Rafael González, director general de Generación de Endesa: “El plan de futuro para Andorra es un modelo europeo de transición justa y sostenible”
La eléctrica espera que “en semanas” el ministerio “convoque el concurso de acceso a red” que pretende ganarEl director general de Generación de Endesa, Rafael González, afirma que el plan de futuro para Andorra a través de las energías renovables es ejemplo en Europa de transición ecológica y justa, por lo que cree que está en la mejor posición para hacerse con el concurso de acceso a red que licitará el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico “en cuestión de semanas”. La compañía se alinea con la reactivación económica a través de la descarbonización y se ofrece a hacer de “tractor”.
- Endesa Generación traspasa a Endesa Ingeniería el desmantelamiento de la térmica. ¿Está culminado ya el proceso administrativo?
- Hasta el momento de la autorización del cierre, la térmica es un proyecto operativo, que se gestiona por las personas de operación y mantenimiento, que siguen allí un tiempo coordinando actividades de seguridad. Para el trabajo que comenzamos ahora, que es el de desmantelamiento, quién mejor que ellos para algunas cuestiones que no están en los planos pero sí en la cabeza de las personas que operan la central. Ahora tenemos en torno a 28 personas de operación y mantenimiento que todavía una parte de ellas seguirán un tiempo gestionando esta transición hacia la fase de demolición.
- ¿Habrá un reciclaje de los trabajadores de cara a los nuevos proyectos renovables?
- Absolutamente. Tenemos un compromiso con el empleo tanto para nuestros empleados, que durante muchos años han estado operando y manteniendo la central, como con los de las empresas que han prestado ese servicio hasta el último momento. Internamente tenemos un plan de recolocaciones, con un plan de formación para las nuevas posiciones que se están creando dentro de Endesa, y concretamente en Teruel hemos recolocado ya a 32 personas que están en diferentes funciones, entre ellas las que pasan de la central a operar parques eólicos, o a desarrollo o a otras actividades como construcción del futuro sostenible y renovable.
- Acaban de adjudicar el desmantelamiento de la térmica. ¿Qué plazos se marcan?
- La autorización del cierre nos llegó a final de junio y ya estábamos avanzados en lo que era negociación de contratos de desmantelamiento con las empresas especialistas. A principios de septiembre cerramos este contrato con la UTE Moncobra-Rebilita. Estamos haciendo ya trabajos preliminares para el desmantelamiento. Hay que preparar muchas cosas, hay que poner muchos equipos en seguridad, y esto nos llevará unas semanas. En sí, lo que es la fase de desmantelamiento ya podemos decir que está iniciada. Tenemos una curva de crecimiento de contratación. Ahora hay ya veintitantas personas trabajando en estas actividades previas, a final de año se podrá duplicar este empleo y luego alcanzaremos una media en los próximos cuatro años, que es lo que durará el desmantelamiento, de 140 nuevos empleos.
- Han diseñado un plan de formación entre 2020 y 2021.
- Tenemos un plan de formación para el personal local, de manera que pudieran estar ya preparados para realizar las actividades de mantenimiento. Empezamos en julio, hemos acabado el primer bloque hace unas semanas y ya estamos iniciando el segundo bloque. Concretamente en Andorra han participado 50 personas en actividades formativas en prevención de riesgos laborales que les sirven para entrar en la empresa de desmantelamiento. Cada uno de los cuatro bloques tiene 50 personas y sirve tanto para la central como para otras actividades industriales. Hemos puesto una condición al contratista, que se ha comprometido contractualmente y, lo va a cumplir, que es que mínimo el 80% de los empleos que se creen en el desmantelamiento sea personal local. Para nosotros el desmantelamiento no es el fin de la central, es el inicio del proyecto de futuro. Es un primer paso para construir el nuevo entorno energético de Andorra y su alrededor.
- ¿Ese compromiso de contratación de mano de obra local también se aplicará en la construcción y puesta en marcha de los parques renovables futuros?
- En efecto. Nuestro compromiso con el empleo nos lleva a utilizar todos los instrumentos que tenemos y la contratación del desmantelamiento y de las nuevas construcciones de los parques renovables son fundamentales para generar más empleo del que teníamos previamente en la operación de la central. Nosotros ya tenemos presencia en Aragón y Teruel. Llevamos muchos años construyendo plantas de renovables. Ahora se inicia el gran proyecto de futuro de transformación de lo que es el centro de carbón en un nuevo centro de generación. Tenemos en operación casi 700 megavatios (MW) renovables en Aragón, que han supuesto inversiones del entorno de 800-900 millones de euros y casi 1.500 empleos en la actividad de construcción. De ellos, hay un paquete importante que está en Teruel. Tenemos el nudo de Muniesa y el parque de Sierra Costera. En total, son 225 MW en Teruel ya operativos. Incluso este año, con el Covid y toda la crisis sanitaria, estamos construyendo proyectos en Teruel –80 MW en Aragón, la mitad en Teruel–. Hicimos una apuesta clara en el pasado y seguimos. Tenemos una cartera de proyectos para construir el futuro, en el entorno de 1.000 MW en Aragón, el equivalente a la central de Teruel, ya con acceso y conexión concedida, más otros tantos que esperamos una vez se adjudique el concurso de la capacidad de la central térmica.
