Objetos cotidianos de cobre o morteros y molinillos entre los artículos expuestos
Antiquarius abre sus puertas a un público que tiene gusto por traer lo clásico al siglo XXI
24 expositores de diferentes provincias de España se reúnen en el recinto ferial de Calamocha
Antiquarius, la Feria de Antigüedades de Calamocha, abrió este sábado de nuevo sus puertas al público después de dos ediciones sin poder celebrarse por la pandemia, con una oferta muy variada tanto en el ámbito de las antigüedades como del coleccionismo. Organizada por la Institución Ferial de Calamocha, esta feria alcanza su décima edición y reúne en el recinto ferial a 24 expositores procedentes de distintos puntos de España. Este domingo vuelve a abrir sus puertas en horario de mañana, de 10 a 14 horas.
El alcalde de Calamocha y presidente de la Diputación de Teruel, Manuel Rando, fue el encargado de inaugurar el certamen, acompañado de otras autoridades locales y provinciales. “Se trata de una feria llamativa y distinta, que está orientada a aquellos amantes del coleccionismo y las antigüedades, que hay muchos”, destacó y resaltó las actividades complementarias que se han programado. Agregó además que esta edición que se trata de “una feria de reencuentro”. Y destacó por último la activación económica que supone para Calamocha y para la comarca porque “genera mucha actividad de manera directa e indirecta”.
Rando subrayó también la apuesta que desde el Ayuntamiento se ha hecho para fomentar las ferias, aumentando el presupuesto. De la misma manera, desde la Diputación de Teruel se ha duplicado las ayudas a las ferias y también se ha incrementado un 50% la aportación a sus instituciones feriales, porque supone “reiniciarlas” de nuevo. Recordó además que la próxima semana se celebrará ExpoCalamocha.
La concejal delegada de Ferias Micaela Campean explicó que en esta edición se cuenta con expositores de muebles, coches antiguos, coleccionismo y que había “muchísimas ganas de visitarla”, después de dos ediciones sin poder celebrarse. “Estamos muy contentos de que después de la pandemia se pueda volver a abrir en normalidad”, comentó.
Explicó que los expositores vienen de distintos puntos de España y destacó el acto que va a haber hoy: la recepción de vehículos participantes en la IV Concentración de Vehículos Clásicos y un desfile por las principales calles de Calamocha, con el que se cerrarán los actos de esta edición, en la que hay exposiciones, como la de piezas de José Azul, y masterclass de restauración, que en la jornada de hoy será a las 12,30 horas. Un grupo de voluntarios culturales de la Fundación Bodas de Isabel vino desde Teruel para participar en la feria vestidos con indumentaria modernista, época de la que procedía muchos de los objetos que a la venta, ya que se exponen lámparas art decó o muebles de las primeras décadas del siglo XX, entre otras piezas.
Entre los expositores había algunos que ya habían venido en anteriores ediciones y otros que lo hacían por primera vez. Así, Alejandro Rodríguez, de Antigüedades Sagasta, viene desde Logroño a una feria que conoce bien. Entre los objetos que trajo estaba una jaula en forma de casa, de los años 40, que procedía del escaparate de un comercio riojano o una cesta de mimbre con todo lo necesario en su interior para hacer un picnic. También habían participado ya como expositores Teresa Sancho y su marido, procedentes de Alcocéber (Castellón). En su espacio había diferentes objetos pero destacaban los textiles, como sábanas de algodón y de hilo, fundas de colchón de lana, mantas, mantones o puntillas.
El origen de estas piezas son la compraventa en tiendas y almacenes y también el desalojo de viviendas, que heredan las familias y que no saben qué hacer con el contenido.
Una afición que gana adeptos es el coleccionismo y a ello se dedican varios de los expositores que se pueden encontrar hasta hoy en Calamocha. De Zaragoza procede David Julián, de Retrotienda, que ya ha venido en otras ediciones y en su puesto se pueden encontrar monedas, billetes, postales, cómic y un sinfín de objetos de otra época pero que forman parte de una colección.
Desde Lleida viene Juan Fernández que aseguró que le coleccionismo de monedas “va en alza”, y el de billetes también aunque “depende del estado de conservación”. Entre los objetos curiosos que ha traído destaca un pergamino de 1523. “Se trata de un documento de compra venta de una finca”, comentó, un tipo de artículos que la gente busca como decoración.
