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Sacan a la luz varias líneas de muralla hasta ahora ocultas en el yacimiento del Cabezo de San Pedro Sacan a la luz varias líneas de muralla hasta ahora ocultas en el yacimiento del Cabezo de San Pedro
Manuel Rando y Jaime Vicente, en primer plano, a la derecha de la imagen, junto a representantes de la comarca Andorra-Sierra de Arcos, en el yacimiento del Cabezo de San Pedro de Oliete

Sacan a la luz varias líneas de muralla hasta ahora ocultas en el yacimiento del Cabezo de San Pedro

Concluye la campaña de excavación con los hallazgos de más túmulos y hornos cerámicos
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Las excavaciones llevadas a cabo este verano en el yacimiento de Cabezo de San Pedro de Oliete han permitido localizar hasta tres lineas de muralla con estructuras que se superponen unas a otras. Estos muros defensivos fueron construidos en tres momentos históricos distintos cuya datación cronológica tendrá que ser confirmada en investigaciones venideras por los arqueólogos del Museo de Teruel, que ha liderado la investigación, en colaboración con el Parque Cultural del Río Martín.

Esta es una de las novedades que Jaime Vicente, director del Museo y de esta última campaña de excavación, trasladó al presidente de la Diputación de Teruel, Manuel Rando, durante la visita que realizó este lunes a este poblado ibérico. La institución provincial, entre otras, ha sido una de las que ha financiado los trabajos llevados a cabo en las últimas semanas.

Los arqueólogos han puesto grandes esperanzas en las investigaciones y posteriores descubrimientos que pueden tener lugar a partir de los hallazgos de esta última campaña. No en vano, los investigadores creen que la existencia de estas tres lineas de muralla -varias de ellas desconocidas hasta ahora- permitirán hacer una “seriación” de la cultura ibérica en el Bajo Aragón, esto es, una datación cronológica de las distintas fases, desde sus inicios, a su apogeo y florecimiento y posterior decadencia y asimilación con la romanización.

La última ha sido una campaña multidisciplinar, tal y como apuntó Vicente, puesto que, además de la excavación, “se han hecho prospecciones geofísicas, estudios antropológicos de los restos de huesos humanos localizados en los túmulos de la necrópolis y también trabajos de conservación” de las estructuras previas ya existentes.

Según Vicente, los investigadores se han centrado “en ampliar el conocimiento de la necrópolis -con la excavación de nuevas tumbas y obtención de distintos materiales contenidos en ellas- y en las lineas de fortificación del poblado”. Aquí “se han detectado varias fases de construcción, ampliación y amortización de estructuras anteriores”, añadió el director de la campaña arqueológica.

Túmulos funerarios de la necrópolis exterior


Entre otros descubrimientos, ha sido localizado un recinto anterior al primitivo que fue amortizado (asimilado con posteriores construcciones). Además, se ha visto que “las construcciones arruinadas fueron ocupadas y vaciadas, construyendo sobre ellas viviendas y lugares de habitación”.

Con todo, el poblado de Cabezo de San Pedro de Oliete tiene un grado de conservación  “excepcional”, según Vicente. Aunque lo que más interesa ahora a los arqueólogos es lo que puede ayudar a desvelar este yacimiento en relación a la cultura ibérica del Bajo Aragón. Según Jaime Vicente, “creemos que, con todos estos hallazgos, este yacimiento nos permitirá conocer mejor la evolución de la cultura ibérica. Es decir, desde los periodos de formación de las poblaciones de la primera Edad del Hierro a las etapas centrales, con la eclosión de la cultura ibérica y el momento final en el que las poblaciones ibéricas entran en la dinámica del dominio romano y se acomodan a otras formas de vida y, en el siglo I, el yacimiento se destruye por completo”. En definitiva, “puede contribuir a conocer mejor la seriación y características y fases de la cultura ibérica en el Bajo Aragón”.

En cuanto a las estructuras defensivas, se cree que podrían tener hasta ocho metros de profundidad en su linea interior. Constatarlo es el punto de inicio de un proceso complejo para definir la cronología del yacimiento en las próximas campañas, sobre todo en esa línea interior que aún debe ser documentada estratigráficamente.

Entre otros hallazgos, se ha encontrado una línea de fachada de dos viviendas y de una de las calles interiores. Asimismo, se ha seguido excavando en la necrópolis de la primera Edad del Hierro, vinculada a las primeras fases de la ocupación del cabezo, en el siglo V antes de Cristo. En este sentido, en estas semanas se han excavado siete nuevas tumbas, la mayoría de ellas con estructura tumular, en las que los huesos calcinados de los muertos, colocados en urnas de cerámica, han aparecido acompañados de elementos de ajuar (cuentas de collar, pulseras, placas de cinturón y colgantes de bronce) que sufrieron un fuerte proceso de destrucción en el momento del enterramiento. Es especialmente interesante el hallazgo, inmediatamente debajo de alguna de las urnas de fragmentos de cerámica a torno, señalando el inicio de los contactos que llevarán a la iberización de estas poblaciones.

