Siurana: “La lógica de la unidad expositiva dice que los trajes de Elvira Hidalgo deben ir a Valderrobres”
Entrevista al director de la Fundación Valderrobres PatrimonialLos restos de la soprano Elvira Hidalgo, nacida en Valderrobres un frío diciembre de 1891, descansan desde este domingo en la localidad del Matarraña. Reposan en el panteón que la Fundación Valderrobres Patrimonial recibió en donación cuando las últimas religiosas de la congregación de las Hermanas de San Vicente de Paúl abandonaron el pueblo. El entierro fue el colofón a un día que arancó con la apertura de la sala dedicada a la cantante en el Museo municipal, a la que siguió una misa funeral en su honor y un concierto a cargo de la Asociación Amigos de la Música de Aragón. Detrás de todos estos actos y de la Fundación está su director, Manolo Siurana.
-En un tiempo récord, la Fundación consiguió recuperar el tercer tramo de la iglesia de Valderrobres y ahora se está planteando reconstruir el Castillo y dice que puede hacerlo con sus propios recursos. ¿Cuál es el milagro?
-La Fundación la creamos en 2008, y tuvo su origen en la Asociación Repavalde, que se creó en 2003. Nos transformamos en Fundación, porque nos dimos cuenta de que si queríamos continuar haciendo cosas, era mejor optar por otra fórmula jurídica, y si creábamos una Fundación podíamos obtener donaciones y disponer de dinero. Lo de la iglesia fue fácil, porque tuvimos una colaboración decidida del entonces director general de Patrimonio del Gobierno de Aragón, Jaime Vicente, que cuando le explicamos lo que queríamos nos abrió los brazos y nos asesoró sobre cómo hacerlo. Paralelamente, llegó entonces al Arzobispado de Zaragoza Manuel Ureña, cuya primera visita pastoral fue a Valderrobres. Sabíamos que en Murcia, que es de donde venía, había impulsado muchas restauraciones, y enseguida también se mostró dispuesto a colaborar. Aparte de esto, nos encontrábamos en la época 2004-2008, en pleno boom económico, y eso también facilita.
-Ahora es distinto.
-Efectivamente. Hoy en día resulta mucho más complicado encontrar financiación. Afortunadamente la Fundación lo genera, porque recibimos el legado de Asunción Tomás Foz a través de la congregación de las Hermanas de San Vicente de Paul y, por otro lado, desde 2011 empezamos a gestionar las actividades turísticas del castillo, de la iglesia y después del Museo y eso genera ingresos. De 17.000 visitantes hemos pasado a 35.000 y con un 10-12% de crecimiento anual sobre el ejercicio anterior.
-¿Que han hecho para aumentar las visitas con ese volumen?
-Lo primero crear una página web, lo segundo abrir más horas, muchas más, y para el año que viene queremos abrir los lunes, porque tenemos cuatro trabajadores y podemos hacer turnos. Aparte de esto, hemos musealizado la iglesia, creado un sistema de audioguías en el castillo, abierto el Museo, que a la gente le encanta. No vienen por el Museo, sino por el castillo, pero cuando salen del Museo lo hacen contentos. Y, aparte de esto, hay mucha gente que trabajamos de manera desinteresada y hay un ahorro de costes enorme que nos ha facilitado generar beneficios año tras año. Actualmente, por ejemplo, consideramos que podemos invertir 500.000 euros en la reconstrucción del Castillo y asumir, además, deuda.
-¿Hay ya visto bueno para la reconstrucción?
-Hemos tenido reunión con la Comisión de Patrimonio de Teruel para defender el proyecto, en el que el arquitecto ha hecho algunas modificaciones. Y nuestra intención es empezar las obras a finales de este año.
-¿En cuántas fases?
-Comenzaremos con las dos primeras, que están redactadas, y el arquitecto está preparando la tercera parte. Lo ideal es que en 2018 empiece la primera, segunda y tercera fase para que en 2019 empiece la cuarta y nos quede sólo la quinta. Las dos primeras son estratégicas, porque supone facilitar los accesos a las almenas del castillo, que están cerradas al público por motivos de seguridad. Queremos que se pueda acceder hasta allí, porque las vistas son espectaculares, y si se puede subir hasta arriba el atractivo del castillo se verá incrementado. Por otra parte, también es importante la segunda fase de obras, que consiste en la recuperación del pasadizo entre la iglesia y el castillo. Eso también aumentará el atractivo del edificio, facilitará la circulación del público, que visitará la tribuna y podrá usar la escalera de caracol.
-Si es más atractivo, habrá más visitantes y más ingresos.
-Exacto, y todo ello nos permitirá acometer el resto de fases.
-¿Qué porcentaje del edificio quieren reconstruir?
-Queremos que quede prácticamente reconstruido al 100%. No será así exactamente, porque en la cúspide hay vestigios que posiblemente fueran un claustro, pero es tan difícil de determinar que no lo tocaremos, porque hacerlo significaría tener que entrar en especulaciones sobre restauración. Pero el resto sí, está claro como era, porque los restos son evidentes, así que quedará reconstruido en un 90% o más.
-¿Confía en que la Comisión provincial acepte las modificaciones solicitadas?
-Esperamos que sí, porque eran unas cuestiones técnicas, relacionadas con el sistema a evitar para que la gente no pise el tejado del edificio. Aparte está lo del perímetro del patio de armas, en donde queremos colocar una barandilla por seguridad. Actualmente hay vallas de obra que son impresentables para un edificio así.
-Uno de los proyectos en que más se ha involucrado la Fundación es la repatriación de los restos de Elvira Hidalgo a Valderrobres. ¿Después de tantas tramitaciones, es un alivio haberlo conseguido?