- ¿Qué magnitud tendrá su proyecto de futuro?
- Vemos este proyecto, y ya se empieza a percibir también internacionalmente, como un modelo único a nivel europeo de transformación y transición de la energía del carbón de la cuenca minera a una planta modelo de transición y de sostenibilidad por diferentes motivos: por su dimensión, por su volumen y también en cuanto a características técnicas –composición, integración, innovación, nuevas tecnologías–. Para nosotros Teruel está en el centro, es la planta más importante que queremos construir en los próximos años. La central térmica tiene ahora tres grupos de 1.100 MW de potencia. Lo que hemos planteado es un proyecto de 1.725 MW. Esta zona de Andorra, Alcañiz, Calanda e Híjar tiene muy buen recurso eólico y solar y es relativamente plana para poder realizar los trabajos de desarrollo. Eso nos hace que combinemos fotovoltaica, que será la predominante (1.585 MW) y la eólica (140 MW). Y otro tema importante: como la energía renovable no produce sin recurso y cuando hay excedente no puede inyectar la energía en la red porque hay limitaciones, hemos previsto una componente de almacenamiento de baterías, que también es una componente de innovación. Y luego tiene una componente adicional, que es mantener los generadores que ahora se alimentan con vapor procedente de la térmica, pero a partir de ahora se alimentarán con energía renovable, girarán para poder mantener el sincronismo, la inercia y dar flexibilidad y estabilidad al sistema, a la red, lo que permite a su vez que podamos instalar más capacidad renovable en este nudo. Es un proyecto único en su conjunto. Está prevista una inversión de 1.500 millones de euros en tres fases. La primera la empezaremos en el primer semestre del 2021, que son dos proyectos uno fotovoltaico y otro eólico, cada uno de 50 MW, luego tenemos otra segunda fase de 235 MW que sería fotovoltaico con almacenamiento. Estas dos fases tienen ya acceso y conexión, no dependen del ministerio y ya hemos iniciado la tramitación administrativa de la primera fase hace unos meses. Y donde viene la potencia de este proyecto es en la adjudicación del concurso que esperamos que se convoque en breve por parte del ministerio para poder acometer otros 1.300 MW de fotovoltaica, más otro parque eólico (90 MW), más el almacenamiento principal.
- ¿En cuánto empleo se traduce todo esto?
- Empezaríamos en el primer semestre del año que viene con la primera fase y nos podría llevar otros cinco años acabar de completar la construcción. Estimamos que de media generaríamos del entorno de 700-800 empleos anuales. En total, más de 4.000 empleos en la construcción de esta macrocentral sostenible de renovables.
- ¿Qué se sabe del concurso? Dijo el ministerio que iba a primar la sostenibilidad y el empleo. ¿Está Endesa en condiciones de ganarlo?
- Nos estamos preparando para ganarlo, es como los entrenamientos previos a una gran competición deportiva. Tenemos un proyecto que hemos comunicado con transparencia a todas las administraciones y entendemos que es el mejor para el territorio desde el punto de vista de aquello que promueve el ministerio con la subasta, que es volumen de empleo local, inversión y beneficios ambientales. Esto es un proyecto absolutamente renovable y sostenible a largo plazo. Es una inversión para nosotros importantísima para operar, igual que hemos hecho con la central, durante otros 40 años. Y es una generación de riqueza enorme para todo el entorno por tasas locales, impuestos de licencias de obras, IBI, IAE o pagos de alquileres de terrenos.
- ¿Cuándo podría convocar el ministerio este concurso?
- Sabemos que esto ha llevado un proceso complejo y nuevo. Se comunicó en el real decreto ley de diciembre del año pasado, por el cual se abría la posibilidad de que el ministerio convocase concurso sobre las capacidades que surgiesen en las zonas de descarbonización. Hay primero que estimar cuál es la capacidad que surge como consecuencia del cierre de la central. En esto interviene Red Eléctrica. Hay en estos momentos también en curso trámites legislativos de modificación de los criterios de cálculo de estas capacidades del sistema y se ha dado prioridad a que se determinen las capacidades que aquí surgirían y serían objeto de la subasta. Y luego estamos en fase de consultas a Competencia sobre las bases del concurso. Con todo, esperemos que en cuestión de semanas se convoque el concurso, se participe la subasta, se adjudique y se pueda desarrollar este proyecto.
