Los Escolapios de Alcañiz piden perdón por los dos casos de abusos
El Provincial hace públicos unos hechos de 1983Treinta y seis años después, los Escolapios de Alcañiz entonan el mea culpa por un caso de abusos sexuales ocurrido en 1983. El Provincial de los Escolapios, Jesús Elizari, ha hecho público un comunicado manifestando su empatía por las víctimas y repudiando unos hechos delictivos que ya están prescritos y que en Alcañiz eran vox populi. Además, ha habilitado una dirección de correo electrónico (conocerlaverdad@escolapiosemaus.org) para que otras víctimas puedan explicar hechos similares.
Los abusos que han motivado la reacción del Provincial fueron cometidos en 1983 por el padre Enrique Latorre, maestro de las Escuelas Pías de Alcañiz, durante un campamento del grupo Scout. Las víctimas fueron dos niñas cuyos padres pusieron los hechos en conocimiento del centro, que obligó al religioso a pedir perdón, le apartó de la docencia en Alcañiz y lo envió a Huesca. Allí fallecería en 1990.
El castigo que recibió el abusador fue, según el Provincial Jesús Elizari, una medida “claramente insuficiente” por la gravedad de los hechos, por los que Elizari opina que al menos es necesario “hacerlos públicos y condenarlos”, porque “aunque el religioso está muerto y los hechos han prescrito, es necesario reconocerlos”
Los Escolapios han hecho público el caso como una manera de resarcimiento a las víctimas, “para reconocer su dolor”, afirmó el Provincial, quien detalló que tras conocer estos casos “se activó el protocolo que seguimos desde hace dos años para este tipo de situaciones y que pasa por ponernos en contacto con las víctimas para conocer cuál es su deseo”. Según Elizari, la investigación por lo sucedido “se llevará hasta donde quieran” las dos mujeres. En este caso, una de ellas “no quiere que se diga nada de ella, afirma que el tiempo ya pasó y que ahora es madre de familia, mientras que la otra mujer sí desea que se haga público”.
El comunicado de la orden es claro tras “manifestar nuestra más enérgica repulsa de actitudes y hechos absolutamente reprobables que traicionaron el compromiso que históricamente hemos tenido y tenemos de protección y acompañamiento integral de los niños, niñas y jóvenes que nos han sido confiados”. El texto también hace autocrítica “de los procedimientos que se emplearon aquellos años en que se limitaron a apartar inmediatamente del contacto con menores de este religioso y a la petición de perdón a las víctimas y sus familias”. Asimismo, apunta su compromiso de “redoblar nuestra actitud de escucha, atención, apertura y prevención que nos permita reconocer todas las actitudes, y hechos acontecidos en el pasado y que no deberían haber ocurrido nunca, así como garantizar que bajo ningún concepto puedan volver a ocurrir”. Según Elizari, si unos hechos así “volvieran a ocurrir, no podrían resolverse como se resolvieron”, puesto que “hemos de ser generosos y preservar a nuestros alumnos del presente y del futuro, que cuentan actualmente con unos maestros que son verdaderos profesionales con una enorme vocación por la enseñanza”.