Por fin acabaron las elecciones, y digo por fin no por el mero hecho de las votaciones y las elecciones en sí, que son el corazón de la democracia, sino por las semanas de campañas, de mítines, de algunos políticos “rozando” el ridículo en algunas de sus intervenciones, todo sea para querer demostrar algo al electorado, pero esto parece que ya se ha acabado.
Ahora entramos en la fase del “Donde dije digo, digo Diego”, una frase comúnmente empleada y utilizada cuando alguien se desdice, se retracta, o cambia en su discurso, incluso negándolo.
En esta época ya digital, donde queda constancia de todo y las grabaciones son un arma de doble filo, no vale eso de no fue eso lo que dije, o es que quería decir otra cosa. Pero parece que ya todos estamos acostumbrados a ello, antes de elecciones se dice digo, y después de elecciones se dice Diego.
El que para unos era feo, quizás ahora no lo sea tanto, y el que era guapo, ahora no lo parece tanto. Cada uno tendrá su opinión y defenderá una cosa diferente, pero realmente después de estas elecciones es donde debe aparecer la política de verdad.
En el caso de Madrid, parece que la batalla entre Carmena y sus rivales giraba en torno a Madrid Central, lo que era una especie de infierno para algunos, para otros suponía casi un paraíso. Veremos cómo acaba, y aunque a nosotros casi no nos afecta tendremos que seguir guardando las pegatinas recién puestas en los coches por si acaso.
En nuestra ciudad no tenemos Teruel Central, ni falta que nos hace, pero tras estas ajustadas elecciones municipales y autonómicas necesitamos que nuestros representantes se arremanguen, y trabajen para que la ciudad salga adelante.
Que no se olvide lo de la España vaciada, y todas esas reivindicaciones que llevamos tiempo reclamando. Personalmente creo que tenemos unos buenos candidatos, de todos los colores, y que harán lo posible por conseguirlo. Pero creo que estamos en un momento clave, donde tanto la conformación de gobiernos locales, autonómicos e incluso nacionales puede ser clave para el futuro por el que tanto luchamos.