Un latido atronador y único: Alcorisa, Híjar, Andorra, Urrea, La Puebla de Híjar, Albalate y Samper rompieron la hora
Miles de tambores y bombos retumban en los pueblos de la Ruta del Tambor, que está llena de turistas
El Bajo Aragón late al unísono todos los Jueves Santo a las 12 de la noche. A esa hora, miles de tambores y bombos hacen retumbar la tierra anunciando que Cristo va a morir. Es una catarsis comunitaria donde las personas se unen en un latido atronador y único. El acto de Romper la Hora se celebró ayer en Alcorisa, Andorra, Albalate del Arzobispo, Samper de Calanda, Urrea de Gaén, Híjar y La Puebla de Híjar, siete de los nueve pueblos que componen la Ruta del Tambor y el Bombo.
A pocos minutos de las 12, los nervios se notaban ayer entre los tamborileros veteranos y entre los más jóvenes, mientras los niños no podían evitar que se les escapara algún redoble perdido. Las ganas eran muchas y el tiempo acompañó.
En las plazas de cada uno de los siete pueblos que rompen la Hora en el Bajo Aragón Histórico las cuadrillas se concentraron para uno de los actos más esperados del año. Algunos solo se ven ese día, ese rato; otros se juntan cada semana, pero todos redoblaban ayer sobre los parches o golpeaban con la maza como si fuera la última vez, como si no hubiera un mañana. También hay quienes tocan en familia y se reúnen varias generaciones para compartir una afición que hace única a la Tierra Baja y que es una de sus principales señas de identidad.
Los actos de Romper la Hora de todos los pueblos son abiertos al público en general. Solo es necesario llevar la vestimenta adecuada -una túnica negra o morada, dependiendo del pueblo- y un tambor o un bombo. En sus plazas y calles todos tienen hueco, desde los ganadores de los concursos de tambores que se celebran en la Ruta hasta el que se cuelga por primera vez un tambor y lo aporrea con muchas ganas y ninguna idea. El latido atronador y común acoge a todos, a quienes viven la Semana Santa con fervor religioso y también a aquellos que la sienten como una parte de su alma, aunque jamás pisen una iglesia.
En La Puebla de Híjar Romper la Hora es todavía más popular puesto que allí tocan sin túnica y muchos de los turistas que durante estos días llenan todo el Bajo Aragón se suman a la fiesta de la percusión.
En casi todos los pueblos que ayer rompieron el silencio es el alcalde o alcaldesa quien desde el balcón, o en el centro de plaza, como es el caso de Híjar, bajan un pañuelo o el bastón de mando para dar inicio al toque. En algunos lugares, como Alcorisa, el toque de la corneta anuncia que la percusión llegará segundos después.
De los nueve pueblos que integran la Ruta del Tambor y el Bombo tan solo Alcañiz no celebra el acto de Romper la Hora y otra de sus singularidades es que no tienen bombos entre sus filas. Calanda por su parte es el único pueblo donde la Rompida, que es como se denomina en esta localidad, tiene lugar el Viernes Santo a las 12 del mediodía.
En los siete pueblos los tambores y bombos no callaron durante toda la noche y desde hace algunos años el acto del cese del toque, pasado el mediodía de hoy, reúne cada vez a más curiosos.
En varios municipios del Bajo Aragón Romper la Hora no fue el único acto de la madrugada del Viernes Santo. En Urrea de Gaén, a partir de las 00:30 horas los vecinos participaron en la procesión del Huerto de los Olivos. A esa misma hora en Samper de Calanda hicieron la Procesión al Calvario y Bajada de Imágenes.
En Albalate del Arzobispo, a partir de las 2 tuvo lugar el Canto del Reloj de la Pasión, con los rosarieros acompañados de tambores y bombos. A las 2 de la madrugada en Andorra se celebró la tradicional Procesión de las Antochas, en la que los vecinos subieron hasta San Macario para bajar al Cristo de los Tambores. A esa misma hora en Híjar tuvo lugar la procesión de los Despertadores.
Si la madrugada fue intensa, también la mañana se prevé así. En Calanda el Vía Crucis de las Mujeres al Calvario es a las 7:30 horas mientras que a las 8:30 horas en Alcorisa también está prevista la celebración del Vía Crucis. Por otro lado, durante toda la jornada del Viernes Santo hay procesiones y actos en las diferentes localidades y cada uno de ellos tiene sus singularidades, aunque a todos ellos les une la pasión por la Semana Santa.
