Las mujeres de Cretas cumplen 30 años de celebraciones por Santa Águeda

Tres décadas de celebración de Santa Águeda cumplió el fin de semana la corporación aguedera de Cretas, que ayer volvió a festejar el día de la patrona de las mujeres por todo lo alto con misa, charanga, vaquillas y reparto de teticas.

La fiesta comenzó el sábado con chupinazo y encendido de la hoguera, en la que se asó longaniza y chorizo para todo el pueblo en un fin de semana en el que el tiempo por fin acompañó después de la gran nevada que destrozó multitud de naves agrícolas en la localidad.

A las penas, puñaladas, pensó la junta aguedera, que este año repitió alcaldesa con Estela Castells, que va camino en convertirse en una institución.

“Valoradas y respetadas”

A las 11 de la mañana, Castells tomó el bastón de mando del pueblo de forma simbólica. Se lo prestó el alcalde, Fernando Camps, que junto al resto de hombres pasó a un segundo plano en la jornada de ayer.

“Este año conmemoramos nuestro 30 aniversario. Esperamos celebrarlo muchos años más porque las mujeres somos valientes y luchadoras, inteligentes e incansables, por eso tenemos que ser valoradas y respetadas. Pero no solo hoy, sino ayer y también mañana”, reivindicó la alcaldesa aguedera desde el balcón del ayuntamiento.

El pregón dio paso a la fiesta, con un desfile con charanga en el que las mujeres portaron las famosas teticas de Santa Águeda para bendecir en la misa baturra. A la salida del templo, ellas mismas repartieron los dulces entre todos los presentes.

Después se homenajeó a la mujer más longeva del pueblo y a la más joven, y acto seguido llegó el despiporre con la suelta de vaquillas en la plaza.

Las mujeres celebraron una comida por todo lo alto en un restaurante de la localidad que hizo hueco para 125, más los muchachos de la charanga que no dejaron de tocar en toda la jornada.

La culpa la tuvo el cura

La madre de Castells, Teresa Domènech, fue integrante de la primera junta aguedera de la localidad, compuesta por diez mujeres. “Vino un cura nuevo y preguntó cuándo hacíamos fiesta en el pueblo. Vio que no hacíamos nada para Santa Águeda y nos animó, así que nos decidimos a hacerla”, explicó.

“Joaquín Camps, que era alcalde, dijo: Yo os pago una vaquilla. Y así comenzó todo”, recordó Domènech, que se congratuló de que la celebración “vaya cada vez a más” y ya no solo se celebre el domingo, sino todo un fin de semana que las mujeres tienen reservado para su disfrute.

También en Calaceite

La celebración de Santa Águeda se extiende por toda la geografía turolense, pero en el Matarraña se celebra si cabe de forma especial. En Calaceite también se juntaron 150 mujeres ayer para comer y hubo renovación de junta en la edición número 27 de la fiesta en la capital cultural de esta comarca. 

La alcaldesa saliente, Mercé Sastre –ayer recogió por segunda y última vez el bastón de mando de manos del teniente de alcalde, José Manuel Anguera–, puso en valor la mezcla entre chicas de más edad y más jóvenes, pues entre la experiencia de unas y las novedades que aportan las segundas la fiesta sale ganando.

Si el año pasado hubo una sesión de tupersex, este año tocó abrir con un taller de risoterapia en el que participaron 80 mujeres y niñas. Después hubo cine y un baile con disfraces que ya gustó mucho el año pasado. La cena se celebró en el hogar del jubilado, con bingo y baile. Ayer se retomó a las 12:30 horas, con la cesión del bastón de mando y un conciso pregón en el que Sastre se acordó de “las 62 mujeres y cinco niños asesinados por violencia de género” en el último año. “No es no y basta ya”, apostilló justo antes de animar a seguir la fiesta con misa, procesión y comida en la fonda con sorteo de regalos.