- En paralelo, ¿Endesa trabaja en los terrenos y permisos?
- Llevamos años trabajando ya sobre este proyecto. Se necesitan más de 2.000 hectáreas de terreno. Esto requiere gestionar con anticipación, lo estamos haciendo y una buena parte están contratadas y aseguradas. Pero en caso de esta fase importante, hasta que no tengamos la adjudicación obviamente no podríamos iniciar la tramitación administrativa, que esperemos que la administración central y regional agilicen. En paralelo a este inicio del desmantelamiento empezaremos los trabajos de renovables, por eso también nuestro plan de formación contempla en los próximos meses empezar formación sobre construcción, montaje de paneles y mantenimiento de parques. Yendo bien la adjudicación del concurso y los trámites administrativos, en el año 2022 ya podría haber energía en la red que viniese del concurso.
- El ministerio ve su plan de futuro como la envidia de otras comarcas mineras. ¿Se asemeja este proyecto a alguno que haya en España o Europa?
- En estos momentos, no. Es el modelo, el ejemplo de proyecto de una transición justa y hacia la sostenibilidad. No todos los emplazamientos son iguales, cada uno tiene unas características diferentes y unas soluciones a la transición justa diferentes. En Compostilla, que también está en fase de desmantelamiento, el emplazamiento de la central y el entorno no tiene recurso fotovoltaico y eólico. Lo que ahí estamos desarrollando es el aprovechamiento del emplazamiento, más de 300 hectáreas, para otros desarrollos industriales, sociales y económicos que no sean energéticos. Hemos lanzado un concurso de proyectos que ha tenido mucho éxito también y en las próximas semanas se hará un análisis de los finalistas, que también contribuirán al desarrollo del empleo y la sostenibilidad. Son dos soluciones diferentes pero que aportan lo que se pretende en estos momentos: actividad económica, empleo y sostenibilidad a largo plazo.
- ¿El volumen de componentes que se van a movilizar para la construcción de los parques daría pie a crear una fábrica?
- Siendo una central grande, que lo es, para una actividad industrial necesitas una masa crítica significativa que cuente con otros desarrollos del sector, sea en Aragón o nacional. Estamos abiertos y en conversaciones también con fabricantes de componentes, con industrias locales para dejar en el territorio el máximo posible de creación de valor, ya sea en la fase de suministro –de materiales, componentes o bienes de equipo– como en la fase de operación, mantenimiento y servicios, que también eso lleva a una especialización y unas empresas que presten esos servicios. Las industrias se localizan cerca de los puntos donde podemos realizar las plantas y esto podría ser un polo de atracción.
- ¿Cómo tiene repartida en este momento Endesa su tarta de generación y cómo la quiere tener dentro de unos años?
- El Plan Estratégico 2019-2022 prevé dar pasos hacia la descarbonización total en el año 2050. Hay un paso intermedio en 2030 que es reducir nuestras emisiones en más de un 70% con respecto al nivel que teníamos en 2017. En 2022 seremos la eléctrica integrada en la península con las menores emisiones por kilovatio/hora producido. En este momento tenemos ya más del 60% de nuestra energía libre de emisiones. De 2018 a 2019 redujimos casi el 40% de nuestras emisiones de CO2 con la mayor penetración de las renovables y la reducción progresiva de las centrales de carbón. El año pasado, con los compromisos de la subasta que hubo en años anteriores, pusimos en servicio 900 MW de potencia renovable en 2019, de los que casi la mitad estaban en Aragón. Entre 2019 y 2022 está previsto aumentar de 7,4 a 10,2 gigavatios (GW) la capacidad renovable de la compañía, mientras que la nuclear se mantendrá igual (3,3 GW) y el carbón (4,5 GW en 2019) desaparece, aunque se mantienen los ciclos combinados (3,8 MW) como tecnología de soporte. En cuanto a las renovables, el objetivo es incrementar un 38% la capacidad. El plan es construir 1.000 MW al año de renovables, de los que Aragón se va a llevar la mayor parte. La descarbonización es nuestro proyecto básico junto a la electrificación y digitalización.
- ¿Ha trastocado la pandemia estos planes?
- La pandemia nos ralentizó un poquito en abril, cuando hubo el cierre total, el estado de alarma con muchísimas restricciones. Pero cuando se levantó esta situación, aceleramos. Hemos sido conscientes de que teníamos que tirar lo que pudiésemos de la economía, hacer de tractores de la actividad de construcción en estos territorios. No solo no nos ha reducido las expectativas sino que, si se diesen determinadas circunstancias, como es que esta subasta salga en condiciones, apenas tramitaciones etc., estamos en condiciones de invertir más. Estamos absolutamente dispuestos porque las renovables, el almacenamiento y la nueva energía del hidrógeno son las vías para que en España se produzca una industria, una red que contribuya a la reactivación económica que además es bueno para la sostenibilidad. Endesa está absolutamente en línea con esta estrategia de descarbonización y de reactivación económica basada en las nuevas tecnologías y queremos participar de este protagonismo como tractores e impulsores.
