Los coleccionistas de chapas de cava hacen intercambio en Valderrobres
La asociación Xapes.net aglutina a más de mil fanáticos, algunos con 50.000 objetosSe empieza con una de Codorniu o Freixenet y se acaba con una colección de miles y codiciando muchas más. Los coleccionistas de chapas de cava se reunieron este fin de semana en Valderrobres por sexto verano consecutivo para intercambiar y completar sus archivos, en algunos casos con piezas que pueden alcanzar los 1.000 euros por su exclusividad.
El promotor del encuentro, Emiliano Orona, vive en Cataluña pero es valderrobrense de pura cepa. Cada mes de agosto, coincidiendo con las fiestas patronales de la localidad, organiza este curioso evento. El de esta edición tuvo lugar ayer y congregó a una quincena de aficionados procedentes de Zaragoza, Barcelona, Tortosa o San Carlos de la Rápita, entre otros.
La mayoría de ellos están inscritos en la asociación Xapes.net, a la que se suma alguno más que va por libre. “El primer año fue muy bueno y siempre pongo 60 botellas”, explicó Orona. Y es que este mundo funciona de forma similar al de los sellos. Cada vez que hay un evento, se pide a una bodega que prepare unas botellas con una chapa especial. En esta ocasión, una fotografía de la calle del Casino de Valderrobres.
La botella, de la marca Quatre barres y suministrada como siempre por las cavas Capità del Pla del Penedés, se vende a un precio de 8 euros e incluye la placa especial, pirula y copa degustación.
“Hacer pocas es muy bueno porque cuanto menos tiraje tengas, más valor de coleccionista tiene la chapa”, explicó el experto en la materia.
En Xapes.net hay en este momento más de mil asociados. La inmensa mayoría son catalanes, puesto que en la Comunidad vecina la afición por el cava es mayor debido a la proliferación de bodegas en la llamada Región del Cava (Penedés). Pero las colecciones también comprenden chapas de cavas aragoneses y de otras DOs españolas.
Según dijo Orona, el origen de una colección comienza por lo más básico, con una chapita de Codorniu o Freixenet de la botella que te acabas de beber. Tener un amigo coleccionista es una buena excusa para comenzar, puesto que “le vas guardando las plaquitas de las botellas que tú te bebes y llega un momento en que dices: Me está gustando el rollito. Y empiezas a coleccionarlas tú también”, relató.
De tal forma que, en el caso de Orona, llegas hasta las 8.300 chapas originales de ámbito nacional, que con las francesas y otras que no son dignas de colección ascienden a más de 15.000. Pero otros tienen más, “hasta 50.000 sin repetir”, subrayó.
“Cada uno se va especializando en lo que quiere terminar y hacer. En mi caso, que me interesen de verdad son 600”, relató. La web Xapes.net es muy útil en este sentido, pues todos los usuarios exponen lo que ofrecen y lo que les falta y de esta forma “vamos sobre seguro”, estableciendo contactos previos a los encuentros.
También existe la posibilidad de intercambiar chapas por correo, pero “yo prefiero el tú a tú, hablar y entablar amistad”, explicó. No en vano, los encuentros acaban con una comida de hermandad en un restaurante de Valderrobres.
Entre las chapas más antiguas del valderrobrense hay una de los años 30 del siglo pasado de Codorniu realizada con lata de sardina. Las más codiciadas por su exclusividad pueden llegar a costar más de 1.000 euros que paga la gente que “tiene dinero”. En caso de Orona, lo máximo que paga son 20 euros y “si son placas que ya no hay”.