-Sí. Para nosotros este tema era secundario y lo habíamos dejado estar, pero cuando abrimos el Museo pensamos dedicarle una sala a Elvira Hidalgo. Sabíamos que había unos trajes en Barcelona, averiguamos que estaban en el Institut del Teatre almacenados, negociamos con los técnicos, pero cuando el asunto llegó al estamento político se paralizó y lo dejamos. Hasta que hace un par de años tuve una reunión con dos exalumnos míos que pertenecían a ERC, surgió el tema y me propusieron solucionarlo, ya que el delegado de Cultura de la Diputación de Barcelona era entonces Juanjo Puigcorbé, al que conocía personalmente, porque veraneaba en Valderrobres. Contacté con él y lo desatascó. Después contacté con la familia de Italia, nos enteramos de que había unos trajes en Valderrobres que luego han sido objeto de la reciente polémica, y también con amigos de Elvira Hidalgo que nos propusieron hacernos cargo de su tumba. Así que decidimos tramitar la repatriación, aunque la tramitación ha durado más de un año y medio por temas burocráticos. Los problemas fueron diversos: procedimientos en los que tuvo que involucrarse el consulado, redactar escritos de la familia solicitando la exhumación con la presencia de un notario, etc
-¿Estuvieron a punto de tirar la toalla?
-Al menos dos veces, porque nuestra intención era inaugurar la sala el 12 de octubre de 2017, y tuvimos que suspenderlo dos semanas antes. Para colmo, los trajes del Institut del Teatre tenían que llegar a Valderrobres el 3 de octubre, el día de la huelga general en Cataluña, y los trajes no salieron… en fin, es para escribir un relato con todo. Al final, el 26 de febrero acudimos a Milán el presidente de la Fundación y yo para asistir a la exhumación, porque evidentemente queríamos cerciorarnos de que los restos que iban a llegar eran realmente los de Elvira Hidalgo.
-Y ahora el problema con los otros trajes que estaban en Valderrobres y nadie lo sabía.
-Eso ya ha sido otro añadido, con muchos dolores de cabeza y muchos días en los que no he podido dormir...
-¿Qué saben de ese asunto?
-Nada. No sabemos qué va a hacer el Gobierno de Aragón, si los va a restaurar o si lo ha hecho ya. Solo sabemos, por las noticias publicadas en prensa, que habrá unos trajes que irán a un Museo y otros a otro.
-El convenio que iban a firmar el Ayuntamiento con la persona que los tenía se truncó, ¿por qué?
-El Ayuntamiento aceptó que la persona que tenía los trajes fuera la conservadora de la sala del Museo, como ella pedía en un escrito que entregó, pero no aceptaba que también lo fueran sus hijos y nietos. Incluso llegó a aceptar que todos sus familiares hasta el tercer grado de parentesco tuvieran derecho a entrar en el museo gratuitamente, pero el Ayuntamiento no aceptó una tercera condición en la que señalaba que si esta persona o sus descendientes consideraban que las vestimentas no estaban en las condiciones de exposición adecuadas pasarían a ser de su propiedad de nuevo El problema es que no especificaba cuáles, así que el Ayuntamiento se comprometió a mantenerlos en condiciones de exposición, tal y como ha hecho con los trajes restaurados del Instituto del Teatre, pero no a dejar esa decisión bajo criterios que no se especificaban.
-¿Espera que el Gobierno de Aragón intermedie?
-Sí, y más cuando parece ser que ha hecho una inversión considerable en la restauración de estos trajes. Si lo ha hecho, tiene mucho que decir y aplicar la lógica, y ésta dice que los trajes han de ir a Valderrobres, por la unidad expositiva. El Gobierno de Aragón nos ha comunicado que el director general de Patrimonio está dispuesto a mantener una reunión.
-¿Por qué cree que ha cambiado la actitud del director general de Patrimonio, cuando en año y medio no ha contestado a ninguno de sus correos electrónicos?
-Supongo que porque el problema ha salido en prensa.
-¿Elvira Hidalgo puede ser o es ya un reclamo turístico?
-Ya lo es. Recibimos llamadas de gente que quieren venir a ver la película María by Callas, que se estrenó hace un par de meses y que ha dado a conocer a Elvira Hidalgo, que en la película tiene un protagonismo muy importante. María Callas hace referencia a la importancia que tuvo en su vida, no sólo como maestra, sino como consejera, y eso ha puesto en valor a nuestra soprano.
-Y eso que Elvira Hidalgo nació en Valderrobres casi de manera casual.
-Tampoco lo sabemos exactamente, pero está claro que su madre vino a Valderrobres y ella nació aquí casi de manera coyuntural. Aquí estaban sus abuelos maternos y es posible que su madre viniera por aquí, pero está claro que no hay rastro de su padre en Valderrobres. Sus padres se casaron en Barcelona, a donde su madre había emigrado, al igual que sus tres hermanos vivos. Allí nacieron sus hermanos, lo que evidencia que su nacimiento aquí es coyuntural. En el registro parroquial no hay referencia ninguna al padre, ni como testigo de boda ni en bautizos y no figura en ningún censo electoral. Y tenemos el anuario de comercio y economía que se editó hasta después de la guerra civil y su padre no aparece como trabajador. Suponemos que, por tanto, no era de aquí. Cuando su abuela materna murió, su abuelo también emigró a Barcelona y murió allí a los cuatro años de estar en Barcelona, por lo que suponemos que su relación con Valderrobres a partir de ese momento fue inexistente.