Medrano-Aguado se doctora en Paleontología con dinosaurios de hace 125 millones de años
El estudio ordena tres décadas de investigación sobre el Cretácico Inferior de la Formación BlesaEduardo Medrano-Aguado se ha doctorado en Paleontología recientemente gracias a una tesis sobre la Paleobiodiversidad de vertebrados del Barremiense (Cretácico Inferior) de la Formación Blesa (Teruel). El estudio recoge tres décadas de investigación en las comarcas Andorra-Sierra de Arcos y Cuencas Mineras, que han permitido recuperar fósiles de más de medio centenar de taxones de vertebrados de hace 125 millones de años.
La zona objeto de la tesis –premiada con la máxima calificación de Sobresaliente Cum Laude– está delimitada entre Estercuel, Blesa, Muniesa y La Hoz de la Vieja. En este perímetro se han caracterizado 42 yacimientos con restos de vertebrados y, aunque abundan los de dinosaurios ornitópodos (herbívoros), el grupo más diverso lo forman los terópodos (carnívoros) entre los que se encuentran diferentes formas de espinosaurios o manirraptores (estrechamente relacionados con las aves modernas).
Además, se han hallado restos de todos los grupos de vertebrados existentes: mamíferos, lagartos, tortugas, anfibios, cocodrilos; y dinosaurios anquilosaurios y saurópodos; además de grupos relacionados con hábitats marinos como peces, plesiosaurios y pterosaurios, que abundan gracias a las características de un terreno que fosiliza bien.
50 taxones
Medrano-Aguado, riojano de 31 años, defendió la tesis el pasado 22 de noviembre. Junto al grupo Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza (Unizar), ha estudiado durante una década una de las formaciones fosilíferas más singulares de Aragón, la Formación Blesa, cuyos yacimientos se conocen desde los años 60 del siglo pasado. Aragosaurus lleva trabajando en ella desde hace más de 30 años, e incluye yacimientos tan ricos como La Cantalera 1 (Josa), localidad tipo del mamífero Cantalera abadi, donde ha identificado 32 taxones (descripciones de especies), que junto a los de origen marino suman más de 50 en la formación.
Tantos años de dedicación requerían un estudio de su paleobiodiversidad al completo, y esa ha sido la labor de Medrano-Aguado durante los últimos cinco años: poner en orden toda la información disponible y completar los vacíos de conocimiento con el hallazgo de nuevos yacimientos en los entornos de Josa, Obón, Oliete y Alacón, indica Aragosaurus en su portal web.
El tribunal –formado por el profesor de la Universidad del País Vasco Xabier Pereda-Suberbiola; la doctora Verónica Díez-Díaz, del Museum für Naturkunde de Berlín, y el doctor Eduardo Puértolas-Pascual, de la Universidad de Zaragoza– alabó el ingente trabajo del ahora doctor. Esto ha sido así tanto en campo, donde ha dirigido nueve campañas de excavación, como en el laboratorio y gabinete, con miles de horas de preparación de fósiles y de descripción y estudio.
Ha estudiado huesos y huellas, siempre sin perder la perspectiva de la geología a lo largo de una tesis que ha arrojado luz sobre el Barremiense de la península ibérica, y que además ha abierto varias líneas futuras de investigación.
Cocodrilos marinos
En declaraciones a DIARIO DE TERUEL, Medrano-Aguado apunta que la Formación Blesa se divide en tres secuencias de depósitos: una primera parte de ambientes continentales, con lagos y zonas inundadas cercanas a los ríos; una zona media marina, próxima a la costa del mar que reinaba entonces en la zona; y un estadio superior de sedimentación continental. “En las dos partes continentales son muy abundantes los restos de dinosaurios ornitópodos, además de cocodrilos y tortugas, mientras que en la parte media son muy comunes grupos de peces de pequeño tamaño”, de cuya presencia en el Cretácico Inferior dan buena cuenta “tanto dientes como pequeños huesos”. También en la zona marina hay “restos aislados de cocodrilos marinos y plesiosaurios, un grupo de vertebrados prácticamente desconocido en la península”. Es por ello que insta a investigar para que los hallazgos puedan diferenciarse de los de otros yacimientos.
Como descubrimientos más reconocibles para el gran público, se encuentran además dos taxones de dinosaurios espinosaurios y cinco de manirraptores. “Sólo con los dientes de estos grupos hemos visto que la diversidad de carnívoros parece mucho mayor que la de herbívoros”, ahondó.
De esta forma, la diversidad de la Formación Blesa puede llegar a ser “tan interesante como la zona de Galve, de la que tanto la Fundación Dinópolis como Unizar han publicado numerosos artículos y descrito cantidad de especies”. Las Cuencas Mineras y Andorra-Sierra de Arcos no se quedan atrás, “son de gran interés y merece la pena seguir invirtiendo horas y esfuerzo, sobre todo en la parte marina” que “daría para otra tesis”, asegura.
Grandes ejemplares
El grupo Aragosaurus ha divulgado hallazgos como el de un dinosaurio herbívoro de más de 6 metros de longitud en Estercuel, con características únicas de vértebras de la cola, costillas y huesos de la cadera que permiten diferenciar los restos de este de los del resto de dinosaurios del mismo grupo descritos en el Cretácico Inferior (como el Iguanodon bernissartensis, Mantellisaurus atherfieldensis o Barilium dawsoni), tanto de la península como del resto del mundo.
También ha localizado en Alacón un ejemplar de ornitópodo que podría medir 8 metros desde la cabeza a la cola. También ha extraído ahí restos de cocodrilos y tortugas, unos fósiles que están en laboratorio pero cuya investigación “llevará bastantes años” si no se contrata a paleontólogos que los analicen en profundidad.
Un completo trabajo taxonómico y tafonómico que permite recrear ambientes del periodo Barremiense
Medrano-Aguado realizó la tesis con ayudas predoctorales del Gobierno de Aragón. Ha dirigido en la Formación Blesa, en la subcuenca de Oliete, una decena de excavaciones diferentes financiadas también con fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación.
Sus estudios se centran en el estudio taxonómico (descripción de especies), tafonómico (estudio de la fosilización) y de diversidad de vertebrados, especialmente ornitópodos. El trabajo incluye la localización de yacimientos y el estudio integrado de los mismos, ubicándolos en espacio y tiempo para realizar una reconstrucción de la biodiversidad y ambiente de hace 125 millones de años.
El terreno, con antiguos lagos carbonatados, zonas de costa y cuencas fluviales, es propicio para que los huesos se enterrasen rápido y fosilizasen. Medrano no descarta, desde la sedimentología, investigar cómo se formaron algunos de estos yacimientos fósiles.
Con su formación controla las faunas que habitaban en el Cretácico Inferior. Conoce mejor las de la península ibérica, pero no le importaría “hacer paleontología más general”, vinculada a otras universidades e institutos de investigación, incluso en el extranjero.
Durante la defensa de la tesis, Medrano fue alabado no solo por su director, José Ignacio-Canudo, sino por el doctor asistente José Manuel-Gasca, que agradeció las campañas de campo y el espíritu por tirar del grupo Aragosaurus.