De Lleida también ha venido por primera vez Olga Domenecq, que se dedica a las antigüedades y al coleccionismo con objetos vintage, que son de los años 50, y también con piezas de principios del siglo XX. “Nosotros vendemos en internet y por las ferias”, comentó.
El recinto ferial se completó en la primera jornada con la llegada de varios vehículos antiguos, procedentes de Zaragoza, desde un Mustang a un Ford T y un Ford A, o un MG, y un Jensen Healey, entre otros.
El alcalde de Calamocha y presidente de la Diputación de Teruel, Manuel Rando, fue el encargado de inaugurar el certamen, acompañado de otras autoridades locales y provinciales. “Se trata de una feria llamativa y distinta, que está orientada a aquellos amantes del coleccionismo y las antigüedades, que hay muchos”, destacó y resaltó las actividades complementarias que se han programado. Agregó además que esta edición que se trata de “una feria de reencuentro”. Y destacó por último la activación económica que supone para Calamocha y para la comarca porque “genera mucha actividad de manera directa e indirecta”.
Rando subrayó también la apuesta que desde el Ayuntamiento se ha hecho para fomentar las ferias, aumentando el presupuesto. De la misma manera, desde la Diputación de Teruel se ha duplicado las ayudas a las ferias y también se ha incrementado un 50% la aportación a sus instituciones feriales, porque supone “reiniciarlas” de nuevo. Recordó además que la próxima semana se celebrará ExpoCalamocha.
La concejal delegada de Ferias Micaela Campean explicó que en esta edición se cuenta con expositores de muebles, coches antiguos, coleccionismo y que había “muchísimas ganas de visitarla”, después de dos ediciones sin poder celebrarse. “Estamos muy contentos de que después de la pandemia se pueda volver a abrir en normalidad”, comentó.
Explicó que los expositores vienen de distintos puntos de España y destacó el acto que va a haber hoy: la recepción de vehículos participantes en la IV Concentración de Vehículos Clásicos y un desfile por las principales calles de Calamocha, con el que se cerrarán los actos de esta edición, en la que hay exposiciones, como la de piezas de José Azul, y masterclass de restauración, que en la jornada de hoy será a las 12,30 horas. Un grupo de voluntarios culturales de la Fundación Bodas de Isabel vino desde Teruel para participar en la feria vestidos con indumentaria modernista, época de la que procedía muchos de los objetos que a la venta, ya que se exponen lámparas art decó o muebles de las primeras décadas del siglo XX, entre otras piezas.
Expositores
Entre los expositores había algunos que ya habían venido en anteriores ediciones y otros que lo hacían por primera vez. Así, Alejandro Rodríguez, de Antigüedades Sagasta, viene desde Logroño a una feria que conoce bien. Entre los objetos que trajo estaba una jaula en forma de casa, de los años 40, que procedía del escaparate de un comercio riojano o una cesta de mimbre con todo lo necesario en su interior para hacer un picnic. También habían participado ya como expositores Teresa Sancho y su marido, procedentes de Alcocéber (Castellón). En su espacio había diferentes objetos pero destacaban los textiles, como sábanas de algodón y de hilo, fundas de colchón de lana, mantas, mantones o puntillas.
El origen de estas piezas son la compraventa en tiendas y almacenes y también el desalojo de viviendas, que heredan las familias y que no saben qué hacer con el contenido.
Una afición que gana adeptos es el coleccionismo y a ello se dedican varios de los expositores que se pueden encontrar hasta hoy en Calamocha. De Zaragoza procede David Julián, de Retrotienda, que ya ha venido en otras ediciones y en su puesto se pueden encontrar monedas, billetes, postales, cómic y un sinfín de objetos de otra época pero que forman parte de una colección.
Desde Lleida viene Juan Fernández que aseguró que le coleccionismo de monedas “va en alza”, y el de billetes también aunque “depende del estado de conservación”. Entre los objetos curiosos que ha traído destaca un pergamino de 1523. “Se trata de un documento de compra venta de una finca”, comentó, un tipo de artículos que la gente busca como decoración.
De Lleida también ha venido por primera vez Olga Domenecq, que se dedica a las antigüedades y al coleccionismo con objetos vintage, que son de los años 50, y también con piezas de principios del siglo XX. “Nosotros vendemos en internet y por las ferias”, comentó.
El recinto ferial se completó en la primera jornada con la llegada de varios vehículos antiguos, procedentes de Zaragoza, desde un Mustang a un Ford T y un Ford A, o un MG, y un Jensen Healey, entre otros.
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