- ¿Y no está previsto redimensionar la demanda energética, con una caída histórica del PIB nacional?
- Nuestro proyecto se mantiene y estamos hablando de reforzarlo y acelerarlo. Es cierto que con la caída de la actividad se ha producido una caída también de la demanda eléctrica en sistemas peninsulares e insulares. Está en fase de recuperación esa demanda y nosotros estamos apostando fuerte por la electrificación de los consumos –domésticos, transporte, etc.–, que es lo que va a compensar esta caída a medio y largo plazo. Cuanto más tiremos de esta fuente de suministro competitiva y sostenible, mejor nos irá desde el punto de vista de sostenibilidad económica y ambiental.
- Con la salida de Endesa de la Comunidad de Regantes del Guadalope aumentarán los costes de explotación de los regadíos para los agricultores. ¿En qué punto está la negociación con los regantes y qué soluciones se plantean?
- Los agricultores y ganaderos forman parte del entorno. Nosotros hemos estado con el territorio durante más de 40 años y queremos seguir durante mucho tiempo trabajando juntos en la generación de futuro. Seguimos con el pago del canon a la Comunidad del Guadalope un año más. Hay que destacar las oportunidades que surgen por el aprovechamiento de la concesión de aguas, que se puede reutilizar y reconvertir a otros usos. Tenemos unas infraestructuras –20 kilómetros de canales, bombeos, etc.– que pueden ser utilizadas para otros usos. Estamos abiertos a cederlas a la comunidad y que aporten valor a la zona, sea para suministro de agua, sea para los regadíos. Sin duda trabajaremos con los regantes para conseguir que esto genere valor. Tenemos otro proyecto interesante que es el de hacer compatible la explotación de estos parques fotovoltaicos y eólicos con el desarrollo agrícola y ganadero. Lo hacemos en todos los proyectos y en este en particular. Estamos en contacto con agentes locales para desarrollar proyectos de la agricultura que sean compatibles, lo que llamamos Agrivoltaica. Es una innovación que pretende compatibilizar y desarrollar aún más el tejido agrícola y ganadero de la región a través del uso del suelo porque hay productos que son compatibles. Estamos en conversaciones, hemos recibido propuestas de algunos productos, estamos analizando la compatibilidad con la explotación de las centrales y creemos que podemos alcanzar soluciones innovadoras. Por ejemplo, hemos recibido interés para la cría y pastoreo de ganadería; sería en un perímetro vallado. También tenemos alguna experiencia en el desarrollo de la apicultura y que veremos si se puede desarrollar aquí en Teruel. Esto no es un proyecto solamente energético. Trabajamos muy de la mano con el territorio, vemos las oportunidades/necesidades que tiene y las ponemos en valor juntos. Todo esto es una grandísima oportunidad que tenemos que construir entre todos.
- ¿Endesa invertiría en estos proyectos del sector primario o simplemente cedería espacios?
- Nuestra actividad es la producción de energía eléctrica, pero si hay algún proyecto energético de innovación, como temas de relaciones con el hidrógeno, etc., lo estudiamos. En cuanto al resto de proyectos, lo que hacemos es facilitar infraestructuras y cesión de terrenos para que las personas que se dedican a esto lo desarrollen.
- En el pasado Endesa invertía un 10% en proyectos empresariales de la zona. ¿Es algo que se descarta ahora?
- Estamos abiertos a analizar estas propuestas. Si eso facilitase el desarrollo de los proyectos y viéramos que va en beneficio de la sostenibilidad y el desarrollo futuro lo analizaríamos. Pero digamos que, igual que hemos hecho con otros emplazamientos como Compostilla, donde facilitamos que terceros inviertan y usen el terreno para actividades industriales y económicas, exactamente estamos hablando aquí lo mismo de la parte agrícola y ganadera.
- También había un proyecto para aprovechar la vía del tren de importación como cargadero de mercancías. ¿Se ha hablado de esto en serio con la Administración o la vía se va a desmantelar?
- Este es otro componente más de oportunidad. Esto se ha usado en el pasado para el transporte del puerto a la central. Ahora no tendría ese uso pero ahí está la infraestructura, igual que los canales de agua. Hemos tenido conversaciones y seguimos teniéndolas para ver si puede haber alguna cesión. Trabajaremos para ello, para que tenga sentido desde el punto de vista del desarrollo social y económico.