Proyectan un hotel de cuatro estrellas en la fábrica de papel Ros de Valderrobres

El patrimonio industrial del Matarraña ligado a la fabricación de papel aprovechando el curso del río suma cada día más proyectos de recuperación. Uno de los últimos es el que ha presentado la empresa Cafova en la antigua fábrica Ros de Valderrobres para su conversión en un hotel rural de cuatro estrellas, con capacidad para 28 personas, esto es, 14 habitaciones dobles.
Situada en el camino de Beceite, a la Ros se la conoció como la fábrica de les faixes (de las fajas). Construida a finales del siglo XVIII (1790), funcionó primero como fábrica de papel, sumándose a las tantas del mismo tipo que hubo entre Beceite y Valderrobres hasta el siglo XX. La Ros se transformó en fábrica de fajas a principios del siglo XX y funcionó durante unos años hasta que, al cambiar de propietario, en 1969 acabó convertida en una granja avícola y porcina. 
El edificio ha sido objeto durante los últimos 20 años de sendos cambios de propiedad, en ambos casos con el objetivo de dar un uso turístico al inmueble. La empresa Start Up Management, SL, adquirió el edificio y consiguió autorización para un proyecto de rehabilitación que perseguía la adecuación de 30 apartamentos turísticos en la modalidad de bloque, con piscina, pistas de tenis, pistas de padel, etc. Pero la crisis económica que estalló en 2008 se llevó por delante cualquier intento de restauración.
Finalmente, en el año 2018, la actual propietaria, Cafova 2001 SL, adquirió la propiedad con la intención de poner en marcha un hotel rural con 14 habitaciones, con vivienda unifamiliar anexa en el que residirán de manera habitual y permanente el propietario y su familia.
Aunque la obra del anterior promotor llegó a iniciarse, no avanzó más allá de las demoliciones de los edificios anexos construidos durante su uso como granja, quedando de esta manera el edificio libre de todos los anexos añadidos con posterioridad.
El proyecto actual de recuperación del edificio persigue la conversión de la antigua fábrica de papel en hotel rural con categoría de cuatro estrellas. El anteproyecto se ha presentado al Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) y se encuentra en periodo de exposición pública para su evaluación ambiental simplificada. 
El proyecto propone respetar la planta rectangular del edificio -habitual en este tipo de fábricas- y todos los constructivos como las bóvedas de cañón. Igualmente, se plantea la reparación de las cerchas y las correas de madera que sustentan la parte oeste de la cubierta y de una sala diáfana que se convertirá en salón para  eventos.
El edificio tiene un sótano y una planta baja en la que se instalarán los accesos, con la recepción, zona de guardaequipajes;  bar y salón, además de un comedor (disponible también para clientes no alojados) y una cocina con sus espacios anejos correspondientes (vestuario, almacén y aseos). Las habitaciones se repartirán entre las plantas segunda y tercera, que irán equipadas con otros servicios como una biblioteca y varios salones destinados a eventos, entre otras estancias. La primera planta albergará la vivienda de los propietarios.
El futuro hotel será sostenible energéticamente, ya que, aunque estará conectado a la red eléctrica, se instalarán 110 captadores solares fotovoltaicos para una potencia total en consumo directo de 27 kilovatios. Los paneles se colocarán elevados sobre una estructura metálica para conformar una pérgola que se utilizará como aparcamiento del establecimiento.