulica. En estas fábricas de fundición podían distinguirse dos secciones: el área de fundición del mineral en hornos y el forjado y elaboración de los calderos de cobre. Ambas funcionaban con energía hidráulica y que en Calamocha alimentaba el río Jiloca.