Una ingeniería ofrece alternativa económica en unas parcelas desaprovechadas de Ejulve: Viviendas modulares a los pies de Majalinos para combatir la despoblación
Cuestan menos de 30.000 euros¿Se imaginan vivir en contenedores marítimos, con el mismo grado de confort o superior al de una vivienda tradicional y por menos de 30.000 euros? En Ejulve es posible gracias a la iniciativa de una empresa de viviendas modulares que, en colaboración con el Ayuntamiento, ofrece a nuevos pobladores la posibilidad de vivir en un entorno rural a un precio asequible.
Modulow ha instalado una vivienda piloto en el barrio bajo del pueblo, junto al río Guadalopillo, en la parte intermedia de un terreno de unos 10.000 metros cuadrados que el consistorio compró y urbanizó con el Fondo de Inversiones de Teruel.
Tres años después, y aunque hay un par de solicitudes, no se ha construido allí ninguna vivienda, en parte porque el nuevo plan de ordenación va más lento de lo previsto. Pero la despoblación no perdona y requiere de soluciones imaginativas para erradicar el problema de la vivienda en el mundo rural, donde, pese a que la mayoría de las casas están deshabitadas, sus dueños se muestran a menudo reticentes a vender o a alquilar.
“Este proyecto va dirigido a aquellos cuyo sueño es vivir en el campo, disfrutando del ocio de una forma activa y en un entorno rural”, al tiempo que colaboran en “rehabitar espacios en riesgo de despoblación”, explica Luis Carlos Gracia, uno de los socios de esta empresa aragonesa con dos años de funcionamiento y que ya ha vendido alguna vivienda modular en parcelas ya acondicionadas.
Precisamente, Modulow se fijó en Ejulve porque el Ayuntamiento dispone de este terreno a los pies de la sierra de Majalinos. Se dividirá en parcelas de al menos 150 metros cuadrados.
La parte superior de estas 10.000 hectáreas está destinada a vivienda fija de construcción tradicional, la intermedia a la implantación de estas viviendas portátiles y la inferior como aparcamiento de autocaravanas.
El Ayuntamiento alquilará el terreno destinado a vivienda modular para todo un año por unos mil euros, mientras que la empresa venderá los habitáculos desde 400 euros el metro cuadrado. “Por 30.000 euros una pareja con uno o dos niños puede tener una buena vivienda y barata”, destaca el alcalde, Ovidio Ortín.
Los módulos se construyen en fábrica utilizando la estructura resistente de contenedores marítimos de 20 pies (15 metros cuadrados) o de 40 pies (30 metros). Se revisten interiormente y exteriormente para convertirlos en “residencias modernas y funcionales” y adaptadas al entorno, asegura Gracia, quien destaca que “combinando distintos Modulow se puede obtener la distribución y la superficie que se necesite”, incluso ampliarnos en un futuro o construir en altura. Terrazas, porches, zonas ajardinadas… Todo es posible.
Máximo confort
Lo más importante es que “los materiales empleados aportan el mismo grado de confort que el de una vivienda tradicional, o incluso superior”, pues los módulos alcanzan las calificaciones energéticas más elevadas (tipo A). Esto los hace aptos para zonas frías como Teruel. “Seis centímetros del material aislante utilizado equivalen a una pared de 20 centímetros de madera, 82 centímetros de ladrillo hueco o tres metros de hormigón”, explica el ingeniero. “Se calienta en menos de una hora”, apostilla.
Es posible compartir la parcela y los gastos con amigos o familiares, diseñando un “Modulow cohousing con zonas comunes, pero también con espacios donde disfrutar de momentos de privacidad”. El propietario puede incluso seleccionar el mobiliario y dejar que la misma empresa se lo monte. También realizan estudio de viabilidad, proyecto e instalación de equipos solares, térmicos, fotovoltaicos, eólicos y de biomasa. “No es necesaria la conexión a la red eléctrica”, por lo que “no hay facturas que pagar”.
La empresa tiene incluso un proyecto de paisajismo, realizado por el arquitecto Javier Blasco, que prevé utilizar vegetación autóctona y dividir las parcelas con muretes de piedra seca, técnica recientemente reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco.
“Hay que intentarlo todo” para atraer nuevos vecinos”, dice Ortín, que en las próximas semanas tiene previsto anunciar una modalidad de vivienda alternativa para la tercera edad en el terreno destinado a edificios.
Al regidor le parece razonable que “quienes no tienen pueblo” y quieran vivir o veranear en el medio rural puedan invertir en una vivienda totalmente apta para ser habitada. Según Modulow, la ventaja para el propietario nómada es que, en cualquier momento, puede trasladar su casa modular a otro lugar.