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Una nueva helada deja ‘tocada’ la cosecha de la almendra en Matarraña y Bajo Aragón Una nueva helada deja ‘tocada’ la cosecha de la almendra en Matarraña y Bajo Aragón
Un agricultor mira la rama de un almendro en un municipio de la comarca del Matarraña

Una nueva helada deja ‘tocada’ la cosecha de la almendra en Matarraña y Bajo Aragón

Las parcelas situadas a baja altura, las más afectadas, con hasta un 100 % de pérdidas
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La climatología ha dado un nuevo varapalo este mes de abril al sector agrícola de los frutos secos de la provincia de Teruel. La campaña de almendra 2023-2024 volverá a quedarse en mínimos después de las heladas que ha vuelto a sufrir el campo y que, en principio, habrían afectado al 80% de la cosecha, que en este momento se encontraba en plena floración y con los frutos pequeños y muy tiernos.

La afección rondaría el 100% en las zonas de baja altura, mientras que en los altos se habrían registrado pérdidas de hasta un 50 % o 60%, según informó el responsable de leñosos del sindicato UAGA en el Bajo Aragón, David Andreu, quien señaló que “las peores noches fueron las de los días 3, 4 y 5 de abril, aunque ya se registraron algunas pérdidas de cosecha como consecuencia  de las nevadas anteriores en invierno”.

Las comarcas más afectadas serían “las del Bajo Aragón y Matarraña donde los daños son enormes, mientras que, por el momento, parece que la cosecha se ha salvado en comarcas como Bajo Martín y Andorra”, que no registraron temperaturas mínimas tan drásticas ni tampoco tan prolongadas., enfatizó el representante de UAGA. No obstante, en Bajo Aragón y Matarraña va por pueblos: los de menor altitud son los que peor parados han salido.

En cuanto a las variedades de almendra, Andreu manifestó que “todas han sufrido pérdidas en general, aunque quizá han quedado algunas más de Marconas que de otras tipologías”. También la variedad Mardía habría soportado mejor las bajas temperaturas, porque se encontraban en el inicio de la floración, “todavía con pétalos y bastante protegida”, añadió el responsable de leñosos de UAGA. No obstante, la proporción plantada de esta nueva variedad es muy reducida con respecto a otras tradicionales.

Segundo año consecutivo


Esta nueva pérdida de cosecha supone un segundo golpe consecutivo para el sector de los frutos secos de la provincia de Teruel,  que ya tuvo un año desastroso en 2022, al quedarse sin cosecha de almendra, reducida a prácticamente cero en muchas comarcas. Además, el último tampoco fue un buen año para el sector del olivar, que también tuvo enormes menguas de producción.

“Venimos de un año a cero en almendra y ahora nos vuelve a pasar lo mismo o muy parecido”, se lamentó David Andreu, quien explicó que el sector va a realizar a partir de esta semana “un estudio con mucho más detenimiento de las zonas afectadas para poder realizar una valoración más concreta y lo más exacta posible del alcance de esta helada”.

El responsable sindical apuntó que la intención del sindicato agrario “es hablar con la administración aragonesa para pedirle que establezca medidas que ayuden a los agricultores a soportar otro año que parece malo para el sector”, aunque se mostró escéptico. “El año pasado sucedió lo mismo y no se habilitó ningún tipo de medida, así que consideramos complicado que ahora vayan a hacerlo; si no lo hicieron en 2022, ¿van a hacerlo en 2023?”, se preguntó.

El departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente anunció recientemente que apoyaría al sector de los leñosos del Bajo Aragón con créditos blandos, si bien Andreu apuntó que “estos créditos están destinados al sector oleícola, no al de almendro”. No obstante, recordó que “aunque ya hace semanas que el consejero lo ha anunciado, de momento no hay nada publicado, por lo que no sabemos exactamente si el sector de frutos secos va a poder acogerse a esa medida”, enfatizó. En cualquier caso, el responsable sindical reclamó que esa ayuda “llegue también a la industria, especialmente a las cooperativas, que también han sufrido la pérdida de cosecha, ya que no han tenido producción y han tenido que mantener las instalaciones  y el personal y asumir todos los gastos”. Según puso de manifiesto, “las consecuencias de pérdida de cosecha son las mismas para todos, para la industria y para el pequeño agricultor”.

Seguros agrarios


Por otra parte, después de los dos años consecutivos de daños en la cosecha que han afectado a las dos comarcas turolenses, el responsable de frutos secos de UAGA consideró que “una de las soluciones pasa por tener unos buenos seguros agrarios”.
No en vano, la evolución de la climatología, con bajas temperaturas en primavera por las noches y altas temperaturas durante el día (causantes de la pérdida de la cosecha) auguran años negros para el sector. “El problema es que Agroseguro no está por la labor de colaborar”, criticó Andreu, quien comentó que, “a pesar de que los gobiernos de España y Aragón mejoraron las ayudas el año pasado para que se contrataran seguros, la reacción que tuvo Agroseguro a esta medida fue subir las tasas, de manera que ese incremento de aportación pública nunca ha llegado al agricultor”, apuntó Andreu.