Un árbol cuyas hojas son las manos de los vecinos y vecinas de Aguaviva ilustra la alfombra realizada de manera simbólica ayer, en el día Santísimo Misterio en el que, cada 28 de agosto, la localidad decora sus calles con vistosos tapices confeccionados con serrín de colores. Este año la fiesta no se ha podido realizar por la crisis del coronavirus, pero los vecinos no quisieron dejar pasar esta tradición y han hecho una única alfombra que simboliza la unión de todo el pueblo ante la situación de emergencia sanitaria. De esta forma celebraron, aunque de una forma muy diferente, un incendio que destruyó en 1475 la iglesia y del que se salvó milagrosamente la reliquia de la cruz.