Bronchales recuerda el paso de las huestes del Cid con la ilusión del premio Álvar Fáñez
La representación medieval incorpora un toque cómico con un bufón que interviene entre los diferentes actos para acercar la figura del CampeadorCon tan solo cuatro años de trayectoria, la recreación histórica El paso de la huestes del Mío Cid por Frontael de Bronchales es ya un referente de calidad. La localidad de la Sierra de Albarracín disfrutó este sábado de esta representación con la ilusión de haber logrado este año el prestigioso premio Álvar Fáñez que concede el Consorcio Camino del Cid para reconocer la labor de las asociaciones de la ruta para difundir y dinamizar este itinerario cultural. Como en cada edición se incorporaron novedades, en esta ocasión un bufón que aportó una nota de humor para hacer más accesible el relato medieval.
El autor y codirector de la obra, José Vicente Fuente, aseguró que este galardón supone “un espaldarazo importante” para este proyecto que impulsa la asociación cultural El Endrinal en colaboración con el Ayuntamiento. “Estamos encantados con el premio porque desde una asociación modesta como la nuestra es difícil lograr el apoyo de las ocho diputaciones provinciales que forman el Consorcio y lo hemos logrado”, señaló Fuente.
El responsable de la obra destacó que se ha intentado ser lo más respetuoso posible con el Cid, tanto con la historia como con la leyenda.
La presentación realizada por los propios vecinos de Bronchales con un reparto de 20 actores y 15 colaboradores se realizó en cinco actos: dos por la mañana y tres por la tarde.
Acompañados por el grupo de música tradicional turolense Esfuriatronadas, los caballeros del siglo XI recorrieron las calles del municipio hasta el pabellón de las escuelas donde a las 12.00 horas comenzó la obra, tras unas palabras de José Vicente Fuente que destacó la relevancia del premio recibido y los elogios que están recibiendo de expertos en la figura de Rodrigo Díaz de Vivar como el catedrático de la Universidad de Zaragoza Alberto Montaner.
Fuente recordó que en la representación se incluyen elementos históricos y legendarios y subrayó que “el Cid es una figura que ha traspasado la historia” y aseguró que ofrece algunas enseñanzas atemporales como que “cada persona se forja su propia historia y que el límite se lo pone cada uno”.
El primer acto fue la Jura de Santa Gadea, que rememora la leyenda en la que Rodrigo Díaz de Vivar reclama al rey Alfonso Alfonso VI de León, en la iglesia de Santa Gadea de Burgos, que jure que no ha tenido nada que ver con el asesinato de su hermano el rey Santo II de Castilla, al que el de Vivar servía como alférez real, tras lo cual el propio Alfonso VI destierra al Cid.
Como ya se hiciera el año pasado, la escena comienza con la presencia sobre el escenario de una joven actriz y bailarina, Thamilly, vestida de blanco (simbolizando la vida) y que también aparece en la escena final (de negro, como alegoría de la muerte). En esta ocasión, la artista danzó alrededor del personaje de Rodrigo Díaz mientras se escuchaba El Cantar del Mio Cid, del compositor Bernardo Adam Ferrero.
La lucha de espadas y el enfrentamiento entre el monarca y el Cid culminaron con el destierro de este último.
Tras esta primera escena se acercó al público un divertido personaje que continúa hablándoles de la figura del Cid pero acercándola al siglo XXI. Se trata de una novedad de la recreación con la que se busca un punto satírico a la vez que se explican los aspectos más destacados del Mío Cid y su vinculación con Bronchales para que sean accesibles a todo el mundo.
Tras el breve descanso, continúo el segundo acto donde ya Frontael (el antiguo Bronchales) fue protagonista como parte de la leyenda cidiana: las huestes del Cid llegaron a este territorio de frontera escoltando a la mujer y las hijas del Campeador que iban a encontrarse con él en tierras valencianas y que tuvieron que hacer noche allí para reponer fuerzas.
Doña Jimena y sus hijas doña Elvira y doña Sol subieron al escenario acompañadas por los soldados y fueron bien recibidas en Frontael.
Por la tarde, se representó la recepción de las autoridades del pueblo de Frontael a las huestes y su posterior despedida. El último acto, el más emotivo, con la muerte del Mío Cid.
Responsabilidad
José Antonio Marco Lorenzo es el Cid en esta representación que se realiza en Bronchales. El primer año este personaje no aparecía en la recreación ya que Rodrigo Díaz no estuvo en esta localidad sino que fueron su esposa e hijas las que pasaron por allí. Pero ya el segundo año se ampliaron las escenas y entonces le propusieron hacer el papel del Campeador, que lleva haciendo desde entonces con mucha ilusión.
“Es una gran responsabilidad representar a un personaje histórico tan importante como el Cid y más en tu pueblo y delante de tu familia y la gente que te conoce”, reconocía el actor aficionado.
De hecho, se lo pensó antes de decir que sí porque el texto es complicado y requiere mucho esfuerzo, pero finalmente se animó porque está convencido de que este proyecto puede contribuir a que más gente visite Bronchales. “Creo que puede ser un atractivo para que vengan más visitantes”, afirmó José Antonio Marco.
El Cid de Bronchales destacó que esta es una edición muy especial por el premio Álvar Fáñez que es “un reconocimiento al buen hacer de todo el grupo”.
Y es que para los miembros de la asociación El Endrinal, que aunque con vínculos en Bronchales viven en diferentes localidades, preparar la representación es un reto y un esfuerzo. En la última semana se han intensificado los ensayos que durante el resto año son más difíciles. Pero lo cierto es que una vez más lograron que el público disfrutara de este pedacito de la historia del pueblo.