14 enterramientos

Aunque los investigadores llevan dos años excavando en este sector, todavía queda un enorme tramo por descubrir. Según explicó la arqueóloga Sara Azuara, hasta ahora se han sacado a la luz 14 enterramientos, 9 de ellos con una estructura tumular perfectamente definida.

Esta zona de la necrópolis, según detalló Azuara, sería de un momento anterior al hábitat de la zona del poblado propiamente dicho, que es de los siglos III y I antes de Cristo.

Las prospecciones geomagnéticas mediante georradar que se llevaron a cabo en la primera fase de esta campaña de excavación permitieron determinar que al menos habría en la necrópolis unos 130 enterramientos o túmulos, un dato que, apostilló, “tendrá que afinarse de forma más precisa”. Se trataría de enterramientos muy diversos en tamaño  que se encuentran en la zona occidental del sector extramuros, fuera de la fortaleza del poblamiento. En todo caso, otra gran sorpresa a la vista de que por observación en superficie hasta ahora solamente se habían localizado 45, según Jaime Vicente.

También gracias al uso de esta tecnología se han localizado en el exterior 32 hornos cerámicos y alguno de ellos metalúrgico de los que “no teníamos información, sino sólo intuiciones”, añadió el director del Museo de Teruel. Esto da pie a pensar en la existencia de una importante zona fabril, según apuntó Vicente.

Con estas prospecciones magnéticas dentro del poblado, las investigaciones han detectado zonas de fuerte incendio y de hogares que permiten establecer un esquema aproximado de la distribución de viviendas y calles, según señaló el director del Museo de Teruel. Todo ello, además, “nos permitirá avanzar en el conocimiento de la estructura urbana del asentamiento”. Con todo, esta información previa “nos permitirá dirigir y planificar los trabajos futuros” en el yacimiento en las siguientes campañas de excavación que se lleven a cabo en cuanto haya más financiación.
 

Una arqueóloga, en la limpieza de estructuras interiores del recinto amurallado


Después de todos estos descubrimientos, los arqueólogos están convencidos de que San Pedro de Oliete puede aportar mucho a la arqueología ibérica, pero también que todo ello está por resolver y conocer. “Algunas cuestiones las intuimos y otras surgirán, por ejemplo la cronología absoluta de cada una de las fases, que sabemos que existen,  pero que no conocemos con precisión”, añadió. Además, “aún tenemos que saber las características medioambientales de cada una de las fases, el tipo de clima, el tipo de medios vegetales, las especies animales o las cuestiones económicas de esa cultura que se va formando, que evoluciona y se integra finalmente en el estado romano”.

Además, se ha encargado un estudio antropológico de los restos enterrados en los túmulos de la necrópolis, lo que permitirá inferir conclusiones sobre los grupos de edad, los sexos, sus diferencias sociales, en función del ajuar que pueda aparecer, etc. Con todo, para sacar conclusiones significativas será necesario continuar excavando la necrópolis, tal y como señaló Vicente.

Una apuesta seria

En su recorrido por el yacimiento, en el que estuvo acompañado por el diputado de Cultura  y delegado del Museo de Teruel, Diego Piñeiro, la diputada delegada en el Patronato Iberos en Aragón, Susana Traver, además de autoridades locales y del Parque Cultural, Manuel Rando destacó la ampliación del tiempo de trabajo y la utilización de medios como el georradar, “que ha proporcionado una información muy valiosa para valorar la importancia del yacimiento y planificar futuras actuaciones, tanto en San Pedro como en el cercano yacimiento de El Palomar o en los alrededores de la villa romana de Urrea de Gaén, con el apoyo de su ayuntamiento”, dijo el presidente.

“Supone una apuesta seria de este equipo de gobierno por avanzar significativamente en el conocimiento de este y otros yacimientos, en su puesta en valor y futura musealización para convertirse en una referencia cultural y en un revulsivo turístico y económico”, añadió el presidente al recordar que la ampliación y el refuerzo de las actuaciones ha sido posible gracias a una nueva línea de 200.000 euros para actuar en los yacimientos arqueológicos incorporada al presupuesto de 2021.

Asimismo, Rando hizo hincapié en que el trabajo realizado es fruto de un esfuerzo compartido, especialmente con el Parque Cultural del río Martín, “con el que hemos establecido una relación estrecha y hemos recibido un compromiso absoluto, plasmado en la dedicación de su director-gerente, José Royo, y el apoyo permanente de su presidente y alcalde de Ariño, Joaquín Noé”, y la financiación y colaboración de la dirección general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, la Comarca Andorra Sierra de Arcos y el Ayuntamiento de Oliete.

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